DROGA ZOMBIE

Un enfermero de un hospital público robaba fentanilo para vender

25/03/2025

La sospecha es que sustraía del Hospital Justo José de Urquiza de Concepción del Uruguay, donde trabajaba, y las ofrecía por la plataforma Telegram a un valor promedio de 35 mil pesos la ampolla. En ocasiones, la distribución se hacía con ambulancias del mismo centro de salud. De la investigación participó un agente revelador que intervino en una venta controlada.

Un enfermero de un hospital público robaba fentanilo para vender

De la Redacción de Página Judicial

 

Un enfermero del Hospital Justo José de Urquiza de Concepción del Uruguay y su hermano fueron detenidos acusados de vender fentanilo y otras drogas consideradas estupefacientes, a un valor promedio de 35 mil pesos por ampolla y a través de la aplicación de mensajería Telegram.

La investigación, a cargo de la fiscal federal Josefina Minatta, y que contó con la colaboración de la Procuraduría de Narcocriminalidad (Procunar), a cargo de Diego Iglesias, permitió establecer que el enfermero sustraía de la cadena lícita de distribución interna del hospital, distintas drogas destinadas a intervenciones quirúrgicas y a otros procedimientos médicos, para comercializarlas a través de Telegram.

La pesquisa incluyó la implementación de un “agente revelador”, una figura legal a través de la cual un agente de las fuerzas de seguridad simulaba interés en la compra de los medicamentos para investigar la trama de un delito complejo.

Según se pudo determinar, en ocasiones, el enfermero distribuía las drogas mediante el uso de las ambulancias de la institución médica en la que prestaba tareas. Para llevar a cabo esas maniobras, contaba con la asistencia de su hermano, que también quedó detenido e imputado por comercio de estupefacientes, un delito que prevé penas de cuatro a quince años de prisión.

De resultas de la investigación, la jueza Analía Graciela Ramponi dispuso la detención de ambos investigados y el allanamiento de los domicilios a su disposición, como así también del Hospital Justo José de Urquiza para determinar la cadena de distribución de la que era parte la droga y detectar la instancia en la que se producía la sustracción y el desvío por parte de los acusados, según consignó el portal fiscales.gob.ar.

En los procedimientos, realizados el jueves por efectivos de la División Unidad Operativa Federal de la Policía Federal, se secuestraron 60 ampollas de fentanilo en ocasión de concretarse una venta pactada con el agente revelador y también, a partir de los registros domiciliarios ordenados. Además, se incautaron otras drogas comercializadas de la misma forma por los imputados, tales como risperidona, carbamazepina y Lorazepam, entre otras.

Los investigadores pudieron determinar que cada una de las ampollas eran vendidas a un valor promedio de 35 mil pesos cada una.

Además, se requirió la colaboración de las autoridades de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) y del Colegio de Farmacéuticos de la jurisdicción.

La fiscalía indicó que investigación continúa a los fines de establecer otras personas vinculadas con la cadena de comercialización ilícita, como así también para determinar eventuales responsabilidades de quienes tenían a su cargo la fiscalización de los estupefacientes dentro de la institución médica.

El fentanilo es un opioide sintético similar a la morfina, pero entre cincuenta y cien veces más potente, aprobado para uso analgésico (alivio del dolor) y anestésico. En ocasiones se utiliza como sustituto de la morfina. Pero más allá del uso médico y bajo prescripción de recetas, se trata de una sustancia que también es utilizada como elemento de corte de la cocaína.

Según la Guía de Buenas Prácticas en Materia de Drogas, el fentanilo y el carfentanilo, que es cien veces más potente, “reflejan el peligro para la salud pública que implica la difusión masiva e incontrolada de estas sustancias que, durante los últimos años, también se han mezclado con sustancias de origen natural, provocando más adicciones, riesgos y muertes de consumidores” y agrega: “Fácil es también imaginar las consecuencias cuando el fabricante local subestima o equivoca la dosis y agrega más contenido del recomendable a su formato de venta”.

El caso remite a otro que se investiga en Paraná, que tiene cinco trabajadores del Hospital San Martín bajo sospecha por el robo de medicamentos que luego eran vendidos en una distribuidora de insumos veterinarios y en una empresa dedicada a la venta de productos médicos.