EL JURY A GOYENECHE

El esposo de Goyeneche dijo que fue él quien la convenció de invertir en fideicomisos

03/05/2022

El contador Sebastián Orlando, esposo de la procuradora adjunta, aseguró haber sido él quien la instó a invertir en dos fideicomisos que administraba en la ciudad de Paraná. El otro inversor al que buscó el profesional fue Pedro Opromolla, que luego terminó imputado en la causa de los contratos truchos. Los fiscales Patricia Yedro e Ignacio Aramberry también hicieron inquietantes revelaciones en el jury. El procurador, el plato fuerte de este miércoles.

El esposo de Goyeneche dijo que fue él quien la convenció de invertir en fideicomisos

Juan Cruz Varela
De la Redacción de Página Judicial

 

Es probable que el acusador y la defensa hayan salido conformes con las declaraciones que se produjeron este martes en la segunda audiencia del jury a la procuradora adjunta, Cecilia Goyeneche.

Los fiscales Patricia Yedro e Ignacio Aramberry, que tenían a su cargo la investigación de la causa de los contratos truchos de la Legislatura, aseguraron que Goyeneche les dijo, “al comienzo de la investigación”, que su esposo había sido compañero de estudios de una persona a la que estaban investigando. Si nos atenemos a la literalidad de sus dichos, hay una ventana de trece días entre el inicio de la investigación, el 20 de septiembre de 2018, y el allanamiento en el estudio Integral Asesoría, el 3 de octubre. De eso habrá tomado nota, seguramente, el fiscal ad-hoc, Gastón Justet.

Pero los fiscales también dijeron que en ningún momento de la investigación, mientras Goyeneche intervino como coordinadora, recibieron instrucciones para ralentizar su curso o beneficiar a alguna persona y aseguraron que en ningún momento advirtieron que la procuradora adjunta hubiera perdido la objetividad. “De haberlo notado, se lo habría dicho a ella y también al procurador”, aseguró Aramberry. De eso habrán tomado nota, seguramente, los defensores Leopoldo Lambruschini y Enrique Pita.

Así de compleja es la valoración que debe hacer el tribunal que juzga la conducta de Cecilia Goyeneche, acusada por presunto mal desempeño y por haber tenido una conducta pública o privada incompatible con las funciones a su cargo.

Cuando estalló la causa de los contratos truchos, Goyeneche llevaba apenas un mes desde que había sido designada como fiscal anticorrupción e intervino desde el inicio de la investigación, según explicaron Yedro y Aramberry.

El nombre de Opromolla surgió casi en esos momentos embrionarios, cuando se determinó que el estudio Integral Asesoría tenía asignada una terminal de Entre Ríos Servicios desde la cual se abonaban los monotributos de los falsos contratistas. Su nombre encabezaba la placa en la puerta del estudio. Lo que Goyeneche les dijo a los fiscales era que su esposo, el también contador Sebastián Orlando, había sido compañero de estudios en la universidad, según dijeron ambos; “nada más que eso”, acotó Aramberry. Nunca habló de propiedades compartidas.

El inversor

Goyeneche se apartó de la investigación en mayo de 2019, luego de que los fiscales decretaran la inhibición general de bienes de los imputados en la causa de los contratos truchos. Se supo entonces es que ambos habían compartido la propiedad de un departamento en calle La Paz 236, aunque en los registros todavía figuraba a nombre de ambos; y que eran dueños en partes iguales de otro departamento en calle 9 de Julio 165, que estaba alquilado a una tercera persona.

Los fiscales aseguran que desconocían esa información. Aunque Aramberry dijo que tras el allanamiento al estudio contable, la procuradora adjunta “comentó que compartía un fideicomiso con Opromolla, pero que era su intención cederlo”, a lo que Yedro agregó que “ella comentó que haría una cesión de derechos a un familiar y que el procurador general (Jorge Amílcar Luciano García) estaba en conocimiento”. La cesión se hizo efectivamente unos días después del allanamiento al estudio Integral Asesoría como “donación” a su sobrina, Maricel Goyeneche.

El contador Orlando, esposo de Goyeneche, explicó que fue a instancias suyas que la procuradora adjunta realizó las inversiones en dos fideicomisos en partes iguales con el también contador Opromolla. Era una suerte de nexo entre ambos, explicó.

Orlando y Opromolla se conocieron en la facultad, entablaron amistad y montaron “un proyecto de estudio contable”, que también integraba Guido Krapp, también compañero de ambos. Hasta que Orlando emigró del país y la relación entre ambos se enfrió, según contó este martes en la declaración que dio ante el Jurado de Enjuiciamiento. Retomaron el vínculo a su vuelta, “pero no fue la misma amistad”, dijo.

Según dijo, para el año 2009, Orlando se incorporó a un estudio que desarrollaba proyectos inmobiliarios, “algunas veces como administrador de obras y otras veces como fiduciario”. En ese rol, explicó, “lo más importante era conseguir inversores; en dos de esos proyectos convencí a mi esposa para invertir en dos medio departamentos y le dije que estuviera tranquila porque iba a invitar a Pedro Opromolla, que era de mi confianza, para que invirtiera en el otro 50 por ciento”. Goyeneche era reacia a hacerlo, pero aceptó para apoyar a su esposo, según ella misma lo dijo en la jornada anterior.

Al poco tiempo, Goyeneche compró a Opromolla el 50 por ciento del departamento que compartían en calle La Paz 236. Pero en el departamento de calle 9 de Julio 165 hubo problemas para escriturar; Opromolla le preguntó a Orlando si se podía alquilar a un tercero y así se hizo. Es el departamento que Goyeneche compartía con Opromolla cuando se inició la causa de los contratos truchos y que cedió a su sobrina unos días después del allanamiento del estudio contable.

Orlando aseguró que no ha vuelto a hablar con Opromolla tras el allanamiento. “La amistad que teníamos cesó porque estaba vinculado a una causa de corrupción”, dijo.

Antes habían compartido amistad, cumpleaños, asados. Pero no vacaciones, aseguró. Coincidieron en una ocasión en Villa La Angostura. Goyeneche participaba de una jornada de procuradores, a la que había asistido con Orlando; y Opromolla también paseaba por el sur del país e hicieron una excursión juntos.

El cadete en la mira

La procuradora adjunta también está acusada de haber instruido a los fiscales Yedro y Aramberry a que solicitaran autorización para el allanamiento, requisa procesal y secuestro del teléfono celular de un testigo que había identificado al contador Orlando entre las personas que frecuentaban y trabajaban en el estudio Integral Asesoría.

Ambos lo negaron. Aramberry aseguró que lo hicieron “teniendo en cuenta las mentiras que había manifestado” el testigo Mario Deiloff en una entrevista donde, entre otras cosas, primero negó y luego terminó admitiendo que era contratado ficticiamente en la Legislatura. Tenía un contrato trucho, para decirlo más claramente. “Fue una decisión autónoma que tomamos después de analizar la entrevista”, agregó Aramberry y coincidió Yedro cuando se lo preguntaron.

Aramberry aseguró que “el nombre de Orlando no surgía de la placa que había en el frente del estudio, por lo cual descreímos de la declaración de Deiloff; y unos días antes había declarado otro de los socios y tampoco lo nombró”, insistió.

En el cierre, la procuradora adjunta le hizo preguntas calcadas a Yedro y Aramberry: ¿Recibieron instrucciones para retrasar la investigación? ¿Advirtieron alguna pérdida de objetividad de alguno de los integrantes del equipo de investigación? No, dijeron ambos. “Jamás”, aseguró Yedro. “De haberlo notado, se lo habría dicho a ella y también al procurador”, se explayó Aramberry.