DERECHOS HUMANOS

Imputaron a ex militares de inteligencia por la desaparición del soldado Papetti

26/07/2021

Tres integrantes del área de inteligencia del Regimiento de Concordia fueron imputados por el encubrimiento del homicidio del soldado conscripto Jorge Emilio Papetti, desaparecido el 16 de marzo de 1977. Las versiones de la falsa fuga y las acusaciones cruzadas entre los miembros del grupo de inteligencia.

Imputaron a ex militares de inteligencia por la desaparición del soldado Papetti

Juan Cruz Varela
De la Redacción de Página Judicial

 

El soldado conscripto Jorge Emilio Papetti fue detenido el 16 de marzo de 1977 mientras estaba de guardia en el Regimiento de Concordia, donde había ingresado once meses atrás. Cuando su madre fue a indagar sobre su situación, el jefe de la unidad militar le dijo que había sido arrestado para ser investigado y que se fugó cerca de Villaguay cuando era trasladado esposado y bajo custodia de tres oficiales del mismo regimiento.

Esos ex militares deberán prestar declaración indagatoria donde serán acusados por el encubrimiento del homicidio del soldado. Se trata de Juan Ignacio Aleman, Héctor Aníbal Amarillo y Miguel Ángel Galeano, que eran auxiliares del área de inteligencia del regimiento. En rigor, dos de ellos, ya que Amarillo falleció recientemente.

Tres ex militares fueron condenados en 2020 por la desaparición de Papetti: Gonzalo López Belsue, quien lo retiró de la formación, recibió ocho años de prisión como partícipe secundario de los delitos de privación ilegítima de la libertad e imposición de tormentos; mientras que Naldo Miguel Dasso, el jefe del regimiento, fue condenado como autor mediato del secuestro y las torturas; y José Anselmo Appelhans, el director de la cárcel de Paraná, fue condenado como autor mediato del secuestro, imposición de tormentos y homicidio doblemente calificado por alevosía y por haber sido cometido por dos o más personas, y recibieron prisión perpetua.

Pero en la misma sentencia se ordenó abrir una nueva investigación para determinar quién más intervino en el hecho, y de los informes judiciales surgen otros nombres sobre los cuales ahora la justicia decidió avanzar.

El juez federal Leandro Ríos deberá fijar la fecha para las indagatorias de Aleman y Galeano. Antes de eso, el fiscal, que tiene la instrucción a su cargo, tendrá que precisar las conductas a imputar, según lo ha dispuesto la Cámara Federal de Apelaciones, a raíz de una controversia entre el juez y el fiscal sobre ese punto.

Lo que dicen unos y otros

Papetti había ingresado a cumplir con el servicio militar obligatorio en el Regimiento de Concordia el 20 de abril de 1976 y llegó a ser destacado como dragoneante, lo que le permitía volver por las noches a dormir a su casa.

De allí salió por última vez el día 14 de marzo de 1977, a las cinco y media de la mañana, y ya no volvió. Primero se dijo que los soldados y conscriptos habían quedado acuartelados, pero a los tres días sus familiares supieron que Papetti había sido “arrestado”. El 21 de marzo, el jefe del regimiento, Dasso, recibió a la madre del conscripto y le dijo que Papetti había sido detenido por estar “comprometido con actividades subversivas” y que se había escapado mientras era trasladado a Paraná. El mayor Ramón Osvaldo Orieta, el mayor Osvaldo Antonio Larocca y el capitán Horacio Alberto Goris le confirmaron esa versión.

En su declaración ante los tribunales militares, en 1985, Dasso señaló al teniente primero López Belsue como la persona que realizó la “detención” del conscripto por órdenes de Juan Carlos Trimarco, el jefe de la represión en la provincia. Entonces dijo que designó a López Belsue por ser su jefe de escuadrón, quedando también a cargo de dicho oficial la prevención correspondiente, es decir, el interrogatorio, con las preguntas que le hizo y respuestas que le falsearon al soldado.

Por su parte, López Belsue admitió haber sido quien retiró al conscripto de la formación, en cumplimiento de órdenes verbales que le dio Dasso, y que “interrogó” a Papetti en dos ocasiones mientras estuvo en el regimiento. Según dijo, el grupo de inteligencia del regimiento había encontrado “documentación comprometedora” en el equipo del soldado Papetti y apuntó directamente contra Juan Antonio Echeverría, que era el jefe, el oficial Juan Ignacio Aleman y otros suboficiales que no mencionó.

En una declaración ante los tribunales militares, Dasso dijo además que Papetti fue trasladado a Paraná y que se fugó a la altura de Villaguay, aprovechando una detención del vehículo por fallas mecánicas. Es una versión falsa de la historia.

El traslado, según los registros militares, estuvo a cargo de Aleman, como responsable del operativo, y los suboficiales Héctor Aníbal Amarillo y Miguel Ángel Galeano, que eran auxiliares del Departamento Inteligencia del regimiento. Ellos mismos lo han reconocido.

Sin embargo, dos personas que compartieron cautiverio con el soldado conscripto dieron otra versión. Ramón Rogelio Ayala y Jorge Martín Ramírez vieron a Papetti en una sesión de tortura en el regimiento y contaron que luego los trasladaron a los tres a la Tortuga Alegre, un camping cerca de Salto Grande, donde fueron nuevamente torturados.

Papetti estaba muy golpeado, prácticamente no podía mantenerse en pie, dijo Ramírez; tenía los ojos cerrados por los golpes, el pecho hundido, sangre en la boca y tosía mucho.

En una fecha que sería el 19 de marzo los tres fueron trasladados a Paraná. Ramírez iba en un camión tanque; Papetti y Ayala, en el baúl de un Ford Falcon. Al llegar, los alojaron en los cuarteles del ejército, donde permanecieron dos días; hasta que Papetti y Ramírez fueron trasladados a la cárcel que dirigía Appelhans.

Papetti fue torturado hasta la muerte en la “unidad familiar”, un sitio dentro de la cárcel donde se torturaba a los detenidos. “Escuché que le dio un ataque, se quedó sin aire, empezaron a pegarle en el corazón y se ve que les murió”, contó Ramírez.

Los últimos momentos de Papetti en la cárcel son más borrosos. Ramírez mencionó que en la sala donde ambos eran torturados había al menos seis personas, advirtió que eran militares aunque no pudo identificar a ninguno.