PARANÁ

Ariel Goyeneche: la defensa de los policías dice que no tienen responsabilidad penal

28/06/2024

Los abogados Damián Petenatti e Iván Vernengo, que representan a los policías sospechados, cuestionaron los resultados de la autopsia que determinó que la muerte de Ariel Goyeneche se produjo por “asfixia mecánica” por la presión de un factor externo sobre el tórax y el abdomen que le impidió respirar.

Ariel Goyeneche: la defensa de los policías dice que no tienen responsabilidad penal

De la Redacción de Página Judicial

 

La investigación por la muerte de Ariel Goyeneche podría dar un vuelco luego de conocido el informe de la autopsia que determinó que el joven falleció por “asfixia mecánica por compresión extrínseca a nivel toraco-abdominal”, es decir, que hubo un factor externo ejerciendo presión sobre el tórax y el abdomen que le impidió respirar.

El dato pone una vez el foco sobre la responsabilidad de los policías que realizaron el traslado del joven hasta la Comisaría Segunda y luego aparecen en un video sujetándolo en el piso en medio de una crisis de salud mental provocada o exacerbada por sus consumos problemáticos, como ha reconocido por su familia.

Se trata del cabo David Vázquez y el sargento Lisandro Romero, que podrían ser formalmente imputados, según ha dejado trascender el fiscal Santiago Alfieri, que tiene a su cargo la investigación. Independientemente de ello, el Ministerio de Seguridad y Justicia anunció el pase a disponibilidad de ambos.

Los abogados Damián Vernengo e Iván Petenatti, que representan a los policías, consideran que el informe definitivo que se dio a conocer esta semana no cambia la situación y que a los uniformados no les cabría ninguna responsabilidad penal por la muerte de Ariel Goyeneche.

“Es importante aclarar que tenemos un profundo respeto por lo que fue la vida de Ariel Goyeneche y por el dolor que sienten la familia y los afectos; que no vamos a escarbar en su vida privada ni las costumbres y los problemas de consumo que la familia ha dicho que tenía, solo en la medida que eso sea motivo para explicar las causas de su muerte”, señalaron los letrados en diálogo con Página Judicial. “No hay acá una criminalización de los hábitos de consumo”, agregaron.

En el mismo sentido, expresaron la necesidad de realizar una investigación “porque estamos frente a un hecho complejo” y resaltaron que “la familia tiene todo el derecho a saber qué paso”.

La reconstrucción del hecho

Los letrados trazaron tres momentos en la secuencia de los hechos: la detención en calle Piedrabuena, cuando un vecino advirtió la presencia de una persona en los techos, que resultó ser Ariel Goyeneche; el traslado en un patrullero para su identificación; y las circunstancias que derivaron en la muerte del joven, frente a la Comisaría Segunda.

“Cuando lo ven sobre los techos, le piden de buena manera que baje, le dicen que lo van a trasladar para identificarlo correctamente, tratan de calmarlo y le piden que se ponga la remera para hacer el traslado. No hubo golpiza, no se lo trató mal”, explicó Petenatti.

Sobre ese momento, Vernengo sostuvo que “al chico lo encontraron excitado. No estaba violento, no tuvo reacciones violentas contra los policías, sino que lo notaban excitado y que no era coherente en algunas cosas que decía. En ese momento no sabían si estaban ante una persona con un problema de salud mental, un problema de consumo o ambas, porque negaba haber consumido sustancias, sino que había tomado cerveza”.

“Todas las personas que trasladan para identificar son esposadas. Eso se hace por una cuestión de seguridad de todos; y la realidad es que el traslado fue muy dificultoso porque se escapó del automóvil en el medio del procedimiento y se metió en la Jefatura Departamental. Cuando estaban frente a la Comisaría Segunda, Goyeneche empieza a girar dentro del móvil, el auto se tambalea para todos lados y no lo podían contener, a tal punto que dentro del automóvil se descalza, rompe una ventanilla con el pie y vuelve a salir del móvil. Era muy difícil contenerlo porque no estaban ante una persona a la que pudieran contener fácilmente”, agregó Petenatti.

El letrado insistió en que “una vez que estaban en el lugar, los policías tenían la obligación de trasladarlo para tomar sus datos y hacer una correcta identificación; y el traslado iba sin inconvenientes hasta que pasaron por la Jefatura Departamental (a escasos metros de la Comisaría Segunda). Ahí empieza a intensificarse el problema. Entonces tuvieron que sacarlo del móvil y ya no tenían otro vehículo para trasladarlo porque al patrullero no lo podían subir porque tenía un vidrio roto y tampoco era seguro conducir un vehículo de esas características con una persona tan exaltada”.

La muerte

Ariel Goyeneche falleció el 12 de febrero de 2024 en circunstancias que involucran a la Policía de Entre Ríos. En videos que filmó un vecino se puede ver al joven estaba en el piso, boca abajo, esposado con las manos en la espalda, el pecho sobre el cordón de la vereda y las piernas en la calle. Vázquez lo tenía inmovilizado con sus rodillas apoyadas en la espalda y Romero le sostenía las piernas.

Los abogados sostienen que “los policías en todo momento querían que se calmara” y Vernengo señaló que “incluso estando esposado intentaba levantarse, por eso uno de los policías (Vázquez) se había puesto en cuclillas, sin apoyarle las rodillas, y el chico hacía tanta fuerza que lo hacía trastabillar”.

Los videos muestran una secuencia de aproximadamente media hora desde que el móvil llega a la Comisaría Segunda y llaman a una ambulancia porque el joven se había desvanecido.

En ese sentido, Petenatti aseguró que “cuando se desencadena esta situación de crisis, llegando a la Comisaría, ellos pierden la posibilidad de hacer algo distinto a lo que hicieron” y agregó que “hicieron todos los reclamos que tenían a su alcance por refuerzos, un vehículo en condiciones para trasladarlo a un hospital o ante el médico forense y una ambulancia, y no se los brindaron”.

Los abogados evitaron expandir las responsabilidades hacia otros uniformados, pero insistieron en que “luego del incidente más intenso dentro del vehículo, y una vez que lo reducen, (Vázquez y Romero) no tenían posibilidades materiales ni jurídicas de hacer otra cosa distinta de lo que estaban haciendo”.

Por último, advirtieron que “no existe” un protocolo y que los policías tampoco habían recibido capacitación para el abordaje de situaciones ante una persona que estuviera atravesando una crisis de salud mental: “Si ahora se está debatiendo acerca de la necesidad de elaborar un protocolo es porque evidentemente no lo hay”.