DERECHOS HUMANOS

Por qué marchamos este 24 de marzo

24/03/2024

El reclamo de memoria, verdad y justicia se reedita en contexto inédito, frente a un Gobierno que reivindica la dictadura. El ataque a una militante de HIJOS abre la puerta a un escenario en el que empiezan a cruzar límites que hasta ahora no se habían atravesado en la democracia. Motivos para marchar y gritar bien fuerte: ¡Nunca más!

Por qué marchamos este 24 de marzo

Juan Cruz Varela
De la Redacción de Página Judicial

 

Un hecho terrible y un sinfín de provocaciones de un Gobierno que reivindica la dictadura marcaron el clima en las vísperas del aniversario del golpe cívico-militar.

El hecho ocurrió el 5 de marzo y la denuncia es estremecedora. Una militante de la agrupación Hijos e Hijas por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio (HIJOS), familiar de víctimas de la dictadura, denunció que esa noche cuando volvía a su casa, al ingresar a su departamento la recibieron dos hombres armados que la tomaron por el cuello y por los brazos para que no pueda moverse ni hablar, la amenazaron, le ataron los pies y las manos con alambres, le introdujeron un trozo de tela en la boca, la golpearon y abusaron de ella. “No hables nunca más. Mirá lo que te pasa por hablar, sabemos que trabajás en los derechos humanos. No vinimos a robarte nada. Nosotros te vinimos a matar”, le dijeron. Y antes de irse escribieron en la pared las letras “VLLC”, el slogan de La Libertad Avanza y las siglas con las que el Presidente Javier Milei firma sus mensajes.

Hoy se sabe que estas personas que atacaron a la militante de HIJOS habían hecho inteligencia en el edificio en los días previos; hablaron con vecinos tratando de reconstruir sus horarios y sus movimientos y un testigo los vio cuando forzaban la puerta de ingreso al edificio para irse tras el ataque.

La víctima denunció el hecho ante la policía y ante la justicia y la agrupación HIJOS publicó un comunicado en el que señala que “estos hechos tienen un claro correlato con las acciones y discursos de odio que las máximas autoridades del país expresan cotidianamente e incitan a la violencia contra quienes militamos por los derechos humanos”.

El hecho que tuvo como víctima a la joven militante se da en un marco de provocaciones que viene realizando el Gobierno, en parte para distraer del foco de atención de un ajuste brutal, pero en parte también con un sesgo ideológico y que empiezan a cruzar límites que hasta ahora no se habían atravesado en la democracia.

Provocaciones que no son nuevas. La más siniestra es la negación de los 30 mil desaparecidos, una cifra que es una construcción de los organismos de derechos humanos, precisamente, porque la dictadura aplicó ese método de desaparecer a sus enemigos políticos y no se sabe a ciencia cierta cuántas fueron las víctimas.

El propio Milei, en el debate presidencial, habló de “una guerra” en la que “las fuerzas del Estado cometieron excesos, pero los terroristas del ERP y Montoneros mataron, pusieron bombas y cometieron delitos de lesa humanidad”, replicando palabra por palabra un discurso del genocida Emilio Eduardo Massera.

La vicepresidenta Victoria Villarruel, una negadora del terrorismo de Estado, se ha ocupado sistemáticamente de socavar el proceso de memoria, verdad y justicia; como cuando presentó a un represor multicondenado, como Juan Daniel Amelong, uno de los perpetradores de la apropiación ilegal de los mellizos Negro-Valenzuela, como una “víctima del terrorismo”.

Recientemente, el ministro de Defensa, Luis Petri, participó en Rosario de la presentación de un libro sobre el coronel Argentino del Valle Larrabure, por cuya muerte los sectores fascistas buscan condenar a guerrilleros del ERP; se fotografió con Cecilia Pando, una de las históricas militantes a favor de los represores, y otras esposas de genocidas condenados a prisión perpetua por crímenes de la dictadura; y comparó a la guerrilla de los setenta con las prácticas del narcotráfico (sic).

Esas provocaciones deberían interpelar a una sociedad que ha dicho nunca más; deberíamos empujarnos a todos a marchar este 24 de marzo para que seamos muchos quienes salgamos a la calle a gritar bien fuerte: ¡Nunca más!

¡30.000 detenidos desaparecidos, presentes!