DERECHOS HUMANOS

La Corte Suprema rechazó la prisión domiciliaria al represor Obaid

01/03/2024

El ex militar Oscar Ramón Obaid deberá cumplir su condena en una cárcel común. La Corte Suprema de Justicia de la Nación rechazó un recurso extraordinario a través del cual pretendía que se le conceda la prisión domiciliaria.

La Corte Suprema rechazó la prisión domiciliaria al represor Obaid

Juan Cruz Varela
De la Redacción de Página Judicial

 

La Corte Suprema de Justicia de la Nación dio por concluida una etapa de la denominada megacausa Área Paraná al rechazar el recurso extraordinario interpuesto por el represor Oscar Ramón Obaid, condenado a seis años de prisión por el secuestro e imposición de torturas a dos detenidos políticos durante la dictadura.

En dos líneas, y en uso de sus “facultades discrecionales” que le concede el artículo 280 del Código Civil y Comercial de la Nación, los jueces Horacio Rosatti y Juan Carlos Maqueda rechazaron por inadmisible el recurso extraordinario interpuesto por la defensa del represor para que se le conceda el beneficio del arresto domiciliario. En tanto, Ricardo Lorenzetti adoptó el mismo temperamento, aunque agregó en su voto que “la desestimación de un recurso extraordinario mediante la aplicación de dicha norma no importa confirmar ni afirmar la justicia o el acierto de la decisión recurrida”, ello con el objetivo explicitado de “evitar interpretaciones erróneas acerca del alcance de los fallos de la Corte Suprema”.

La defensa había solicitado que Obaid cumpla la condena en su domicilio alegando problemas de salud, su edad avanzada (es mayor de 70 años) y que debía cuidar a su esposa enferma. Ahora, la decisión de la Corte Suprema lo deja a las puertas de la unidad penal.

De hecho, hace algunas semanas la Cámara Federal de Apelaciones de Paraná había hecho lugar a un recurso presentado por los fiscales Ricardo Álvarez, José Ignacio Candioti y Leandro Ardoy para que se concretara la detención.

Como un perro guardián

Obaid está considerado como el último eslabón en el esquema represivo; fue cabo primero del Escuadrón de Ingenieros del Ejército entre el 17 de octubre de 1975 y el 15 de octubre de 1978 y ha sido señalado como uno de los custodios en la casa de torturas que funcionaba en inmediaciones de la Base Aérea.

Fue condenado a seis años de prisión por la privación ilegítima de la libertad e imposición de tormentos contra dos perseguidos políticos durante la última dictadura cívico-militar.

Dos ex presos políticos lo reconocieron como uno de los integrantes de la guardia rotativa que disponían los militares en el centro clandestino de detención y torturas. Luis Sotera, uno de ellos, aseguró que “los guardias no torturaban”; mientras que Juan Domingo Wursten dijo que alguien que se hacía llamar Turco le pegaba durante la tortura. Obaid ha reconocido que le dicen Turco o Cacho.

En la sentencia de primera instancia se consignó que Sotera y Wursten “se encontraban alojados en un centro clandestino y su detención fue materializada en condiciones inhumanas, bajo agresiones y amenazas de torturas, encerradas y sin acceso a instalaciones sanitarias ni higiene, como tampoco alimentación”.

Ese lugar era una casa antigua ubicada en inmediaciones de la Segunda Brigada Aérea, adonde eran trasladadas personas que se encontraban detenidas legalmente en la unidad penal y otras que permanecían secuestradas en los cuarteles del Ejército.

Los ex presos políticos mencionan dos sitios cercanos entre sí, ubicados en una zona descampada y dicen haber escuchado ladridos de perros y el sonido de aviones. Los describen como construcciones precarias con una habitación húmeda, a metros de la vieja ruta a la ciudad de Crespo. En sus declaraciones coinciden en que se trataba de estructuras más sólidas que la de otros centros clandestinos de detención, con una galería y varias habitaciones; que se las notaba casas coloniales, con rejas y tejas en el techo, baldosas rojas, galería ancha y sin luz eléctrica, por lo que los verdugos se iluminaban con faroles de gas y grupos electrógenos.

Un ex detenido político dijo haber visto una cuchara que tenía impresas iniciales de la Fuerza Aérea Argentina; y otro ex preso contó que una noche, mientras era trasladado, alcanzó a ver a través de la capucha las balizas de la pista de aterrizaje.

Un dato que no puede pasar inadvertido es que ambos dijeron haberlo reconocido porque fueron vecinos en el barrio La Floresta de Paraná. Wursten incluso lo dijo en 1984 ante la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (Conadep) y lo ratificó en cada una de sus declaraciones judiciales posteriores.

Sotera dijo que en ese lugar había una guardia rotativa de cuatro personas que señaló como pertenecientes al Ejército y a la Fuerza Aérea, todos de bajo rango. Uno de ellos era Obaid, a quien reconoció, y dijo que eso le habría significado tener un trato más benévolo de parte del resto de los custodios. Wursten lo reconoció por la voz y aseguró que esa persona a la que identificó como Turco o Cacho “siempre permanecía al lado de la cama donde estaba estaqueado”, le decía que era su amigo, que conocía a su familia y que si decía la verdad nada iba a pasarle. Obaid vivía enfrente de su casa. También contó que “un día que esta gente (los guardias) estaba tomando, porque se sentía el olor a alcohol, y dijeron: ‘Vamos a sacarlo un rato’. Estaba encapuchado y vendado, pero alcancé a ver el reflejo de la luz, me llevaron afuera y me hicieron sentar, desnudo, arriba de un montículo de tierra que resultó ser un hormiguero”, relató.

Lo cierto es que ambos “se encontraban alojados en un centro clandestino y su detención fue materializada en condiciones inhumanas, bajo agresiones y amenazas de torturas, encerradas y sin acceso a instalaciones sanitarias ni higiene, como tampoco alimentación. En esas condiciones, Obaid cumplía la función de custodiar a las víctimas”, consignó la sentencia que condenó al represor.

Obaid by Página Judicial on Scribd