GATILLO FÁCIL

Diecisiete años de prisión para el policía que mató a Iván Pérez

14/12/2023

Mauricio Gómez, sargento de la Policía de Entre Ríos, recibió una dura pena por el homicidio de Iván Pérez, en un caso de gatillo fácil ocurrido en Gualeguaychú; sin embargo, el juez dispuso que el efectivo permanezca en libertad hasta que la condena quede firme. La defensa denunció amenazas al jurado y pidió la nulidad del juicio.

Diecisiete años de prisión para el policía que mató a Iván Pérez

De la Redacción de Página Judicial

 

El sargento Mauricio Gómez, de la Policía de Entre Ríos, recibió una pena de 17 años de prisión por el homicidio de Iván Pérez, en un caso de gatillo fácil perpetrado el 9 de octubre de 2019 en Gualeguacyhú. Sin embargo, el juez Arturo Exequiel Dumón dispuso que el efectivo permanezca en libertad hasta que la sentencia quede firme, aunque fijó una caución real de 1,5 millones de pesos.

El 6 de diciembre pasado, un jurado popular había considerado que el policía era culpable del delito de “homicidio agravado por el uso de arma de fuego”, en el marco del proceso que se realizó por la muerte de Iván Pérez, un joven de 24 años.

Tras la decisión del jurado, el fiscal Lisandro Beherán solicitó que el policía sea condenado a 18 años de prisión; mientras que el abogado Pablo Di Lollo querellante en representación de la familia del joven asesinado, pidió una pena de 22 años de cárcel.

En tanto, el abogado Alfredo Vitale, defensor del policía Gómez, aseguró que los pedidos de pena de las partes fueron “excesivos y desproporcionados”; al tiempo que luego interpuso una denuncia ante el Ministerio Público Fiscal por supuestas amenazas al jurado para imponer un veredicto de culpabilidad.

Según el abogado defensor, un integrante del jurado habría coaccionado a otros para que se manifestaran por la culpabilidad del sargento Gómez; lo hizo citando un mensaje de texto que una mujer que habría integrado ese tribunal popular envió al número telefónico de la Oficina de Gestión de Audiencias (OGA) del Poder Judicial de Gualeguaychú en el que decía que ella y otros habrían sido coaccionados durante la deliberación. Con esa denuncia en la mano, Vitale pedirá la nulidad del juicio.

Fue gatillo fácil

El 9 de octubre de 2019, entre las diez y media y las once de la mañana, vecinos del barrio Molinari de Gualeguaychú reportaron el robo de unas herramientas de un taller mecánico y hasta allí concurrió el Móvil 647 de la Policía de Entre Ríos. Enseguida los oficiales Juan Alberto Zapata y Mauricio Javier Gómez detuvieron a una persona y en otra recorrida divisaron a Iván Pérez, que estaba con unos amigos a unas cuadras.

Según la reconstrucción que hizo el Ministerio Público Fiscal, los policías iniciaron una persecución que continuó por un callejón hasta que el joven salió a un descampado e intentó atravesarlo en dirección hacia una iglesia evangélica.

El relato policial sobre lo que ocurrió en ese ínterin hasta el desenlace fatal es confuso. Gómez dice que Zapata se negó a perseguir a Iván Pérez a pie porque tenía un problema en la rodilla. Zapata dice que Gómez bajó de la camioneta y salió corriendo detrás del joven.

Cuatro personas vieron el desenlace fatal. Sus testimonios coinciden en que la camioneta conducida por Gómez avanzó por el descampado y en un momento frenó bruscamente; que Gómez bajó del vehículo, avanzó unos pasos, extrajo el arma, apuntó y disparó hacia donde corría Iván Pérez, de espaldas a él. En cuanto a Zapata, dicen haberlo visto llegar unos segundos después, a pie.

El tiro que mató a Iván Pérez ingresó por la nuca, por el lado derecho, de abajo hacia arriba. Las pericias determinaron que fue efectuado a una distancia de entre noventa y cien metros –el casquillo se encontró a noventa y cinco metros del cuerpo– y no había obstáculos que impidieran la visión del policía, ni árboles, ni arbustos, ni yuyos. Una pericia determinó que el arma de Gómez “estaba en estado regular de conservación y era apta para producir el disparo”, los tres dispositivos de seguridad funcionaban correctamente, para accionar el gatillo el policía debió realizar una fuerza de 5,2 kilos de fuerza y se descartó que se hubiera producido algún tipo de rebote del proyectil. Fue un disparo limpio.

El policía Gómez había sido enjuiciado en 2021, pero el jurado popular que debía analizar su responsabilidad no logró ponerse de acuerdo para arribar a un veredicto, el juicio se declaró “estancado” y el policía quedó en libertad.

En el segundo juicio, resultó condenado y el juez técnico le impuso una pena de 17 años de cárcel.