Nueva era
El ministro de Justicia de la Nación en estas pampas
20/11/2023
Mariano Cúneo Libarona, el abogado que ha sido nombrado por el presidente electo, es hijo y nieto de entrerrianos; e incluso su padre fue fiscal en la provincia. Por su parte, el flamante funcionario ha sido un personaje relevante en algunas crónicas judiciales escritas en Paraná. Un repaso de la agenda de Cúneo Libarona en la ciudad.
De la Redacción de Página Judicial
La vida y la trayectoria profesional de Mariano Cúneo Libarona se pueden leer, desde hace unas horas, en cualquier medio nacional.
El candidato para comandar el Ministerio de Justicia de la Nación, célebre por sus apariciones mediáticas en defensa de empresarios y personajes de la farándula argentina durante los años noventa, no requiere demasiada presentación.
Su biografía cuenta que tuvo un paso fugaz como secretario de un juzgado en los ochenta, hasta que se incorporó como abogado al estudio que fundó su padre y que ahora integra con sus tres hermanos. En la década del noventa inauguró la era de los abogados mediáticos: fue defensor de Amira Yoma y Guillermo Cóppola; los vínculos con el poder lo llevaron también a ser abogado de Emir Yoma en la causa por el contrabando de armas a Ecuador y Croacia; y más acá en el tiempo defendió a Sergio Taselli, que supo tener intenciones de quedarse con el frigorífico Santa Elena.
Pero Cúneo Libarona tiene una historia y un anecdotario también por estas pampas.
Es hijo y nieto de entrerrianos. Ambos se llamaban Mariano y nacieron en Concordia. Mariano abuelo fue diputado; Mariano padre es el segundo de cuatro hijos, nacido el 3 de enero de 1918 e inauguró su carrera judicial en la provincia: fue defensor de Pobres y Menores en Concepción del Uruguay entre 1942 y 1949; luego fue designado agente fiscal en Concordia y más tarde fiscal ante la Cámara de Apelaciones de Concepción del Uruguay en 1952. La historiografía judicial cuenta que uno de los integrantes de ese tribunal era el padre del procurador general Jorge Amílcar Luciano García.
En un reportaje familiar a la revista Noticias, cuando cumplió 100 años, Cúneo Libarona padre contó que leía los diarios La Nación y El Heraldo de Concordia y que veía poca televisión.
Mariano hijo es el mayor de otros tres abogados penalistas que integran el estudio que fundó su padre, ya en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, y también construyó sus terminales en Paraná. Una de las causas que lo vio en las crónicas fue cuando su estudio defendió en el Juzgado Federal de Paraná a Iván Gabriel Villalba, hijo del jefe narco del conurbano bonaerense, Miguel Ángel Villalba, conocido con el apodo de Mameluco.
El joven había sido detenido en una ruta transportando ochenta kilos de marihuana y terminó condenado a ocho años y seis meses de prisión. Su abogado fue Matías Cúneo Libarona, hermano del futuro ministro, y tuvo el apoyo de Marcos Rodríguez Allende.
El reconocido abogado penalista que ahora fue anunciado por Javier Milei como ministro de Justicia integró también el equipo que defendió a Sergio Varisco en la causa por narcotráfico.
La defensa del entonces intendente de Paraná estaba a cargo de Rubén Pagliotto y Miguel Ángel Cullen, quienes ejercieron como defensores durante todo el proceso. Sin embargo, Cúneo Libarona aportó momentos inquietantes a toda esa saga que arrinconaba al radical. Una de ellas fue cuando le planteó al juez Leandro Ríos que solicitara la colaboración de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) para tratar de esclarecer algunas de las anotaciones que había en los cuadernos de Luciana Lemos –la ex pareja de Daniel Celis–, a propósito de las visitas que hacía a Paraná el falso abogado Marcelo D’Alessio, que organizaba operativos de droga para el Ministerio de Seguridad de la Nación en ese momento a cargo de Patricia Bullrich.
Por esos tiempos Cúneo Libarona y D’Alessio compartían el panel en el programa Animales Sueltos, que se emitía por el canal América, conducido por Alejandro Fantino, el preferido de Milei.
Quienes lo han tratado cuentan que Cúneo Libarona es alguien de una buena charla, irónico y divertido; buen abogado, pero mejor lobbista: “Es un gran vendedor de influencias”, dijo un letrado que compartió horas de trabajo con él. Dicen que “habla con todos los jueces” y que tiene llegada a los ministros de la Corte Suprema. Y, por supuesto, es muy efectivo con la prensa. Es que entiende, y lo ha dicho, que la defensa de un personaje público se debe dar en tres planos: en el expediente, ante la opinión pública y en términos políticos.
Algunas crónicas
Ocho años y seis meses para el hijo de Mameluco Villalba
Procesaron a Varisco por narcotráfico