DERECHOS HUMANOS

Ordenan la inmediata detención del condenado represor Oscar Obaid

01/04/2022

La Cámara Federal de Apelaciones dispuso la inmediata detención de Oscar Ramón Obaid, un represor condenado por delitos cometidos durante la última dictadura cívico-militar. Debe cumplir una pena de seis años de prisión por el secuestro y aplicación de torturas a dos detenidos políticos en la casita de la Base Aérea. En cuestión de horas o días será alojado en la cárcel de Paraná.

Ordenan la inmediata detención del condenado represor Oscar Obaid

Juan Cruz Varela
De la Redacción de Página Judicial

 

El único lugar para un genocida es la cárcel común, sostienen los organismos de derechos humanos; una idea trazada en la certeza de que solo con memoria, buscando y conociendo la verdad y exigiendo justicia habría un efectivo Nunca Más.

El camino de la justicia, en este sentido, tiene una relación directa con la reparación a las víctimas y después de cuarenta años de impunidad esa reparación exige también que el modo de cumplimiento de las penas sea en la cárcel (y sin ningún tipo de beneficio), no en una base naval, ni en una unidad militar; y mucho menos en sus viviendas, como viene ocurriendo de manera creciente en los últimos años.

En Entre Ríos, apenas el 18 por ciento de los represores condenados por crímenes cometidos durante la dictadura cívico-militar se encuentran alojados en cárceles. La enorme mayoría cumple la pena bajo la modalidad de prisión domiciliaria.

La estadística –aunque es algo más que eso– se verá levemente modificada, a partir de una decisión judicial que dispuso la inmediata detención de Oscar Ramón Obaid, un ex suboficial del Ejército que deberá cumplir una pena de seis años de prisión por el secuestro e imposición de torturas a dos detenidos políticos.

La medida fue dispuesta por la Cámara Federal de Apelaciones de Paraná, con una integración de Noemí Berros, Roberto López Arango y Lilia Carnero, pero hasta el momento aún no se ha efectivizado, según confirmaron fuentes consultadas por Página Judicial. La defensa había solicitado que Obaid cumpla la condena en su domicilio alegando problemas de salud, su edad avanzada (está pronto a cumplir 70 años), que debe cuidar a su esposa enferma y la situación de pandemia por el Covid-19. El tribunal, y antes el juez de primera instancia, dijeron que sus afecciones pueden ser tratadas debidamente y atendidas en la cárcel de Paraná, donde será alojado.

La casita de la Base Aérea

Obaid está considerado como el último eslabón en el esquema represivo; era cabo primero del Ejército y fue señalado como uno de los custodios en la casa de torturas que funcionaba en inmediaciones de la Base Aérea.

Dos ex presos políticos durante la dictadura, lo reconocieron como uno de los integrantes de la guardia rotativa que disponían los militares en el centro clandestinos de detención y torturas. Luis Sotera, uno de ellos, aseguró que “los guardias no torturaban”; mientras que Juan Domingo Wursten dijo que alguien que se hacía llamar Turco le pegaba durante la tortura. Obaid ha reconocido que le dicen Turco o Cacho.

En la sentencia de primera instancia se consignó que ambos “se encontraban alojados en un centro clandestino y su detención fue materializada en condiciones inhumanas, bajo agresiones y amenazas de torturas, encerradas y sin acceso a instalaciones sanitarias ni higiene, como tampoco alimentación”.

Ese lugar era una casa antigua ubicada en inmediaciones de la Segunda Brigada Aérea, adonde eran trasladadas personas que se encontraban detenidas en la unidad penal y otras que estaban secuestradas en los cuarteles del Ejército.

Los ex presos políticos mencionan dos sitios cercanos entre sí, ubicados en una zona descampada y dicen haber escuchado ladridos de perros y el sonido de aviones. Los describen como construcciones precarias con una habitación húmeda, a metros de la vieja ruta a la ciudad de Crespo. En sus declaraciones coinciden en que se trataba de estructuras más sólidas que la de otros centros clandestinos de detención, con una galería y varias habitaciones; que se las notaba casas coloniales, con rejas y tejas en el techo, baldosas rojas, galería ancha y sin luz eléctrica, por lo que los verdugos se iluminaban con faroles de gas y grupos electrógenos.

Un ex detenido político dijo haber visto una cuchara que tenía impresas iniciales de la Fuerza Aérea Argentina; y otro ex preso contó que una noche, mientras era trasladado, alcanzó a ver a través de la capucha las balizas de la pista de aterrizaje.

Un dato que no puede pasar inadvertido es que ambos dijeron haberlo reconocido porque fueron vecinos en el barrio La Floresta de Paraná. Wursten incluso lo dijo ante la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (Conadep) en 1984 y lo ratificó en cada una de sus declaraciones judiciales posteriores.

Sotera dijo que en ese lugar había una guardia rotativa de cuatro personas que señaló como pertenecientes al Ejército y a la Fuerza Aérea, todos de bajo rango. Uno de ellos era Obaid, a quien reconoció, y dijo que eso le habría significado tener un trato más benévolo de parte del resto de los custodios. Wursten lo reconoció por la voz y aseguró que esa persona a la que identificó como Turco o Cacho “siempre permanecía al lado de la cama donde estaba estaqueado”, le decía que era su amigo, que conocía a su familia y que si decía la verdad nada iba a pasarle. Obaid vivía enfrente de su casa. También contó que “un día que esta gente (los guardias) estaba tomando, porque se sentía el olor a alcohol, y dijeron: ‘Vamos a sacarlo un rato’. Estaba encapuchado y vendado, pero alcancé a ver el reflejo de la luz, me llevaron afuera y me hicieron sentar, desnudo, arriba de un montículo de tierra que resultó ser un hormiguero”, relató.

Lo cierto es que ambos “se encontraban alojados en un centro clandestino y su detención fue materializada en condiciones inhumanas, bajo agresiones y amenazas de torturas, encerradas y sin acceso a instalaciones sanitarias ni higiene, como tampoco alimentación. En esas condiciones, Obaid cumplía la función de custodiar a las víctimas”, consignó la sentencia que condenó al represor.

Esa sentencia quedó firme el 27 de mayo de 2021, cuando se le denegó el recurso extraordinario ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Ahora se le rechazó la posibilidad de cumplir la condena en su domicilio. Es cuestión de horas o días que sea detenido y alojado en la Unidad Penal Número 1. En una cárcel común.

Foto: Juan Martín Casalla.