El juicio a urribarri

La imputada que no quería ser títere y los pedidos de CBU

11/11/2021

En una lista de conversaciones se reveló que la pareja de Aguilera se quejó porque no la participaban de los negocios. La contadora Cargnel explicó su relación con publicistas.  Quejas por las evidencias ventiladas, que impugnaron por violar la intimidad de las personas.

La imputada que no quería ser títere y los pedidos de CBU

De la Redacción de Página Judicial

 

La audiencia de este jueves en el juicio oral y público que se lleva adelante contra Sergio Urribarri, ex ministros, ex funcionarios y empresarios dejó evidencias sobre el entramado de relaciones en torno a la relación que existía entre quienes trabajaban en las imprentas, publicistas y Juan Pablo Aguilera, imputado y cuñado del ex gobernador.

Durante la jornada se revelaron mensajes de texto y a través de WhatsApp de Luciana Almada, una de las dueñas reconocidas de Formato Urbano, reclamándole a su pareja, Aguilera, ser parte de los negocios. Las revelaciones las expuso el bioingeniero Fernando Ferrari, integrante del Gabinete de Informática Forense del Ministerio Público Fiscal (MPF), que ofició de lector durante buena parte de la audiencia. También se ventilaron conversaciones entre la imputada Corina Cargnel, que se desempeñaba como contadora de Formato Urbano, y los publicistas Fernando Montañana y José María Bustamante.

“Cuando vos coordines algo con Corina (Cargnel) y me metan a mí, mínimamente, infórmenme a mí. Porque te recuerdo que no tengo nada que ver con tu empresa”, reclamó Almada en un mensaje dirigido a uno de los números telefónicos que pertenecían a Aguilera. Y se quejó: “Por un mail a la inmobiliaria me entero que se decidió el cierre de Villaguay. Perfecta decisión y comunicación. Ah, cierto que a mí no me tenían que contar nada. Un títere en tus negocios”.

Los abogados defensores Miguel Ángel Cullen y Marcos Rodríguez Allende, defensores de Aguilera y Almada, consideraron que lo que se estaba leyendo violaba la intimidad de sus representados e impugnaron la prueba, pero el tribunal integrado por José María Chemez, Carolina Castagno y Elvio Garzón, rechazó el planteo. Ferrari siguió con la lectura.

El de Corina Cargnel, contadora de Formato Urbano y personal de Aguilera, es un nombre que suena en las audiencias desde el minuto uno en que comenzó el juicio. Este jueves declaró que “las conversaciones que se mostraron acá fueron sacadas de contexto. Se puntualizó en temas en los que las conversaciones quedan desvirtuadas”. No se extendió demasiado y Cullen prometió una ampliación de su declaración.

Durante las conversaciones surgieron pases de CBU entre los imputados. Fue el momento en que la contadora también vio la necesidad de aclarar: “Eso no se puede hacer, no se hace. Es una burla, un chiste. Vale la pena aclararlo porque si no, queda como que manejara los contactos con funcionarios y todo lo demás. Sabemos que eso no se hace y no se puede hacer”, subrayó.

En una declaración cargada de tensión, con la voz entrecortada, añadió:  “Cuando le pido a Montañana y Bustamante si me pueden transferir, queda asentado que es para cubrir el banco, porque si no los cheques se rebotan. Son operatorias comerciales que si no se hacen traban el giro comercial de la empresa o generan conflicto. Además los montos son inferiores. Son 13 mil pesos, 15 mil pesos, que para los números de la empresa son ínfimos. Girar al descubierto y pedirle a un cliente que me transfiera 15 mil pesos quiere decir que estoy en menos 15 mil y si no deposita, me rebotan los cheques. Si mi cliente accede y me transfiere, quedo en cero y no es que quedo con plata. No sé si conocen cómo se maneja una empresa, el giro comercial, la diaria con los bancos y los empleados”, explicó, enojada.

“Mostraron una parte de una conversación con Bustamante de 2015, cuando no tenía vía pública ni contratación con el Estado. Al mostrar esa parte se presta a confusión. Quería decir eso, para que vayan quedando aspectos en claro de cómo fue mi trabajo en esa empresa”, completó.