EL JUICIO A URRIBARRI
Aguilera dejó sin pagar los carteles en rutas de la campaña de Urribarri
02/11/2021
Un publicista dijo haber sido contactado por Juan Pablo Aguilera para realizar tareas de promoción del ex gobernador Urribarri en su carrera presidencial. La tarea se concretó durante los meses de marzo, abril y mayo de 2015 por 338.800 pesos, aunque solo se pagó el primer mes, y la factura se hizo a nombre de la misma empresa que unos meses antes había montado el parador playero en Mar del Plata.
De la Redacción de Página Judicial
El juicio a Sergio Urribarri y compañía tiene una sorpresa cada día. El ex gobernador está acusado en cinco legajos por desvío de fondos públicos a través de campañas publicitarias para promocionar su candidatura presidencial en el año 2015. Lo que en aquel momento se dio en llamar el sueño entrerriano.
Hubo un despliegue importante y vistoso de la imagen del entonces gobernador con su rostro en las rutas, autopistas y calles de distintas provincias argentinas. El publicista Javier Osvaldo Phillips contó que en 2015 fue contactado por Juan Pablo Aguilera, cuñado de Urribarri, para la colocación de carteles en la provincia de Buenos Aires. Lo hizo como intermediario con una cooperativa de trabajo que tenía las estructuras en las rutas. Según dijo, la publicidad se contrató para los meses de marzo, abril y mayo, por un total de cien carteles, a un valor de 2.800 pesos cada uno, por un total de 338.800 pesos. Pero se pagó solo el primer mes y dejaron el resto impago. Hasta el día de hoy.
Phillips dijo haber sido contactado por Juan Pablo Aguilera, quien se presentó como cuñado del ex gobernador, y afirmó que se reunieron “cuatro o cinco veces” en la Casa de Entre Ríos en Capital Federal.
“Aguilera quería pautar en carteles ruteros en la provincia de Buenos Aires para hacer la instalación de un candidato. Es una práctica habitual que se hace fuera de la época de campaña específica cuando se quiere posicionar a un candidato en una zona donde no es muy conocido. Ese candidato era Urribarri. No era una campaña electoral porque no aparecía el número de lista ni una candidatura, sino la imagen, el nombre y alguna referencia simbólica a referentes políticos de ese candidato”, explicó el publicista.
El acuerdo se hizo con la Cooperativa de Trabajo X La Plata, de la capital bonaerense, los carteles los proveyó el propio Aguilera, según dijo Phillips, y la publicidad fue facturada por la empresa El juego en que andamos, la misma que antes había montado el parador playero en Mar del Plata.
El juego del parador
El segundo tramo de la audiencia giró en torno a El juego en que andamos SRL, la empresa de Gerardo Caruso, que montó el parador en la playa de Mar del Plata durante el mes de enero de 2015.
De acuerdo con la acusación, el parador tenía como objetivo promocionar la figura de Sergio Urribarri. Los trámites administrativos se iniciaron el 5 de diciembre de 2014 y en una licitación en tiempo récord se contrató con la empresa El juego en que andamos por 14.561.870 pesos; pero Caruso, “debía retornar en dinero en efectivo a Juan Pablo Aguilera”, una suma de 4.468.700 pesos, aseguran los fiscales.
A la licitación se presentaron dos empresas, El juego en que andamos y Castromil, cuya propuesta fue desechada porque la firma no estaba inscripta en el Registro de Proveedores del Estado. Los fiscales hicieron hincapié en que el pago del sellado para la registración de estas dos firmas los hicieron dos personas que trabajaron para Caruso en el montaje del parador, María Victoria Martín y Patricio Coutoune del Valle, y exhibieron los tickets de pago del sellado que se hicieron en forma consecutiva.
Lo cierto es que El juego en que andamos no tenía domicilio en la provincia cuando le fue adjudicado el contrato para la instalación del parador playero en Mar del Plata y al momento de inscribirse en el Registro de Proveedores del Estado fijó la dirección particular del ex secretario de Justicia Rubén Virué en la ciudad de Larroque.
El trámite estuvo a cargo de la Unidad Central de Contrataciones de la provincia, que tenía como director a Eugenio Argüelles. Según los registros, la empresa se inscribió como proveedora del Estado a mediados de diciembre del 2014 y recién completó su inscripción el 29 de diciembre, una vez que había recibido la adjudicación.
Argüelles aclaró que el sistema de contrataciones de la provincia permite la participación de empresas que no estén inscriptas en el Registro de Proveedores y, en caso de resultar adjudicadas, se les otorga un plazo de diez días para completar el trámite.
Los abogados defensores Miguel Ángel Cullen y Raúl Barrandeguy se quejaron cuando los fiscales exhibían fojas foliadas (y notariales) del trámite de inscripción que –a su entender– confundían al testigo, en rigor, por las preguntas que se le hacían al ex funcionario; y Fouces advirtió que se le exigía a Argüelles información que no tenía por qué saber, en referencia a conocimientos propios de un escribano.
Tras la confusión, el presidente del tribunal, José María Chemez, le preguntó por qué la legalización del trámite tenía fecha del 30 de diciembre y las certificaciones notariales estaban fechadas el día anterior. El funcionario explicó que “la legalización última es porque se trata de una empresa de otra provincia”. El juez insistió, Cullen volvió a quejarse de que los fiscales pretendían confundir al testigo y el interrogatorio giró hacia otro tema.
También declararon María Victoria Martín, productora de eventos, desde guiones de comerciales hasta la realización de recitales; y Patricio Coutoune del Valle, también productor de eventos artísticos. Ambos ratificaron que el parador playero tenía como objetivo promocionar a la provincia de Entre Ríos como destino turístico.
El empresario imputado los convocó para montar el parador en el populoso balneario La Perla a través de la firma El juego en que andamos y ambos dijeron no saber quién había contratado a Caruso. Sin embargo, Martín aseguró que el objetivo era “mostrar Entre Ríos, un lugar ameno, para disfrutar por el que pasaba mucha gente”. Emilio Fouces, abogado del ex ministro de Turismo, Hugo Marsó, y del empresario Caruso se interesó por saber si en esos días de enero donde estuvo presente todos los días se habló de política o alguna candidatura. “Lejísimo de eso”, respondió Martín.
Los fiscales quisieron saber si en esos días hubo algún contacto con Urribarri o Aguilera, pero la respuesta fue negativa.