DERECHOS HUMANOS

Condenaron al ex policía provincial Carlos Carvallo

18/12/2020

El ex policía provincial fue condenado a doce años de prisión por el secuestro y aplicación de torturas a un detenido político durante la última dictadura cívico-militar. El juez reconoció además que los delitos fueron cometidos en el marco de un genocidio.

Condenaron al ex policía provincial Carlos Carvallo

Juan Cruz Varela
De la Redacción de Página Judicial

 

El ex policía provincial Carlos Luis Carvallo fue condenado a una pena de doce años de prisión por el secuestro y aplicación de torturas a un detenido político en la Comisaría de El Brete, durante la última dictadura cívico-militar, y el juez dispuso además que el represor continúe detenido en la Unidad Penal Número 1 de Paraná.

El veredicto se dio a conocer en una audiencia que se desarrolló en forma virtual y de la que Carvallo participó desde su lugar de reclusión. El juez Pablo Seró consideró al represor como coautor de la privación ilegítima de la libertad perpetrada por un funcionario público con abuso de sus funciones o sin las formalidades prescriptas por la ley, agravada por el empleo de violencia o amenazas y por haber durado más de un mes; y por la aplicación de torturas a Manuel Ramat mientras se encontraba privado de la libertad agravada esta situación por ser la victima un perseguido político.

La sentencia reconoce además que los delitos fueron cometidos en el contexto histórico del terrorismo de Estado que asoló al país en el marco del genocidio nacional perpetrado entre 1975 y 1983.

El veredicto dejó conformes a los representantes de las víctimas, quienes destacaron el valor reparatorio que trae la sentencia. Marcelo Boeykens, coordinador del Registro Único de la Verdad, resaltó además que el magistrado haya considerado a Carvallo como coautor del secuestro y las torturas que sufrió Manuel Ramal “porque quiere decir que no fue el único responsable, cosa que nosotros ya sabíamos y planteamos en otras instancias del proceso, pero ahora lo reconoce una sentencia y eso habilita la posibilidad de seguir investigando lo que ocurrió en la Comisaría de El Brete”.

Carvallo era oficial ayudante de la Dirección Investigaciones de la Jefatura Departamental Paraná de la Policía y participó de operativos de secuestros y tortura de personas. También operó como personal civil de inteligencia del Batallón 601, con funciones en el Destacamento 122, con sede en Santa Fe pero que extendía su jurisdicción a Paraná. Su rol como espía era el de “agente de reunión”, es decir, alguien que se infiltraba las organizaciones sociales para recabar información que luego transmitía a los militares.

En 1979 volvió a Misiones y se recicló como periodista. Por su labor recibió distinciones de todo tipo, como los premios Santa Clara de Asis (1998), el Martín Fierro e inclusive el Sindicato de Prensa de Misiones le otorgó el premio “Andrés Guacurarí de Oro”, que es su máxima distinción (2010). Cuando el juez Leandro Ríos ordenó su detención, en 2014, Carvallo era una de las voces de El show de los impactos, junto con Alfredo Abrazián, dueño de FM Show y cuñado del ex ministro Domingo Cavallo. También era socio de FM Sur Paranaense SRL, la empresa que administra la Radio Sur, de Garupá, que retransmitía el programa, uno de los de mayor audiencia de la provincia de Misiones.

El interrogador de la Comisaría de El Brete

Manuel Ramat, ex detenido político, contó en sede judicial que en junio de 1976, unos días después del crimen de su hermano en la localidad bonaerense de Campana, personas vestidas de civil, pero pertenecientes a la Dirección Investigaciones de la Policía de Entre Ríos, realizaron un operativo en la casa de sus padres en Paraná. Uno de ellos se presentó como “Carvallo” y el otro, que dirigía el procedimiento, dijo ser de apellido Ojeda.

Tres meses después, el 30 de septiembre, en horas del mediodía, Carvallo se apareció nuevamente en la casa de Ramat, aunque esta vez dijo que lo buscaba para que le hiciera un trabajo de electricidad. Cuando le contestaron que no estaba, el policía pateó la puerta, ingresó violentamente a la vivienda, amenazó a los familiares del militante político y se sentó a esperarlo en el living. Como no llegó, al cabo de unas horas, se fue.

Ramat, que por esos días efectivamente estaba haciendo changas como electricista, se presentó unas horas después en la Jefatura Central de Policía, acompañado por el abogado Eduardo Solari. Allí lo recibió un comisario José Escobar, quien le indicó que debía esperar a Carvallo. Cuando éste llegó a buscarlo, junto con un chofer, lo hicieron subir a un Ford Falcon y marcharon como si se dirigieran a Santa Fe. Ramat iba en el asiento trasero, sin esposas, sin capucha y con su documento en el bolsillo. Hasta que a la altura de Colastiné Sur el automóvil dio la vuelta en una arboleda y se detuvo; lo hicieron bajar, lo esposaron, le pusieron una capucha y lo metieron en el baúl bajo amenazas; y entonces el vehículo viró hasta la Comisaría de El Brete, donde Ramat permaneció durante 45 días.

Según dijo, fue sometido a interrogatorios bajo amenazas, golpes, puntapiés y torturas con picana eléctrica en el sótano de la sede policial, y fue obligado a escuchar cómo torturaban a Luis Sotera, que también estaba secuestrado allí.

El objetivo de esas torturas era arrancarle algún tipo de confesión que sirviera de fundamento para el Consejo de Guerra al que fue sometido en enero de 1977 y que terminó con la condena de Ramat a catorce años y seis meses de prisión.

En el período en que permaneció en la Comisaría de El Brete fue sometido a tormentos que consistían en aplicarle corriente eléctrica por su cuerpo, golpes y amenazas en el sótano que existía en el lugar; y fue conducido en tres oportunidades hasta la casa de torturas que funcionaba en cercanías de la Base Aérea.

No pudo identificar a sus verdugos, salvo el caso de Carvallo, que se jactaba de haber recibido capacitación de los militares sobre torturas e interrogatorios desde principios de 1975, según dijo. Lo señaló como uno de los interrogadores.

Estos datos aparecen incluso en el legajo personal de Carvallo, donde consta un reconocimiento por su tarea durante la llamada “lucha contra la subversión”. En octubre de 1975, por ejemplo, participó de un operativo en el que se secuestró material ideológico (sic) y fueron detenidas varias personas, por lo cual recibió una felicitación “por su extraordinaria dedicación, energía y serenidad, como también por el espíritu puesto de manifiesto”. También figura que el 31 de agosto de 1976 cursó satisfactoriamente un curso en el Centro de Instrucción Contrasubversivo, dictado por la Policía Federal.