JUSTICIA Y POLÍTICA

Así vaciaron El Diario, entre Grenón y los Etchevehere

30/11/2020

La familia Etchevehere, que hace algunas semanas protagonizó un espectáculo en cadena nacional, ha comenzado a transitar un escenario poco amigable, como es la investigación por los delitos de estafa, administración fraudulenta y vaciamiento de El Diario. Por tribunales ya pasaron Luis Miguel, Sebastián y Juan Diego Etchevhehere y en los próximos días será el turno del empresario santafesino Walter Grenón.

Así vaciaron El Diario, entre Grenón y los Etchevehere

Juan Cruz Varela
De la Redacción de Página Judicial

 

El nombre de El Diario se oyó por primera vez el 15 de mayo de 1914. ¡Salió El Diario!, voceaban con fuerza los canillitas en las calles céntricas de Paraná, anunciando el nacimiento de un diario con los años se convertiría en una de las más prósperas empresas entrerrianas.

El Diario nació por la vocación de un grupo de entusiastas, entre los que estaba Luis Lorenzo Etchevehere, que tenía más vocación política e interés por ascender al poder de la mano del partido radical, que espíritu empresario. Nació como un órgano partidario, se convirtió en un diario para toda la sociedad y entró en agonía el día que se volvió otra vez un diario al servicio de un gobierno. Esas volteretas de las historia se cuentan en El imperio del Quijote, el libro imprescindible de Jorge Riani, editado por la Editorial Fundación La Hendija.

Para los periodistas, El Diario murió el 25 de agosto de 2010. Ese día Ivar Julio Etchevehere y Arturo Roosevelt Etchevehere vendieron sus acciones en Sociedad Anónima Entre Ríos (SAER) al empresario del préstamo santafesino Walter Grenón, y la familia cedió el control del matutino después de sesenta años. “No se trataba de seguir imprimiendo, seguir cobrando sueldos, seguir saliendo a la misma hora”, dice Riani.

Grenón, de buenas vinculaciones con el gobierno de Sergio Urribarri, es titular del Banco Voii SA y en 2019 realizó una donación personal de 1.814.000 pesos para la campaña presidencial del Frente de Todos y 3.628.000 a través de otras sociedades. El empresario adquirió el 66 por ciento de las acciones a través de Nea Capital Creativa SA, cuya integración completa se desconoce hasta el día de hoy. El 33 por ciento restante quedó en manos de los herederos de Luis Félix Etchevehere, que aún lo conservan.

Ese día comenzó la agonía de un diario centenario que, como dice Riani, influyó en la política argentina; un diario que a lo largo de su historia le dio ocho gobernadores a la provincia de Entre Ríos, cuatro vicegobernadores, dos presidentes de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, cinco ministros nacionales y una larga lista de etcéteras.

Desde ese día Grenón y la familia Etchevehere también pusieron en marcha un complejo rompecabezas financiero para vaciar SAER y repartirse dieciocho de propiedades que unos años después pasarían a empresas que los tienen como socios.

Dolores Etchevehere denunció la maniobra en 2013, en lo que fue el primer round de una batalla judicial que todavía continúa por la herencia de su padre, Luis Félix Etchevehere.

Pero la causa que investiga el vaciamiento de una empresa que supo ser de las más solventes en la provincia durmió por años en los anaqueles del Juzgado de Transición Número 1, y en este tiempo vio pasar por el despacho a los jueces Pablo Zoff, Paola Firpo y ahora Carlos Ríos. Recién se movió cuando Dolores decidió patear el tablero y llevó esa disputa al terreno donde más le duele a su familia, siempre acostumbrada a resolver los entuertos apelando a su infinita agenda de contactos.

Cuando Dolores Etchevehere irrumpió en un campo familiar, junto con integrantes del Proyecto Artigas, lo que hizo fue exponer públicamente un “complejo entramado de actividades delictivas (…) desarrollado y sostenido durante décadas con corrupción, violencia e impunidad”.

Y la justicia, sorda, ciega y muda durante años, espero hasta el día siguiente a que se concretara el desalojo de la estancia familiar para citar a prestar declaración a indagatoria a los hermanos Luis Miguel, Sebastián y Juan Diego Etchevehere y a la madre de ellos, Leonor María Magdalena Barbero Marcial; al empresario santafesino Walter Grenón, a su hermana Viviana Grenón, que detentaban la mayoría accionaria en la empresa editora de El Diario; y a Esteban Buffa y Luis Alberto Guevara, que ejercieron como administradores, por delitos de estafa, administración fraudulenta y vaciamiento de empresa. Fue tan burdo que hasta el presidente del Superior Tribunal de Justicia (STJ), Martín Carbonell, tuvo que admitir que le llamó la atención el momento escogido por el juez Carlos Ríos.

Del vaciamiento a la agonía

En abril de 2012, Grenón y los Etchevehere llegaron a un acuerdo por el cual cada parte retiraría inmuebles de SAER por un valor equivalente a su participación accionaria; y así lo dejaron asentado en las actas del Directorio fechadas los días 16 y 20 de marzo.

El término “vaciamiento” surge de un intercambio de correos electrónicos que por esos días tuvieron Luis Miguel Etchevhere y el escribano Carlos Moro. En uno de ellos, el profesional le advierte: “Respecto del acta de entendimiento que –sin nuestro consentimiento– firmaron en el 2010 por la que acuerdan ‘vaciar’ la empresa, no deberían firmar otra diciendo que ya está cumplido el objeto (vaciarla) de aquella”.

En ese correo electrónico se revela explícitamente que el plan se concretó en 2012, pero había comenzado a pergeñarse dos años antes y estuvo precedido de tensas negociaciones en las cuales Grenón reclamaba a los Etchevehere un tercio del dinero que había aportado para sostener el funcionamiento de El Diario y que no habían acompañado en forma equitativa.

Para salvar esa contingencia, los Etchevehere desplegaron una ingeniería financiera que consistió en utilizar a Las Margaritas SA, el conglomerado productivo de la familia, para obtener un crédito de 250.000 dólares –1.060.000 pesos a valores históricos– del Banco Itaú que la entidad tenía disponible para empresas exportadoras. El 29 de julio de 2011 ingresaron 200.000 dólares a cuentas de Las Margaritas SA y el 12 de agosto se acreditaron los restantes 50.000 dólares. Pero ese dinero fue desviado a cuentas personales de los socios y luego a dos cuentas de SAER, que lo utilizó para el pago de sueldos y otros gastos. De esa manera, compensaron la capitalización que antes había hecho Grenón.

Un informe de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) confirmó en forma concluyente que “los fondos otorgados por el Banco Itaú fueron utilizados para el vaciamiento de la sociedad familiar SA Entre Ríos en beneficio de una tercera”.

Esa entrega de dinero fue una condición que impuso Grenón para proceder al retiro de los inmuebles. Recién entonces acordaron “vaciar” SAER repartiéndose los inmuebles en forma proporcional a la composición accionaria de cada grupo, y lo justificaron en la necesidad de pagar deudas que tenía la empresa. Para ello, decidieron transferir todos los inmuebles de SAER a las sociedades Nexfin SA y Arroyo Ubajay SA, que integraba Grenón; y Construcciones del Paraná SA, cuyos únicos accionistas eran los Etchevehere.

Los Etchevehere constituyeron Construcciones del Paraná SA a los efectos de que le fueran transferidos los inmuebles de El Diario, tal es así que nunca había operado económicamente, y como parte de las maniobras para desapoderar de la herencia a Dolores. De hecho la empresa recién se inscribió en la Dirección de Inspección de Personas Jurídicas el 3 de agosto de 2012, es decir, cuatro meses después de que acordaran el vaciamiento.

La transferencia de los inmuebles se concretó entre agosto y septiembre de 2012 porque antes hubo que salvar el problema que significaba la falta de capacidad económica de Construcciones del Paraná, y lo hicieron a través de la Asociación Mutual Unión Solidaria (AMUS), de Grenón, una financiera que ya venía financiando a El Diario.

Entre enero y septiembre de 2012 la financiera de Grenón le concedió once préstamos a Construcciones del Paraná por un monto total de 5.093.179,14 pesos, por los cuales debería pagar intereses por 1.532.132,14 pesos. En cada contrato de mutuo se consignó que se trataba de ayudas para “formación de capital de trabajo”.

La operación, para los Etchevehere, se completó el 7 de septiembre de 2016, cuando el Banco Nación le otorgó a Las Margaritas SA un nuevo crédito por 900.000 pesos a tasas subsidiadas, esta vez para productores que habían sido afectados por inundaciones, a pesar de que los campos de la familia no estaban en zonas que habían sido declaradas en estado de emergencia agropecuaria. Ese dinero habría sido utilizado para cancelar las últimas cuotas del crédito del Banco Itaú.

Reapartirse las migajas

En la imputación que hicieron los fiscales al momento de solicitar la indagatoria de Grenón y los Etchevehere se explica que “la maniobra de vaciamiento consistía en que por cada escritura se confeccionó un contrato de mutuo, emitido por AMUS o la Asociación Mutual 10 de Abril, que hacían de prestamistas, y un cheque a nombre de Construcciones del Paraná SA; esta sociedad endosaba los cheques a favor de SAER por la escritura de cada inmueble y luego SAER derivaba los cheques a las mutuales en cancelación de cada uno de los mutuos. De esa forma, el dinero tenía un movimiento circular por el cual volvía al prestamista original, mientras que los bienes involucrados en tales operaciones cambiaban de titular, que a la postre eran las mismas personas físicas que administraban SAER, despojando a esta última de tales bienes”.

El desmadre de El Diario empezó a notarse en 2015, cuando Urribarri dejó el gobierno provincial y el matutino perdió buena parte de la pauta de publicidad oficial que tenía hasta ese momento. Ya para entonces, luego de las oscuras operaciones inmobiliarias, Grenón había desaparecido de El Diario e irrumpió en escena Ramiro Nieto, un conocido empresario de medios rosarino que supo tener a cargo las transmisiones de Fútbol para Todos, también allegado a Urribarri.

La tercera etapa del vaciamiento compromete directamente a Luis Alberto Guevara y Germán Buffa, los administradores designados por Nieto, por un contrato firmado en 2016 con la Mutual 10 de Abril para la preventa del edificio de Urquiza y Buenos Aires, a un precio irrisorio de 2 millones de pesos mediante un contrato de retroventa. “Tal valor resulta, cuando menos, llamativo por lo bajo –y sin dudas encubre un tipo de operaciones financieras como las descriptas– en función del indudable valor comercial, patrimonial e histórico del inmueble en cuestión, en donde funciona nada menos que la sede administrativa de El Diario”, describieron los fiscales en su acusación.

La causa por el vaciamiento de El Diario, que estaba literalmente paralizada, fue noticia apenas un día después de que se dispusiera el desalojo de Dolores Etchevehere de la estancia familiar, con el llamado a indagatoria de los empresarios que fugaron los inmuebles. La sensación que quedó flotando es que el Poder Judicial recogió el guante de aquella temeraria acusación lanzada por Dolores Etchevehere que señalaba que la mitad de los jueces entrerrianos están comprados y la otra mitad tiene miedo, y salió corriendo a desmentirla.