DERECHOS HUMANOS
La enfermera heroica
23/09/2020
Natalia Krunn, la enfermera que sin querer fue protagonista en la reconstrucción de la verdad histórica de lo que pasó en el Hospital Militar de Paraná durante la última dictadura cívico-militar, murió el lunes. Semblanza de una mujer valiente.
Juan Cruz Varela
De la Redacción de Página Judicial
Natalia Krunn hablaba por los que no están.
Con la memoria fresca, enhebrando datos sueltos y alguna coincidencia, hablaba por Raquel Negro y por su hijo desaparecido hasta el punto de haber logrado quebrantar el silencio oscuro de otros que hasta el día de hoy sostienen.
Con voz suave, apenas audible, a sus ochenta y pico de años, con un lenguaje familiero y desacartonado conmocionó a todos al contar que “cuando nació el varoncito se lo pusieron a la madre, lo abrazó, lo tocó; pero después se lo sacaron porque dijeron que no estaba muy bien; ella preguntaba por el nene, pero le decían que tenía que verlo un médico”.
Natalia Krunn fue en su vida una mujer audaz, protagonista en la reconstrucción de la verdad histórica de lo que pasó en el Hospital Militar de Paraná durante la última dictadura cívico-militar.
Contó con lujo de detalles el paso de Raquel Negro por el Hospital Militar. “Estuvo por lo menos quince días internada en la sala de guardia”, entre febrero y marzo de 1978, hasta que dio a luz; y al día siguiente ya no estaban más en el hospital, ni la madre ni los bebés.
“Raquel Negro llegó y la pusieron en una sala de guardia médica; me contó que venía de Funes, que tenía un nenito que estaba con los abuelos y que venían dos más y no sabía qué iba a hacer con ellos”, contó en aquellos días de 2011. Le preguntaron cómo supo el nombre de la mujer, que había sido ingresada como sobrina del dictador Leopoldo Fortunato Galtieri y con otro nombre, y Natalia respondió sin titubear: “Ella me lo dijo”.
Contó que un suboficial del ejército le ordenó la atención de Raquel Negro pero le advirtió que no debía hablar con ella. “Era una chica linda, bien arreglada y tenía ropita para los bebés. Me dijo que era la primera vez que estaba en el Hospital Militar”, dijo.
Enhebrando testimonios, datos sueltos, coincidencias se construye un relato; la memoria y la desmemoria, pero también el compromiso y el desinterés modelan el resultado de ese relato: algunas cosas quedan y otras cosas se descartan, pero igual queda un relato.
Si hay una instancia de la vida en sociedad de la vida en sociedad donde la mentira muestra su costado más cínico, esa instancia es un juicio oral y público, ahí donde algunos hacen afirmaciones y otros hacen exactamente la contraria o desmentirla o negarla.
Natalia Krunn, la enfermera heroica de esta historia, murió el lunes en la casa donde siempre hubo una pelota azul y negra; seguramente, con la tristeza no haber sabido nunca qué fue del destino de aquel niño al que ayudó a nacer, pero con la tranquilidad de haber hecho cuanto pudo para torcer el destino.