LA PATRIA CONTRATISTA

Las cuentas pendientes de un empresario amigo del poder

24/04/2020

El entrerriano Néstor Iván Szczech fue elegido presidente la Cámara Argentina de la Construcción. Su nombre se menciona como la renovación y él proclama la transparencia mientras enfrenta causas por corrupción y evasión de impuestos. Perfil de un empresario que siempre estuvo al lado del poder.

Las cuentas pendientes de un empresario amigo del poder

Juan Cruz Varela
De la Redacción de Página Judicial

 

Es como si el lobo se ofreciera para cuidar el gallinero.

El empresario entrerriano Néstor Iván Szczech acaba de ser elegido como presidente de la Cámara Argentina de la Construcción y en su primera declaración pública habló de la necesidad de transparentar los procesos de contratación de la obra pública y admitió que “el sector no ha estado exento de falta de transparencia”.

La “patria contratista” es un concepto que nació a mediados de la década del setenta en la Argentina para definir a un grupo de grandes empresas que se enriquecieron gracias a increíbles negocios, principalmente con la obra pública. Szczech se ha convertido en uno de los principales exponentes de esa “generación” en la provincia, de la mano de Miguel Marizza, socio a través de varias uniones transitorias de empresas para el desarrollo de obras públicas y quien lo impulsó en la cámara empresaria.

Antes fue presidente de la Delegación Entre Ríos y pegó el salto cuando la Cámara Argentina de la Construcción creó un programa de transparencia, mientras los jerarcas confesaban haber pagado coimas para obtener contratos de obra pública.

Szczech nació el 10 de agosto de 1971 y tal vez su mayor mérito como empresario haya sido atomizar en el rubro de la construcción una empresa de trabajo diversificado que fundó su padre hace casi treinta años. En la última década tuvo un crecimiento exponencial. Construyó un emporio que asegura contar con equipos de ingenieros, arquitectos, especialistas técnicos y más de mil empleados. En gran medida lo hizo de la mano del ex gobernador Sergio Urribarri (2007-2015), que lo tenía entre sus preferidos para la ejecución de obras de pavimentación de rutas, reparación de escuelas, hospitales, planes de vivienda, redes cloacales y de agua potable en distintas localidades y la vedette que es el centro provincial de convenciones, en las barrancas del Parque Urquiza de Paraná, en muchas de ellas con Marizza como socio.

“El reparto de las obras se manejaba entre un círculo cerrado de las empresas constructoras más grandes de la provincia; había una especie de simulación de competencia y siempre eran las mismas las que resultaban favorecidas; y después compensaban al resto con obras más chicas”, graficó un empresario consultado por Página Judicial.

Ese esquema quedó perfectamente al descubierto en la planificación de la Cumbre del Mercosur, que se celebró en Paraná en diciembre de 2014. El encuentro de presidentes le costó al Estado provincial unos 152 millones de pesos, según las planillas que el Poder Ejecutivo remitió al Tribunal de Cuentas y a la Legislatura, aunque la rendición de esos gastos no ha sido aprobada ni en uno ni en otro lado.

De esos 152 millones de pesos, la Delegación Entre Ríos de la Cámara Argentina de la Construcción administró unos 46 millones de pesos que fueron distribuidos mayoritariamente entre cuatro empresas: Caballi SA, de Marizza, percibió 11.722.585 pesos; a Szczech & Szczech se le adjudicaron obras por 9.066.678,40 pesos; Construcciones Electromecánicas y Civiles (Cemyc), de Rubén Grasso, efectuó trabajos por 13.307.506 pesos; y Organización Integral Constructora SA (OICSA), de Daniel Hereñú, efectuó obras por 5.784.289 pesos. Pero a su vez, las empresas subcontrataron algunas obras y servicios que estaban por fuera de su actividad. Marizza y Szczech, por ejemplo, presentaron facturas por los arreglos florales, la instalación de aires acondicionados, sonido e iluminación en los sitios de reuniones.

El fiscal Juan Francisco Malvasio ha estimado que hubo sobreprecios por 17 millones de pesos. El cálculo es resultado de la comparación entre los montos que se pagaron a las empresas subcontratadas para realizar obras y proveer bienes y servicios y los valores que las empresas constructoras le facturaron al Estado provincial.

Cuando Gustavo Bordet asumió como gobernador pareció que la luz de Szczech podría apagarse. En 2017, el gobernador anunció que rescindiría el contrato de obra para la construcción de Hospital Bicentenario de Gualeguaychú por los incumplimientos en que había incurrido la empresa. Hubo fuego cruzado y Bordet denunció “una situación de amenaza, de extorsión de tipo mafioso”, pero no se quedó ahí: “Se sabe que están acostumbrados a usar este tipo de acciones, pero conmigo no lo van a hacer; no me voy a someter a una posición extorsiva y mafiosa de estos empresarios que además están vinculados a hechos de corrupción que están siendo denunciados”, afirmó en una entrevista con el diario El Día. Finalmente la sangre no llegó al río.

Pero los problemas judiciales de Szczech no se agotan allí. La justicia entrerriana también lo investiga por sobreprecios en obras de pavimentación o trama vial de calles de varias localidades con fondos del Gobierno nacional.

Además, el empresario enfrenta otras dos causas por evasión de impuestos.

Por un lado, en la justicia federal está acusado por el delito de simulación dolosa de pagos, en una causa que se inició a raíz de una denuncia formulada por la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), en la que dio cuenta de que el empresario de la construcción había pergeñado un complejo esquema contable para generar un saldo de libre disponibilidad con el objetivo de no pagar al fisco con dinero real sino por compensación, y evadir el pago de 340.602,56 pesos e intereses por 125.569,27 pesos en concepto de IVA por el período octubre de 2009.

La maniobra consistió en la presentación de diversas declaraciones juradas falsas, en las cuales incorporó certificados de retención apócrifos, que generaron saldos de libre disponibilidad ficticios con el objetivo de no pagar al fisco con dinero real, para posteriormente aplicarlos a la deuda impositiva.

En tanto, la fiscal provincial Laura Cattáneo elevó recientemente a juicio una megaestafa millonaria a la Administradora Tributaria de Entre Ríos (ATER), también por medio de compensaciones. Ciento veintiocho personas, entre funcionarios públicos, contadores, empresarios y contribuyentes integran la lista de acusados. Szczech es uno de ellos.

¿Cómo funcionaba la estafa? Empleados de ATER manipulaban el sistema informático cargándole información falsa, haciendo constar que los contribuyentes tenían créditos a su favor, lo que les permitía cancelarlos a través de un sistema de compensaciones. Entre 1997 y 2003, Szczech estafó al fisco en 32.129,72 pesos con esta maniobra de simulación de compensación tributaria.

La elección de Szczech reavivó la interna en la Cámara Argentina de la Construcción. La proclamada renovación dirigencial, esbozada en el corrimiento de quienes estuvieron admitieron haber cometido actos de corrupción, hace agua con la designación del prontuariado empresario entrerriano. El mismo que habla de transparencia.