VIOLENCIA DE GÉNERO

Fátima no tenía pulsera dual y desmienten al 911

10/03/2020

Hace un poco más de un año se anunciaba la adquisición y puesta en marcha en Entre Ríos de unas de las herramientas electrónicas más eficaces para casos de violencia de género. La persona más cercana a Fátima niega que su amiga haya tenido el botón antipánico como afirmaron en la Procuración.

Fátima no tenía pulsera dual y desmienten al 911

Federico Malvasio
De la Redacción de Página Judicial

 

En las últimas horas se pusieron de relieve dos pruebas fundamentales que profundizan el cuadro de impericia del Estado provincial en materia de prevención en el plano de la violencia de género.

A la saga de errores graves cometidos en el seno del Poder Judicial visiblemente palpables en la conferencia de prensa de este domingo luego de que aparezca el cuerpo de Fátima Acevedo, se suma otro.

El domingo 13 de enero de 2019, el gobierno provincial publicaba en su sitio oficial una noticia bajo el siguiente título: “Desde este lunes comenzará a funcionar el sistema de monitoreo para pulseras duales”. Allí se explicaba de qué manera iba a funcionar y de qué se trataba esa herramienta de última tecnología utilizada para el control y monitoreo de medidas cautelares dispuestas en procesos judiciales de violencia contra la mujer. Su uso está previsto para casos de alto riesgo.

Este sistema de vigilancia electrónica consiste en que tanto la víctima como el denunciado por violencia tienen el dispositivo (las pulseras), lo que implica que si se produce un acercamiento, es decir cualquier violación de medidas perimetrales, enseguida el mismo es advertido en un monitor. Este sistema anunciado no se utilizó.

Si se sigue la trama desde el 31 de enero en que Fátima hace la primera denuncia, esa herramienta hubiese sido fundamental. Otra vez la impericia del Estado. Una vida que se pudo haber salvado.

Dudas

La amiga más cercana a la víctima, Florencia López, reveló este lunes en una entrevista radial que le realizó Martín Macor que Fátima no tenía el botón antipánico. Se trata de una de las personas que más cerca estuvo de la joven asesinada.

–En la conferencia de prensa (de los fiscales) trascendió que ella contaba con el botón antipánico. Que es todo un tema, ¿no? Imagínate que en una escena de violencia que vos tengas la capacidad de sacar el teléfono celular, buscar la aplicación y apretar el botoncito; es todo un tema. ¿Sabías que tenía el botón antipánico? –plantea el periodista.
–No, no –responde lacónicamente la joven.
–¿No sabías? –insiste Macor.
–No lo tenía.
–¿Entonces por qué dicen que lo tenía? –le repreguntan.
–No lo tenía… no le dieron el botón; ni a él una tobillera.
–¿Pero están mintiendo entonces?
–Y sí; yo le preguntaba qué medidas habían tomado y ella me decía nada, que no sabía qué hacer.

Sin embargo Esteban Allegrini, jefe del 911, dijo que sí tenía el dispositivo, pero se atajó al decir que desconocía que la Casa de la Mujer dependiente de la Municipalidad (donde estaba alojada Fátima) tuviese “servicio de wi fi o datos móviles para que funcione”.

El funcionario policial explicó que para hacerse entrega de un botón antipánico, la víctima se tiene que presentar en el área de Violencia de Género, con el oficio que le da la Fiscalía, y luego presentarse con un celular. De no tener el área de Violencia de Género del Superior Tribunal de Justicia le otorga uno con crédito. ¿Todo eso pasó? El procurador general, Jorge García, afirmó que Fátima tenía ese dispositivo.

¿Quién dice la verdad, el policía, el procurador o la amiga más cercana de Fátima? ¿Por qué mentiría Florencia?

En tribunales este lunes empezó a correr por los pasillos que no hay registro de que Fátima efectivamente haya tenido el botón antipánico. También sembraron la sospecha de que para salir del paso, hayan inoculado el registro con el nombre de Fátima.

Abogados penalistas del foro penal local llevaron el tema, informalmente, al seno de organizaciones nacionales vinculadas a estudios judiciales. En el Gobierno, mientras tanto, aturde el silencio y se escurre el capital político.