VIOLENCIA INSTITUCIONAL

Denuncian a un jefe policial por violencia laboral y de género

16/12/2019

Un juez ordenó a un alto jefe policial “que cese en los actos de perturbación o intimidación” a una profesional que presta servicios en la Jefatura Departamental de Federal. Lo habían denunciado por violencia de género y laboral, hostigamiento psicológico y violencia verbal.

Denuncian a un jefe policial por violencia laboral y de género

Juan Cruz Varela
De la Redacción de Página Judicial

 

La fuerza policial es un ámbito verticalista e históricamente conformada por varones. Las mujeres son minoría entre el personal. La mayoría de ellas ocupan escalones subalternos y todavía son pocas las que llegan a puestos jerárquicos.

Esa desigualdad se traduce, con frecuencia, en situaciones de discriminación y violencia laboral; desde inequidades a la hora de acceder a los ascensos hasta situaciones de maltrato, hostigamiento y violencia laboral, aunque generalmente esos hechos no llegan a denunciarse internamente o las denuncias no prosperan.

Ocurrió en Federal un hecho inédito: un juez ordenó a un alto jefe policial “que cese en los actos de perturbación o intimidación” a una profesional que presta servicios en la delegación. Lo que subyace, sin embargo, es un clima extendido de violencia que está naturalizado en la Jefatura Departamental.

La violencia laboral es un asunto de derechos humanos y, asimismo, la Argentina ha firmado su compromiso para la eliminación de la violencia contra la mujer. La Policía de Entre Ríos, por caso, ha establecido la presencia de psicólogos en las jefaturas departamentales para brindar atención a los policías, en parte, como una forma de reconocimiento de la violencia implícita que existe dentro de la institución y que ha estado naturalizada durante años. Esa función es la que cumple la denunciante del jefe policial.

El denunciado en este caso es el comisario mayor Luis Aníbal Aguiar, jefe departamental de la Policía de Federal, desde el 7 de febrero de 2019.

Según la denunciante, el 2 de diciembre, Aguiar la convocó a su despacho para que presentara un informe de rutina y, mientras relataba la secuencia de su actuación, el jefe policial reaccionó de manera violenta, con ademanes ampulosos, gritos, insultos e intimidantes golpes contra el escritorio. Que Aguiar estuviera uniformado y llevara el arma reglamentaria en la funda sumaba tensión a la escena.

Unos días después, la profesional se presentó en la unidad fiscal y denunció a Aguiar por violencia de género y laboral, hostigamiento psicológico y violencia verbal. Sus dichos fueron ratificados por otros policías que estaban en ese momento en la Jefatura Departamental y un equipo interdisciplinario confirmó que la denunciante estaba “muy angustiada” y afectada psicológicamente por el modo en que fue tratada por el jefe policial. También Aguiar hizo su descargo en el que admitió haberle reprochado a la profesional que había incumplido una orden y que por ese motivo incluso adoptó medidas disciplinarias.

Pero el juez Omar Javier Ovando consideró que “la forma y el modo en que fue tratada –lo que parece ser un comportamiento habitual del funcionario– tiene aptitud suficiente para considerar que lesiona los derechos de la denunciante, porque tienen entidad suficiente para causar daño emocional y disminución de la autoestima, perjudicar y perturbar el pleno desarrollo personal, porque esa forma de tratar a las personas busca degradar o controlar sus acciones, comportamientos, creencia o decisiones” y, por lo tanto, instó al jefe policial “a que cese en los actos de perturbación o intimidación, sean estos ejercidos en forma directa o indirecta, hacia la denunciante”.

El magistrado también le advirtió a Aguiar que si no cesaba en su actitud podría tomar medidas más drásticas, que irían desde obligarlo a asistir a programas reflexivos, educativos o terapéuticos tendientes a la modificación de conductas violentas, hasta disponer su detención por incumplir una orden judicial.