ELECCIONES 

A Carbonell se le allana el camino para el STJ

02/12/2019

El vocal aparece finalmente como el sucesor de Castrillón. Negociaciones de último momento. 

A Carbonell se le allana el camino para el STJ

Federico Malvasio
De la Redacción de Página Judicial

 

Antes de las duras declaraciones de este domingo de Emilio Castrillón, los acuerdos para presidir el próximo período del Superior Tribunal de Justicia (STJ) ya se habían cerrado. Por lo menos en buena parte. El presidente terminó la semana sabiendo que no continuará al frente del cuerpo, aunque era su pretensión. 

Susana Medina, el otro nombre que daba vueltas para presidir, tampoco estará en la conducción. Con ese escenario queda como el candidato puesto Martín Carbonell, el último vocal en incorporarse a esa maravillosa familia de 9 integrantes. 

Carbonell sería el presidente ideal para la Casa de Gobierno. Se le adjudica una relación con Gustavo Bordet de la época de colegio. Ambos son de Concordia. En el STJ reconocen que no hubo lobby para que el coterráneo del Gobernador se convierta en presidente, pero como todos saben de esa relación lo apoyan. Intuición que le llaman. Carbonell, además, tiene un perfil ideal para lo que busca el mandatario. No hace ruido. Es lo contrario a Castrillón, aunque ambos coinciden en la necesidad de reformular el sistema penal. Por citar un ejemplo. 

Las últimas declaraciones de Castrillón, a las que no le puso nombre y apellido, configuran un verdadero escándalo. Peor, parece que son las primeras de una saga por venir. Anoche un funcionario del Poder Judicial se aprontaba para el discurso de fin de año. 

Germán Carlomagno es el nombre que acompañaría a Carbonell si finalmente se consuma esa candidatura. 

Castrillón podría ir a la Junta Federal de Cortes y Superiores Tribunales de Justicia de las Provincias Argentinas y Ciudad Autónoma de Buenos Aires (Jufejus), mientras que Medina recaería en el Instituto Alberdi. Negociaciones de palacio. 

El martes se reúnen los vocales y se votará nuevas autoridades. El final parece cantado. De todas maneras nadie le quiere poner la firma al resultado.