NARCOTRÁFICO

El día que Celis reclamó que se cumpla el acuerdo con Varisco

27/11/2019

Una conversación telefónica entre Daniel Celis y Pablo Hernández exhibe las presiones que ejercía para el cumplimiento de un acuerdo político celebrado durante la campaña de 2015. Un ex policía dice que el aporte del señalado narcotraficante fue de 2 millones de pesos. El audio.

El día que Celis reclamó que se cumpla el acuerdo con Varisco

De la Redacción de Página Judicial

 

Hubo un día en que Daniel Celis explotó y le reclamó airadamente al concejal Pablo Hernández el cumplimiento del acuerdo político que implicó el aporte de dinero para financiar la campaña que consagró a Sergio Varisco como intendente en 2015.

Celis habría pagado carteles, boletas, material de campaña y afiches, pero también habría aportado dinero para actos proselitistas, para el alquiler de remises durante los días de elecciones y para la entrega de bolsones de comida durante la campaña electoral.

Celis explotó el 2 de junio de 2016, a raíz de una publicación periodística que exponía el acuerdo político, hablaba de un esquema de negocios, las designaciones de personas allegadas al señalado jefe del narcotráfico en una unidad municipal y exponía al concejal Hernández como articulador de la relación con el intendente Varisco.

–Yo estoy re caliente, boludo, estoy re caliente porque con Varisco hicimos un acuerdo; yo no trabajé para él, fue un acuerdo lo que hicimos; porque vos me lo trajiste a mi casa, vos me lo trajiste y el loco no me está cumpliendo con nada, tengo 25 vagos todavía… acordamos por 40 y tengo 25 vagos todavía esperando, boludo… –le reprocha Celis a Hernández en esa larga conversación telefónica.

Esa conversación, que Página Judicial publicó a poco de la caída de la organización narcocriminal y este martes se reprodujo en el juicio, exhibe descarnadamente la relación que habían construido Celis y Varisco.

“Celis quería cobrar como sea el dinero que había aportado para la campaña”, sostuvo el ex policía federal Carlos Alberto Frías, que desempeñó una tarea vital en la investigación, como “perito desgrabador”, es decir, la persona encargada de escuchar, clasificar, desgrabar e interpretar lo que hablaban quienes tenían el teléfono intervenido.

El ex policía dijo haber escuchado que Celis habría aportado unos 2 millones de pesos a la campaña y que “quería cobrar como sea ese dinero, con obras, a través de una obra que le iban a dar a Cristian Silva, que tenía una (empresa) constructora”.

Pistas clandestinas

Frías también destacó que durante el año 2016, previo a la detención de Daniel Celis, había en la banda personas que se ocupaban de detectar campos que estuvieran en cercanías de Paraná y que fueran aptos para montar una pista de aterrizaje clandestina.

Esa tarea, según dijo, estaba a cargo de Marcos Javier Velázquez y Sergio Marcelo Baldi, señalados como asistentes y colaboradores en la logística y organización del transporte aéreo y terrestre de la marihuana, específicamente, para la selección y acondicionamiento de posibles pistas de aterrizaje. “Velázquez se dedicaba a estudiar el movimiento de suelos”, apuntó Frías ante el tribunal.

De hecho, antes del aterrizaje de la avioneta cargada con más de trescientos kilos de droga en Colonia Avellaneda, la banda consideró la posibilidad de hacerlo en Aldea Brasilera, Aldea Salto, Sauce de Luna, Bovril, Alcaraz y Villa Urquiza, hasta que edificaron una pista en un campo de María Grande, en un campo que también pertenece a los hermanos José y Omar Ghibaudo, como el que finalmente utilizó la organización.

“Hablaban de la construcción de una pista en Sauce de Luna y de bajar dos veces por día; también estuvieron haciendo maniobras muy sospechosas cerca de las termas (de María Grande), donde se encontró una pista clandestina de doscientos o trescientos metros marcada con palos y bolsas”, describió el ex policía Frías. “Creo que la avioneta que interceptamos fue la primera que bajó”, acotó.

Tras la detención de Tavi Celis, su hermano asumió el control de las actividades y hubo una especie de redistribución de tareas. Miguel Celis delegó la tarea de búsqueda de posibles lugares para el aterrizaje de la avioneta en éste delegó esa función en Luis Orlando Céparo, que fue quien contactó a los hermanos Ghibaudo.

“Los hermanos Ghibaudo tenían miedo de que los vecinos vieran la avioneta porque sabían lo que traía. Por eso pedían protección espiritual a (la curandera María Esther) Márquez”, aseguró el ex policía.