NARCOTRÁFICO

Un empleado municipal dijo que Celis seguía teniendo injerencia aún después de ser detenido

05/11/2019

Un empleado municipal 2 declaró que la organización política de Tavi Celis militó para Cambiemos en la campaña electoral de 2015 y que personas allegadas al jefe narco fueron contratadas por el municipio. Dijo también que Celis tenía una fuerte injerencia en las decisiones que se tomaban en la Unidad Municipal 2.

Un empleado municipal dijo que Celis seguía teniendo injerencia aún después de ser detenido

Juan Cruz Varela
De la Redacción de Página Judicial

 

Nadie duda a estas alturas que el entonces candidato Sergio Varisco y el “vecinalista” Daniel Andrés Celis celebraron un acuerdo político para el financiamiento de la campaña electoral del año 2015.

Celis financió afiches, pancartas, pasacalles; organizó una cena en el Club Avenida Ejército que le habría costado alrededor de 50 mil pesos y que tuvo como “invitados de honor” a Josefina Etienot, Emanuel Gainza, Alfredo De Angeli y, obviamente, Sergio Varisco, entre otros candidatos de Cambiemos en Paraná; y también movilizó la estructura de su Movimiento Vecinalista del Oeste para el ballotage que consagró a Mauricio Macri como presidente.

Lo que en su momento fue una hipótesis fue ratificado por Franco Ledesma, empleado de la Unidad Municipal 2 Oeste, ante el Tribunal Oral Federal de Paraná, que tiene a su cargo el juicio contra Varisco y Celis por actividades de narcotráfico.

Ledesma es un empleado de muchos años en el municipio. Dijo haber ingresado como contratado en la gestión de José Carlos Halle, continuó durante la intendencia de Blanca Osuna hasta que cesó el contrato de obra y fue nuevamente contratado cuando asumió Varisco, esta vez con un cargo de subdirector.

En los comienzos de la investigación, Ernesto Ramón González, empleado de la unidad municipal, fue señalado como una de las personas encargadas de asignar las horas extra a los trabajadores, para que Celis se quedara con una parte del dinero que generaba cada uno de los agentes. González declaró en su momento que tras la caída del jefe narco debía entregar las planillas con el detalle de cuánto percibía cada uno a Ledesma o a Cristian Silva, uno de los principales lugartenientes de Celis.

En los registros oficiales consta que el 25 de enero de 2017 Ledesma visitó a Celis en la cárcel de Federal, y él mismo admitió que fue a verlo “más o menos” en diez ocasiones, aunque no especificó el motivo de aquellas visitas.

En su declaración ante el tribunal oral, Ledesma sostuvo que antes de que Varisco asumiera como intendente ya había personas allegadas a Celis en la planta de personal de la Unidad Municipal 2 Oeste; pero aseguró que “después de las elecciones (de 2015) muchas de las designaciones fueron para las personas del Movimiento Vecinalista de Oeste que trabajaron en la campaña”, tanto en cargos políticos como contratados, por ejemplo, Fernanda Orundés Ayala, pareja de Celis; y Renzo Bertana, hijo de una ex pareja suya, ambos contratados a partir del 24 de octubre de 2016. Pero no fueron los únicos casos.

No obstante, Ledesma aseguró que “la relación entre Varisco y Celis era netamente política” e hizo notar que “es común que cuando un candidato gana la elección aquellas personas que trabajaron en la campaña pidan puestos o contratos”.

El empleado municipal dijo además que el propio Celis tenía una fuerte injerencia en las decisiones que se tomaban en la unidad municipal: “Celis tenía ascendencia en la Unidad 2 y daba órdenes aunque no tenía ningún cargo”, aseguró Ledesma.

De hecho, Celis quiso imponer a una persona de su confianza al frente del Sindicato Único de Trabajadores y Empleados Municipales (Suoyen), pero finalmente la lista encabezada por Fabián Brunengo perdió la elección.

Lo cierto es que esa injerencia se mantuvo incluso luego de que Celis cayera detenido, en agosto de 2016, a tal punto que se comunicaba desde la cárcel instando a los empleados para que hicieran tareas en los barrios donde tenía influencia territorial:
–¿Les daba instrucciones? –le preguntaron a Ledesma con sorpresa.
–No nos decía específicamente qué hacer, pero nos pedía que dentro del cronograma de tareas de la unidad municipal tratáramos de cumplir con lo que pedía, por ejemplo, si podíamos desmalezar en alguna zona o desagotar un pozo, siempre que se pueda.

Ledesma contó además que durante la gestión de Osuna, de 2011 a 2015, se dispuso que todos los vehículos tuvieran un sistema de rastreo. Según dijo, la medida tenía como objetivo “evitar el consumo de combustible en exceso”. Lo cierto es que se trata de un aspecto clave porque se presume que la organización narcocriminal utilizaba camiones municipales para trasladar la droga, específicamente, aquellos que no tuvieran GPS, para evitar el seguimiento, localización y rastreo. Sin embargo, el empleado municipal intentó diluir la cuestión explicando que en ocasiones los mismos choferes anulaban el sistema de monitoreo porque “para dar arranque a los camiones con GPS se necesita una llave que solo la tiene el chofer, entonces a veces se anulaba el botón de rastreo porque si había alguna falla y se cortaba el GPS el camión quedaba parado o sonaba una alarma”.