NARCOTRÀFICO

En los celulares está la clave de la investigación contra Celis

28/10/2019

Con pocas novedades pasó la décima jornada del juicio que busca desentrañar las presuntas vinculaciones entre el intendente Sergio Varisco e integrantes de una organización dedicada al narcotráfico encabezada por Daniel Celis.

En los celulares está la clave de la investigación contra Celis

Juan Cruz Varela
De la Redacción de Página Judicial

 

Los traficantes de drogas, por la naturaleza de su negocio, tienen la paranoia de que pueden ser rastreados por los servicios de inteligencia y atrapados en cualquier momento. Algunos evitan el uso del teléfono celular, pero la mayoría confecciona códigos de comunicación tendientes a despistar a quien pudiera escucharlos.

Daniel Andrés Celis ha sido, seguramente, el más cuidadoso de los jefes del narcotráfico paranaense, sabedor de que no existe un sistema de comunicación a prueba de interceptaciones y, sobre todo, de que los nuevos aparatos traen integrados complejos sistemas de GPS y rastreo. Ni los sistemas de mensajería son infranqueables.

Celis lo sabía y ahora también lo saben los miembros de su organización que guardaban mensajes de texto, fotografías, agendas de contactos, registros de llamadas y demás elementos vitales en la memoria de sus teléfonos celulares y ahora forman parte del conjunto de pruebas que los fiscales tienen en su contra en el juicio por delitos de narcotráfico que se desarrolla ante el Tribunal Oral Federal de Paraná.

Es el caso de Juan Manuel Gómez, apodado Nacho y señalado como vendedor al menudeo de cocaína que le proveía Celis.

Este lunes, durante el juicio al famoso narcotraficante paranaense, el policía Sergio Andrade ha explicado cómo se hizo la selección y análisis del contenido de los teléfonos celulares de los integrantes de la organización. Contó que el contenido del aparato fue extraído por técnicos de la Policía Federal y volcado en un disco que luego fue analizado en la delegación local. Su tarea consistió en determinar qué era relevante para la investigación y qué no lo era.

De allí surgió, por ejemplo, una secuencia de mensajes que Gómez intercambió con Luciana Lemos, la ex pareja y principal colaboradora de Celis en el negocio:
–¿Vos que andás haciendo? –le preguntó el muchacho.
–Yo, contando –le respondió ella.
–Amiga mía, ¿está bien lo que te llevé?
–Solo cien faltaron.

Tenía también fotografías que podrían comprometerlo: un ladrillo de cocaína, con el logo de un león, sobre una balanza digital que denotaba un peso de 981 gramos. “La imagen indica quién es el proveedor”, explico el policía Andrade.

Los mensajes y fotografías detectados en el teléfono de Gómez son de 2018 e incluso un alerta que recibió cuando ya estaba en custodia de la Policía Federal, aunque todavía en la casa de Luciana Lemos:
–Turro, si tenés algo, descartá. Anda la Federal en lo del Tavi –decía el mensaje que recibió el 2 de mayo, a las 18.59, y que no alcanzó a responder.

Unas horas antes la Policía había ingresado a la casa de Luciana Lemos la sorprendió con tres ladrillos de cocaína sobre la mesa del quincho; con ella estaban Gómez y Jonathan Jesús Heintz, se presume comprando para revender; y Wilber Figueroa Lagos, enviado como mula por el proveedor al que le compraba Celis.