Maier en Paraná: “Pónganlo preso a Irurzun, no vaya a ser que se fugue”  

21/10/2019

Juicio por jurados, narcomenudeo, lavado de dinero, corrupción y servicios de inteligencia y prisiones preventivas fueron los temas en los que el importante jurista dejó en un breve contacto con Página Judicial .  

Federico Malvasio
De la Redacción de Página Judicial

 

¿Qué se puede decir de Julio Maier, o bien, qué se le puede aportar al lector que se predispone a leer esta breve entrevista?  Es una de las eminencias del mundo académico, escritor y polemista en el mundo del Derecho Penal. Su nombre aparece permanentemente en fallos y debates. Tiene decenas de libros publicados y su firma aparece asiduamente en revistas especializadas y en medios de comunicación. Ha dado a conocer su posicionamiento sobre el caso del ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva en Brasil. También puso su pluma para opinar sobre cuestiones políticas y sociales.

Apenas 19 minutos fue el escasísimo tiempo que se pudo acordar para una entrevista ante el apretado tiempo que se le asignó en su visita a Paraná, donde este viernes dio una charla auspiciada por el Colegio de Abogados de Paraná, en el auditorio de la Facultad de Ciencias de la  Educación de la UNER. Participaron letrados del foro; vocales del Superior Tribunal de Justicia (STJ), como Claudia Mizawak y Daniel Carubia; el camarista Marcelo Baridón; la jueza federal Noemí Berros; y el fiscal Gonzalo Badano, entre otros.

En esos minutos, en un hotel del Parque Urquiza, mantuvo una breve charla con Página Judicial, que lo consultó por temas ocupan buena parte de la agenda jurídica en el país y Entre Ríos.

–¿En la estructura del Poder Judicial, qué poder debería tener el Ministerio Público Fiscal?

–Ningún poder. Como poder del Estado, ningún poder. Sus integrantes son funcionarios públicos que tienen deberes y derechos. Los deberes del Ministerio Público son regularmente investigar y acusar las acciones que se ejercen de oficio según el Código Penal. En el artículo 71 están cuales son las acciones que se ejercen de oficio y cuales las que no se ejercen de oficio, que son muy pocas.

–¿Y el Ministerio Público de la Defensa?

–La defensoría es como un hospital. Los médicos, que son funcionarios, atienden a quienes no pueden tener un médico privado, no solo porque no tienen la capacidad económica sino porque tampoco quieren. En fin. Uno de los requisitos del proceso penal es que el individuo esté asesorado y defendido por un experto en derecho, en este caso, el defensor público cumple esa función. Es un derecho, como el de la salud.

–En muchas provincias, como en Entre Ríos, la investigación en el campo la suele llevar la Policía administrativa. En otros lugares, en esta provincia en su momento se abordó, las fiscalías tienen su policía judicial. ¿Esto mejoría la investigación?

–No estoy seguro de que una policía judicial sea la mejor salida. En Córdoba, por ejemplo, la policía judicial es sólo científica, es decir que desarrolla procedimientos imprescindibles en una investigación, pero en un caso penal se coloca a las órdenes del Ministerio Público, es éste quien gobierna la investigación.

–¿Cómo se investiga o cómo se debería investigar la corrupción en la Argentina?

–¿Qué es para vos la corrupción?

–Un delito, por ejemplo, en el seno de la administración pública.

–Peculado, entonces.

–Negociaciones incompatibles en el gobierno, otro ejemplo.

–¿O sea que para vos la corrupción es una cuestión de plata?

–También la corrupción de menores.

–Ah, bueno.

–¿Se investigan bien o mal?

–Se investiga como cualquiera de los otros delitos. Cómo se investiga surge del hecho. Al peculado, que vos le llamás corrupción, se lo debe investigar como a cualquier hecho. Si un hombre metió la mano en el Banco de Entre Ríos, sería corrupción, pero para mí es un hurto. Lo que quiero decir es que el hecho manda cómo se debe investigar. No todos los delitos de homicidio son iguales y no todos los de hurto son iguales, ni todos los de corrupción, entre comillas, son iguales. Quizás debemos pensar cómo organizar el Ministerio Público para estos asuntos. Sí es interesante que tenga secciones especializadas para tratar delitos de funcionarios. Esto es normal en varios ministerios públicos y en la policía. Muchas fuerzas tienen departamentos especializados.

–En la Argentina se ha puesto en discusión la prisión  preventiva a partir de lo que se conoce como la “doctrina (Martín) Irurzun”. ¿Se aplica bien o mal? ¿Se ha abusado de la misma?

–Lo que ha pasado acá es realmente una tragedia. Es una tragedia la utilización de la encarcelación preventiva. Vamos a un ejemplo concreto: en Jujuy, la agrupación Tupac Amaru. Ese es un caso claro. Todos los oficios supranacionales, es decir, internacionales, han dicho que la detención (de Milagro Sala) es ilegítima y sin embargo el juez persiste en tenerla presa a ella y a quienes la acompañaban en el ejercicio de una tarea que se propusieron como comunidad. La “doctrina Irurzun” es irrazonable. Tan irrazonable que ahora se está dando vuelta y le tocaría a él. Pónganlo preso a Irurzun porque ha sido parte del gobierno, no vaya a ser que se fugue.

–Los servicios de inteligencia aparecen también en el centro de la polémica en casos relacionados con el Poder Judicial y a la política. Comenzó a dar vuelta la posibilidad de eliminar la Agencia Federal de Inteligencia (AFI). ¿Qué piensa?

–No soy un especialista. Me hace reír que se les haya puesto “servicios de inteligencia”. No sé a quién se le ocurrió. El mundo de la inteligencia no se guía por esas personas, sino por otras con razonamientos distintos que establecen la ciencia, la técnica, etcétera. Bautizarlos con la palabra “inteligente” me parece ridículo. Pero no es esto lo que me preguntás. Mirá, de chico me enseñaron que la Gestapo, que no fue otra cosa que un servicio de inteligencia de los nazis (traduce la sigla en alemán), no estaba mal organizada pero lo que hacía era el mal. La KGB en Rusia, lo mismo, perseguía a los dirigentes políticos que no pensaban como ellos. La CIA ha confesado haber intervenido y matado en otros países. (Salvador) Allende en Chile, para poner un caso. Todos estos servicios no tienen ningún sentido en la democracia.

–En Entre Ríos se impulsó el juicio por jurados y ahora está siendo tratado en la Legislatura. ¿Es un avance este procedimiento de juzgamiento?

–Soy partidario del juicio por jurados, sobre todo, para los delitos dolosos de funcionarios públicos y para los delitos graves que prevén penas de privación de la libertad, como el homicidio. Para esos delitos, una de las soluciones puede ser el juicio por jurados.

–En la provincia rige la ley de narcomenudeo. ¿Es un avance o una ayuda para investigar el narcotráfico?

–No estoy de acuerdo. Con eso no se va a acabar el problema del narcotráfico a gran escala. No es el narcomenudeo el problema. El verdadero problema son las toneladas (de droga) que circulan en el Atlántico o en el Pacífico. No me parece que el problema sea el individuo que toma algo prohibido.

–¿Ni siquiera la persecución del narcomenudeo como un aliciente para atacar la mercantilización de sustancias u oxigenar la Justicia Federal?  

–No creo que se gane mucho. Sí me parece que se deberían investigar a las personas que se aprovechan en gran medida de esto económicamente.

–¿El lavado de dinero se investiga como corresponde?

–El gobierno actual, por ejemplo, derogó prácticamente el delito de lavado de dinero. Permitir la compra y venta de divisa extranjera en cualquier cantidad y que la administración de esa divisa sea por intermedio de los bancos argentinos a cualquier lugar del mundo muestra que le importó muy poco el asunto. El lavado de dinero se presume que tiene que nacer en otro delito. Ahora, si se establece como delito el hecho de que yo me aproveche de mi situación para comprar dólares, euros o lo que sea para llevarlos a un banco, que es lo que sucede, no podemos hablar de lavado de dinero porque está permitido. Hoy se pueden comprar 100 millones de dólares, meterlos en el bolsillo y llevarlos al Uruguay.