NARCOTRÁFICO
Un lugarteniente dijo que Celis colaboró con la campaña de Mauricio Macri
01/10/2019
Cristian Silva, un hombre de extrema confianza de Daniel Celis, contó que el Movimiento Vecinalista del Oeste colaboró en la campaña que llevó a Sergio Varisco a convertirse en intendente, que de las actividades participaban la viceintendenta y otros candidatos y que luego también aportó para el ballotage que consagró a Mauricio Macri como presidente.
Juan Cruz Varela
De la Redacción de Página Judicial
Cristian Javier Silva lanzó una bomba en el juicio por narcotráfico que tiene al intendente Sergio Varisco sentado en el banquillo de los acusados: dijo que Daniel Andrés Celis, el jefe de la organización narcocriminal, puso la estructura de su agrupación Movimiento Vecinalista del Oeste al servicio de Mauricio Macri para el ballotage de 2015.
Silva, alias Flaco, es un hombre de extrema confianza de Tavi Celis, al punto de haber tenido a su cargo la administración de los bienes y el manejo de operaciones financieras y cambiarias para obtener liquidez monetaria para la organización.
Este martes dio una declaración que sorprendió a más de uno, con detalles sobre las actividades que desarrolló el Movimiento Vecinalista del Oeste, el espacio político que conformó Celis en el barrio Antártida Argentina, durante la campaña electoral de 2015, primero a favor del Varisco y luego para Mauricio Macri.
Silva aseguró que varios candidatos se disputaron el apoyo del movimiento vecinalista en la campaña de 2015, pero que finalmente Celis optó por trabajar para la candidatura de Sergio Varisco.
Silva contó que “se trabajó mucho en esa campaña”. Mencionó que “se organizaban reuniones para conseguir gente que ayudara a sumar votos y se hacían aportes de todo tipo” y, entre otras cosas, dijo que “Celis tenía verdulería y carnicería y se aportaba desde ahí a la gente que iba a pedir”; también enumeró que “se hacían aportes de pintura, afiches, combustible y mucha gente ponía su vehículo a disposición”. Así funcionó “durante un año o año y medio”, aseguró.
En algunas actividades participaba Sergio Varisco, entonces candidato a intendente, pero también destacó la presencia de Josefina Etienot, Emanuel Gainza (“estaba cerca del Movimiento Vecinalista del Oeste”, dijo) y Pablo Hernández en actos organizados por la agrupación creada por Celis.
“La campaña se hizo primero para Varisco; pero después también para el ballotage” en la elección presidencial, afirmó Silva. “Se acompañó a Mauricio Macri cuando vino a Paraná”, agregó.
En su momento se dijo que la caravana que realizó Macri por las calles de la ciudad lo tuvo a bordo de una camioneta que pertenecía a Tavi Celis. Fue el 7 de noviembre, a dos semanas de las elecciones de segunda vuelta, y el entonces candidato a Presidente iba acompañado por Varisco y Alfredo De Angeli. Pero Silva dijo no saberlo.
Celis también colaboró el día de la elección que terminó consagrando a Macri como Presidente, según los dichos de Silva: “Se utilizaron autos para llevar gente a votar; no tengo el número exacto pero el día de la elección se pusieron arriba de cincuenta vehículos”, aseguró el lugarteniente de Celis.
El acuerdo político
Que Celis haya colaborado con la campaña presidencial es un dato novedoso que aporta un lugarteniente del jefe narco que nunca había declarado ante la justicia. En cambio, la investigación ya había explicitado una especie de acuerdo político que Varisco suscribió con Celis durante la campaña electoral de 2015.
Un testigo de identidad reservada había mencionado que el acuerdo se habría pergeñado “a fines de 2013 o principios de 2014” y que como resultado de ello Celis habría hecho aportes para actos proselitistas por 122.000 pesos; el alquiler de remises durante los días de elecciones por 270.000 pesos y la entrega de bolsones de comida por 450.000 pesos, además de carteles, boletas, material de campaña y afiches.
El intendente también concedería “cuarenta contratos para la gente que trabajó en la campaña”, entre ellos, “cinco direcciones, cinco subdirecciones y diez jefaturas de departamento” en la Unidad Municipal 2; y “Sergio (Varisco) nos iba a dar unas obras públicas del municipio” a la empresa constructora que tenía Cristian Javier Silva.
Los zapatos de Bordeira
Más allá del bombazo, la indagatoria de Silva también pasó por otros puntos. Principalmente, rechazó las vinculaciones con el narcotráfico y se presentó como un empresario poli-rubro, siempre a la pesca de cualquier posibilidad de hacer negocios.
Dijo, por ejemplo, que en una ocasión vio la posibilidad de hacer un negocio comprando el remanente de “zapatos, vestimenta, artículos de bazar y regalería” a un comerciante de la zona sur de la ciudad que liquidaba su stock agobiado por un problema de salud. En esa aventura lo acompañó Hernán Rivero, jefe de la Unidad Municipal 2 y, casualmente, colaborador de Celis. “Acomodé todo y después hice un negocio con (la ex funcionaria y policía provincial) Griselda Bordeira, pero ella no lo pudo hacer funcionar y me lo devolvió”, explicó ante el Tribunal Oral Federal. “El negocio no salió. Un poco de la mercadería se arruinó y otro poco quedó en mi casa”, acotó.
El negocio consistía en la venta de artículos varios en ferias y por redes sociales. Silva dijo haber pagado 400.000 pesos, entregándole un automóvil Chevrolet Aveo y doce cheques de 20.000 pesos; y luego se lo vendió a Bordeira en 800.000 pesos que la policía provincial le pagaría en ocho cuotas iguales y consecutivas.
Silva intentó desmentir la interpretación que los policías hicieron de una conversación que mantuvo con Celis:
–Las cajas están todas rotas de los zapatos, boludo –le dice Celis.
–A mí, si no me cierran la cuenta, pega en el palo; pero me la cierran definitiva.
–Y bueno, metele presión, boludo.
–Ayer la llamé, me dijo que después me llamaba y no me llamó en todo el día, ahora la voy a llamar, boludo –le dice Silva.
–Que consiga cheques oficiales del municipio de última, si tenés que cobrar igual. ¿Cuánto es, quinientos, cuatrocientos, cuánto te debe? –quiere saber Celis.
–Eh… ocho cuotas de cien lucas.
–¿Ochocientos mil pesos? –se sorprende Celis–. Vos sos un enfermo hermano…
La que debe es Bordeira y, según Silva, es por aquel negocio fallido.
“No todo lo que uno hace tiene que estar relacionado con drogas; yo trataba de hacer un negocio”, se defendió Silva.
El karting, las motos y la avioneta
Tal era la confianza entre Celis y Silva que a veces éste último era mencionado como “el referente” ante la ausencia del jefe, y si bien no tenía un cargo en la estructura municipal asumía funciones gremiales, políticas y coordinaba la utilización de vehículos.
Silva también negó que Celis tuviera el control de la Unidad Municipal 2, a través de terceras personas, aunque admitió que su presencia en la estructura estatal “servía para ayudar a la gente del barrio”.
En las escuchas telefónicas aparece como encargado realizar las cobranzas por las ventas de marihuana a pequeñas organizaciones a las que proveía Celis y también de adquirir bidones y combustible de alto octanaje para abastecer a la avioneta que trasladaría la droga. Silva lo niega, dice que siempre le gustaron los autos y motos de competición y que la nafta era para mejorar el rendimiento de un karting.
Sin embargo, las escuchas son reveladoras:
–Escuchá, no se consigue nada de eso, boludo… –le plantea Silva a Celis.
–¿Por?
–Porque después de que se cerró la importación no viene más el producto ese y no va a llegar nunca a 130 octanos.
–¿Por qué? –insiste Celis.
–Porque no, porque es un elevador chico nomás. Me dijo que ese te ayuda, pero no es lo que vos necesitas.
Silva era piloto de karting pero el que necesitaba un combustible de alto octanaje era Celis. ¿Para qué? Silva dice que no lo sabe. “Celis tendrá que contestar para qué lo quería”, respondió a una pregunta del fiscal José Ignacio Candioti. Los investigadores creen que en realidad Silva trataba de conseguir el combustible para abastecer a la avioneta que traería la marihuana.
Foto: Ahora.