DERECHOS HUMANOS

Se fijó fecha para el juicio a un represor por la persecución a militantes del PC

05/09/2019

En noviembre se desarrollará el primer juicio por delitos de lesa humanidad en Concepción del Uruguay. El acusado es el ex policía federal Julio César Rodríguez, alias Moscardón Verde, que ya cumple una condena por otros hechos cometidos durante la dictadura.

Se fijó fecha para el juicio a un represor por la persecución a militantes del PC

De la Redacción de Página Judicial

 

El Tribunal Oral Federal de Concepción del Uruguay confirmó que en noviembre se realizará el juicio por crímenes de la dictadura en la ciudad.

En el banquillo estará sentado el ex policía federal Julio César Rodríguez, alias Moscardón Verde, acusado por la detención ilegal y las torturas que sufrieron dos militantes comunistas cuando se encontraban acampando en Banco Pelay, un camping ubicado a orillas del río Uruguay, el 12 de enero de 1978.

Rodríguez es tal vez el más salvaje de los represores de la provincia: no solo participaba en operativos ilegales de secuestro de personas y saqueaba la casa de sus víctimas, también era un sádico torturador de detenidos –algunos de ellos estudiantes secundarios– en la Policía Federal de Concepción del Uruguay. En 2012 fue condenado a quince años de prisión y permanece detenido, aunque bajo arresto domiciliario.

Esta causa tenía otros tres represores imputados, pero el ex militar José Luis Palacios falleció luego de la remisión a juicio; y los ex gendarmes Néstor Alfredo Gómez del Junco y Roberto Oscar Caserotto fueron separados del proceso por razones de salud, aunque esa situación ha sido apelada ante la Cámara Federal de Casación Penal.

El juicio, el primero por delitos de lesa humanidad que llevará a adelante el tribunal oral de Concepción del Uruguay, comenzará en noviembre. En total serán cuatro audiencias: 6, 7, 19 y 20 de noviembre, según se indicó desde el Registro Único de la Verdad.

El tribunal está integrado por Mariela Rojas, Jorge Sebastián Gallino y Roberto López Arango; la fiscal será Milagros Squivo; en representación de las víctimas estará Marcelo Boeykens, coordinador del Registro Único de la Verdad; y el represor acusado tendrá asistencia de un defensor oficial.

A la caza de comunistas

El Moscardón Verde está acusado por la detención ilegal y las torturas sufridas por dos militantes comunistas cuando se encontraban acampando en Banco Pelay, el 12 de enero de 1978.

Según relataron ante la justicia, los dos militantes estaban con otro compañero y el hijo de uno de ellos cuando aparecieron cuatro personas, entre los que reconocieron al Moscardón Verde y a Pedro Rivarola, otro policía federal, y se los llevaron violentamente, les vendaron los ojos y los trasladaron hasta una casa operativa que presumen estaba cerca del Arroyo Colman.

En ese lugar estuvieron esa noche atados con alambres alrededor del cuello, los golpearon con un palo y con manoplas de hierro y les aplicaron picana eléctrica en distintas partes del cuerpo. El interrogador, dicen, “tenía una voz suave y pausada”, pero no pudieron reconocerlo. A quien sí reconocieron como uno de los torturadores es a Gómez del Junco y uno de ellos también mencionó la presencia de alguien que podría ser un médico monitoreando las sesiones de tortura.

Luego de dos horas, el grupo de tareas volvió a trasladarlos hasta el puente de hierro, en la entrada de Banco Pelay, donde los dejaron vendados, boca abajo y les recomendaron que no se levantaran hasta después de media hora.

Una parte en stand by

La otra parte de la investigación está suspendida a raíz de la muerte de Palacios y la suspensión del proceso contra Gómez del Junco y Caserotto por sus problemas de salud.

El 12 de mayo de 1977, una patota encabezada por Palacios y Gómez del Junco irrumpió violentamente en la casa de un militante del Partido Comunista de Concepción del Uruguay mientras se celebraba un cumpleaños. En la casa había una veintena de personas, entre hombres, mujeres y niños, pero los represores se llevaron a tres de ellos, los colocaron boca abajo en la caja de un camión, los golpearon durante el traslado y también en el escuadrón de Gendarmería, previo a su alojamiento en un calabozo; incluso a uno de ellos lo hicieron desnudar, le tiraron agua de heladera y le aplicaron golpes de puño durante treinta minutos; y a otro lo golpearon con la culata de un fusil FAL.

En la investigación se determinó que Palacios tuvo un rol central en las detenciones ilegales y las torturas de los militantes comunistas e incluso fue señalado por una de las víctimas como quien dirigía el operativo, junto al gendarme Gómez del Junco.

Las víctimas refirieron que permanecieron unos días en los calabozos de Gendarmería, hasta que fueron trasladados a la unidad penal y el 25 o 26 de mayo, es decir, trece o catorce días después del secuestro, quedaron en libertad.

Uno de ellos volvió a sufrir persecución en 1979, cuando efectivos de Gendarmería, encabezados por el teniente coronel Ratto y el segundo comandante Osvaldo Norberto Arias, realizaron un allanamiento ilegal en su domicilio. El hombre no estaba en la casa y alcanzó a ser advertido por un vecino, por lo que alcanzó a huir. Luego supo por su padre que entre los integrantes de la patota “había un señor de apellido Palacios”.