PARANÁ

Murió el último Etchevehere

26/06/2019

Ivar Julio Etchevehere falleció a los 85 años en Salto, Uruguay. Raucho, como le decían, Fue juez, engrosó con su nombre las listas negras de la última dictadura, periodista, director del diario Concordia y dueño de El Diario.

Murió el último Etchevehere

Juan Cruz Varela
De la Redacción de Página Judicial

 

Enfant terrible, lector voraz, rebelde, bohemio, Raucho decía de sí mismo que era “el último Etchevehere”.

El periodista Jorge Riani, en un intento por explicar aquella definición, sostiene que lo dice “acaso para dejar claro que su vida transitó de lleno los tiempos en que su apellido era sinónimo de poder en la sociedad entrerriana y más allá también”.

Ivar Julio Etchevehere, Raucho, nieto de uno de los fundadores de El Diario y ex propietario del tradicional matutino paranaense, “el último Etchevehere”, murió este martes 25 junio en Salto, República Oriental del Uruguay, donde llevaba una vida casi ermitaña, lejos de cualquier tipo de exposición.

La noticia se conoció a través de avisos que publicaron en El Diario su hermano Arturo Roosevelt Etchevehere e hijos; y la viuda de Luis Félix Etchevehere, fallecido en 2009, y sus hijos Luis Miguel, Sebastián y Juan Diego. (¿Y Dolores?). El matutino, sin embargo, no publicó la noticia.

Es paradójico hasta cierto punto si se tiene en cuenta que el propio Raucho admitió en aquella entrevista que concedió en 2014 que nunca tuvo buena relación con el resto de los Etchevehere. En cambio, mencionó entre las personas que más influyeron en su vida a su “amigo y hermano” Marciano Martínez, a su maestro de periodismo Moisés Jarukpin y  Raúl Uranga, a quien señaló como una suerte de padre sustituto.

Fue juez durante el gobierno de Carlos Contín (1963-1966), engrosó con su nombre las listas negras de la última dictadura cívico-militar, director del diario Concordia tras la vuelta de la democracia e integrante del Directorio de El Diario hasta que vendió su porción accionaria en septiembre de 2010 –aunque nunca tuvo una vinculación plena con el periodismo ni con el matutino paranaense, más allá de algunas colaboraciones en las que denotaba su buena pluma–. También es autor de La ideología radical, “ensayo crítico de una rebeldía”, que publicó en formato de libro en 1983.

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A pesar de pertenecer a una familia tradicional y conservadora, siempre se le reconoció una formación más abierta. Se definía ideológicamente como “librepensador”; gustaba de leer a autores marxistas y siendo un adolescente pasó una temporada en la Unión Soviética.

Ese viaje, en 1957, lo marcó en la vida y fue, tal vez, el hecho que lo catapultó a las listas negras elaboradas por la dictadura para prohibir a actores, escritores, músicos, periodistas, cineastas, psicólogos y a todo intelectual catalogado por sus “antecedentes ideológicos marxistas”.

En 2013, cuando se conocieron públicamente las listas, contestó por correo electrónico una requisitoria de este periodista: “Tomé contacto con ese material gracias a una entrevista con el presidente del SIDE a la que accedí por pedido de los doctores Jorge Washington Ferreira y (José Rafael) Cáceres Monié. El presidente del SIDE me aclaró que me recibía por haberlo conocido a mi abuelo Luis Lorenzo Etchevehere. Me permitió examinar el libelo y hacer una descarga con pruebas”, contó. “Todas las mentiras tenían como eje mi viaje a Moscú en 1957 a un Festival de la Juventud y los Estudiantes, al que concurrieron Los Fronterizos, Horacio Guarany, Juan Gelman, Manuel Mora y Araujo, Irene Saderman, etcétera. Que yo sepa, estamos por suerte vivos. La mentira la más de las veces es mucho más débil que la verdad. Somos caña pensante, dura pero flexible, como decía Pascal”.

Raucho, “el último Etchevehere”, murió a los 85 años.