PROCURACIÓN GENERAL

Los destinos de García

25/04/2019

El nombre del procurador suele estar en boca de buena parte de la dirigencia política, más aún por estas épocas en que la política y la justicia se conjugan en una misma oración. 

Los destinos de García

Federico Malvasio
De la Redacción de Página Judicial

 

Las especulaciones en torno al futuro de Jorge Amilcar Luciano García siguen siendo motivo de conversaciones en los despachos que rodean la Plaza Mansilla. No es para menos. Es el hombre más importante en el Poder Judicial. De él depende la acción penal en el territorio entrerriano. No por antojo, sino por ley.

El procurador general anunció en una entrevista el año pasado que a fines del corriente dejaría el Ministerio Público Fiscal para saldar algunas deudas académicas y editoriales. Esa primicia generó especulaciones sobre la sucesión. Su segunda, Cecilia Goyeneche, era el nombre que aparecía naturalmente e incluso a propuesta de García.

En los ámbitos de poder, y por fuera de alguna peña amiga, dan por descartado que García dé un paso al costado en un futuro inmediato. Adjudican aquellas declaraciones a versiones que el propio funcionario judicial deja correr en ámbitos públicos y privados. “Va estar dos años más, por lo menos”, le aseguró a Página Judicial un interlocutor entre el Poder Ejecutivo y los tribunales.

García es el único hombre capaz de conducir la Procuración General en medio de la tormenta que sacude institucionalmente al Estado provincial. Con esa certeza también coinciden varios en Casa Gris y en el Palacio de Justicia.

Un ejemplo concreto ilustra el cuadro de situación y caracteriza a García en su rol. Cuando explotó el escándalo de los contratos truchos en la Legislatura, trascendió en los medios que era inminente la imputación de todos los presidentes de las cámaras durante el período 2008 – 2018 a excepción de Jorge Busti. El procurador emitió, enseguida, un comunicado diciendo que esa información no era correcta, sino que lo que se había publicado eran “meras especulaciones” que “no se fundan en datos fidedignos” e incluso no “reflejan la postura del Ministerio Público Fiscal en la investigación que recién comienza”. La causa se está por elevar a juicio y no hay un solo presidente o ex presidente de los cuerpos legislativos imputado. García tenía razón.

El jefe de los fiscales tiene la muñeca política para los tiempos que corren. Y también el cuero lo suficientemente duro para aguantar los avatares que se presentan a diario en su despacho. Justicia y política van de la mano, por eso su rol y perfil son imprescindibles para sentarse en una mesa amplia que contenga a los tres poderes del Estado. El procurador no está solo para coordinar el funcionamiento del organismo y fijar una política criminal. También debe administrar emociones. Políticas generalmente.

En noviembre del año pasado, el procurador aprovechó la jura de un grupo de fiscales, que suele contar con la presencia de integrantes y a veces figuras del paisaje judicial, para apuntar a dos variables que están relacionadas: la política y los medios. “Nunca se va a ver a alguien sacado a la noche en piyamas”, asestó, teniendo como plafón la detención de Amado Boudou que había ocurrido unos días atrás y fue trasmitida en directo. Esas situaciones en la prensa le fascinan a Goyeneche.

García enfrenta una denuncia en su contra. Ha hecho planteos en su defensa. Entiende que el Jurado de Enjuiciamiento no es el ámbito donde se lo debe juzgar, sino la comisión de Juicio Político de la Cámara de Diputados. Fuentes tribunalicias contaron a Página Judicial que la votación en proceso para resolver daría un resultado adverso para el jefe de los fiscales. Pero al final del túnel no tendrá demasiados dolores de cabeza.

Como se dijo, el jefe de los fiscales está acostumbrado a jugar en estas lides. Tiene elementos por fuera de los institucionales para hacerse de una buena defensa.