Alconada Mon y su radiografía de la corrupción y la impunidad en el país
14/09/2018
Juan Cruz Varela De la Redacción de Página Judicial ¿Cuál es la raíz de todos los males en la Argentina? Hugo Alconada Mon, seguramente el mejor periodista de investigación del país, intenta dar respuesta a esa pregunta en su último libro, La raíz de todos los males, una radiografía de la corrupción y la impunidad
Juan Cruz Varela
De la Redacción de Página Judicial
¿Cuál es la raíz de todos los males en la Argentina?
Hugo Alconada Mon, seguramente el mejor periodista de investigación del país, intenta dar respuesta a esa pregunta en su último libro, La raíz de todos los males, una radiografía de la corrupción y la impunidad desde el retorno de la democracia.
Tal vez la pregunta debería ser en realidad si la raíz de todos los males es la corrupción o es el sistema judicial que garantiza la impunidad a los corruptos.
“La primera respuesta es que la corrupción es la raíz de todos los males. Pero al mismo tiempo, en realidad, es un círculo vicioso que se retroalimenta y se fortalece a sí mismo mediante una dinámica en la cual los periodistas, a menudo, no cumplen con su labor, sino que cobran por su silencio o por hacer operaciones; los gremialistas no defienden a sus trabajadores; y la justicia no imparte justicia y, en definitiva, termina generando impunidad. Entonces, cuando hay un sistema corrupto o impune no se necesita controlar a todos los jueces y fiscales, sino que alcanza con tres Oyarbides para controlar el dolor de cabeza”, explicó Alconada Mon en una entrevista con el programa 5 Esquinas, que se emite por FM Costa Paraná.
Eso es lo que en el libro se describe como “las cloacas” de la Argentina.
“Se trata de un sistema que habilita y permite enriquecerte y seguir impune sin importar de qué partido político sos, sin importar si sos gobierno u oposición: si jugás de acuerdo a las reglas de ese sistema, podés robar y quedar libre”, lo resume el autor. “El poder en sentido amplio armó este sistema que los enriquece y los mantiene impunes y que, en definitiva, les permite acumular más poder todavía”, agrega.
El libro contiene una cantidad impresionante de datos que Alconada Mon fue recolectando durante veinte años de trabajo y nos revelan, por ejemplo, que “de 750 grandes casos por corrupción registrados entre 1980 y 2007 (…) solo se condenó al 3 por ciento de los involucrados en esos expedientes del poder, con un desfalco estimado de 13 mil millones de dólares para las arcas públicas”.
Y por supuesto Alconada Mon no solo describe la estructura de corrupción, sino que les pone nombre y apellido a quienes administran los negocios: los empresarios que pagan millones de dólares en sobornos, los funcionarios que cobran esos retornos, los sindicalistas cómplices, los periodistas que miran hacia otro lado, los jueces y fiscales que deberían investigar y no lo hacen (incluso el magistrado a quien la SIDE le pagaba un sobresueldo mensual de 14 mil dólares) y los operadores judiciales.
En su libro anterior lo llamaba “la piñata”, el sistema; ahora lo describe en detalle.
Ahora bien, ¿cómo funciona ese esquema en las provincias? Potenciado, dice Alconada Mon. “Hay una tendencia a ver su propio ombligo e incluso a prejuzgar: desde Entre Ríos se puede tener la tendencia a decir que los que están realmente complicados son los de Formosa, Catamarca o Jujuy; y cuando se observan las estadísticas de la provincia de Buenos Aires se advierte que durante todo el gobierno de Daniel Scioli casi no hubo investigaciones. O hubo una época dorada de la administración pública y no nos dimos cuenta o los jueces y fiscales estuvieron mirando para otro lado, más aun cuando al término del gobierno empezaron a llover las denuncias. Pero esto excede a un gobierno, es una práctica recurrente que se observa una y otra vez en múltiples provincias”.
Entre Ríos no es una isla. Alconada Mon cuenta, por ejemplo, que a principios de 2014 el entonces gobernador Sergio Urribarri convocó a un grupo de empresarios de la construcción y les dijo que necesitaba 50 millones de dólares para financiar su sueño entrerriano, y cuenta quiénes fueron los recaudadores. Menciona, además el aporte que hicieron los dueños de la principal empresa de transporte del país o el administrador del Hotel Mayorazgo (donde se hicieron cenas o almuerzos entre los hombres de negocios para “pasar la gorra”), que es también dueño de un canal de televisión. Describe también el “pacto político” que hicieron el intendente Sergio Varisco y el narcotraficante Daniel Celis, por el cual éste último aportó fondos para la campaña electoral de 2015; y el caso del narcochofer Marcelo Alejandro Acosta, condenado por transporte de cocaína.
Otra vez, un esquema que no reconoce banderías, un sistema montado para la corrupción y la impunidad, que excede a un gobierno y a un partido político.
Todos hemos leído alguna nota, visto algún informe por televisión o escuchado en la radio sobre esto que no tiene nada de literatura. “Pero hay sectores de la sociedad que tienen la tendencia a no saber aquello que los incomoda”, admite el periodista.
¿Es irreversible este cuadro de situación? Responde Alconada Mon: “La única forma de que este sistema corrupto y de impunidad cambie es que los argentinos digan basta. ¿Por qué aquellos que se benefician del sistema van a querer cambiarlo? Si ellos cambian un sistema que los beneficia, van a prisión; entonces tendrían que ser estúpidos para cambiarlo. La única forma de cambiar esto es a través de la presión social”.
Ficha
La Raíz de todos los males. Cómo el poder montó un sistema para la corrupción y la impunidad en la Argentina.
Hugo Alconada Mon.
Editorial Planeta. Septiembre de 2018.
496 páginas, 549 pesos.