Juzgan el mayor cargamento de éxtasis de la historia argentina

07/05/2018

Juan Cruz Varela De la Redacción de Página Judicial El contador se clavó en 67.293. Se hizo manualmente el conteo de las pastillas de metilendioximetanfetamina (MDMA), lo que se conoce como éxtasis, que habían sido detectadas en la Aduana Paraná. El Tribunal Oral Federal de Paraná comenzó a juzgar este lunes a tres personas acusadas

Juzgan el mayor cargamento de éxtasis de la historia argentina


Juan Cruz Varela
De la Redacción de Página Judicial


El contador se clavó en 67.293. Se hizo manualmente el conteo de las pastillas de metilendioximetanfetamina (MDMA), lo que se conoce como éxtasis, que habían sido detectadas en la Aduana Paraná.

El Tribunal Oral Federal de Paraná comenzó a juzgar este lunes a tres personas acusadas de intentar perpetrar el contrabando del mayor cargamento de éxtasis detectado en la historia del país, valuado en 13,5 millones de pesos.

La maniobra quedó al descubierto el 14 de junio de 2016, cuando Juan Carlos Grilli, un remisero domiciliado en la localidad bonaerense de Malvinas Argentinas, se presentó en el sector de encomiendas postales internacionales de la Aduana Paraná para retirar un “regalo” que, según dijo, le había enviado un amigo alemán. El paquete contenía un reloj, un cinturón, ropa y zapatillas y una caja que decía tener un colchón inflable pero en realidad ocultaba miles de pastillas de color verde y amarillo con el logotipo similar a la marca Apple, que no eran otra cosa que éxtasis.

Las pastillas no estaban detalladas como parte del “regalo” que un tal Hans Altmann había despachado en Goch, Alemania, para su “amigo” Grilli, quien quedó detenido en ese mismo momento. El conteo minucioso dio un total de 33.012 pastillas.

extasis.jpg

Unos días después, los empleados de la Aduana Paraná detectaron una segunda encomienda, con dimensiones y peso similar al anterior, expedida por un tal Alfred Baum en la localidad alemana de Emmerich, a unos veinticinco kilómetros de Goch, cuya destinataria era Silvia Estela Avalos, domiciliada en el barrio El Morro. El paquete decía contener ropa, un cubrecama y zapatos, pero también contenía un colchón inflable que escondía otras 34.281 pastillas de éxtasis. La mujer, sin embargo, no se presentó a retirar la encomienda, tal vez alertada por lo que había pasado con Grilli, por lo que se dispuso su detención el 4 de julio, tres semanas después.

El círculo sobre la organización se cerró dos meses después, con la detención de Dardington Jiménez Sánchez, alias Bryan, en un hotel de San Telmo. El muchacho, de origen dominicano, es quien organizó la entrega de las pastillas con Grilli y Avalos.

Los investigadores determinaron que había entre ellos un plan común que tenía por objetivo la importación de las miles de pastillas de éxtasis, a través de aduanas de mediano tráfico, para comercializarlas en el país.

En principio, se probó que los dos paquetes incautados en Paraná fueron remitidos por la misma persona, en base al estudio comparativo de la escritura de ambas consignas de destinatario; también del cruce de llamadas telefónicas, que permite inferir que Jiménez Sánchez organizó los dos envíos de éxtasis desde Alemania, “realizando contactos en el exterior, supervisando, controlando o armonizando las entregas”.

Se sospecha, además, que en los meses previos la misma organización había realizado la misma maniobra a través de la Aduana Mar del Plata. Ello a partir de informes que dan cuenta de que Grilli retiró dos encomiendas provenientes de Alemania los días 12 de abril y 2 de mayo de 2016, es decir, dos semanas antes de la detección del primer paquete en Paraná.

En tanto, informes migratorios revelan que en el último año Grilli había registrado viajes a España, Bolivia, Estados Unidos, Gran Bretaña e Italia. El hombre dijo que lo hacía porque ejercía como parapsicólogo, se dedicaba “a la atención religiosa de la gente” (sic) y tenía clientes en Europa. Sin embargo, la sospecha es que antes era una “mula” o “camello” que transportaba estupefacientes en su organismo, hasta que no pudo hacerlo más porque su cuerpo no lo soportaba.

En cuanto a la pata extranjera, es un misterio la verdadera identidad, paradero y grado de participación que podrían tener Hans Altmann y Alfred Baum, los remitentes, dentro de la organización.

Tampoco se ha logrado determinar la identidad de quien se sospecha es el verdadero dueño del cargamento, a quien solo se conoce como “Robert”. Se trata de un hombre de origen dominicano, que ya había sido mencionado en otra causa donde se juzgó un contrabando de éxtasis en la provincia, descrito como una persona “de contextura grande”, “cara grande, redonda”, “pelado”, “tez trigueña”, de entre 40 y 45 años. Se sabe que estuvo con Grilli en Paraná en los días previos a su detención de Grilli, que se alojaron en un hotel de Avenida Ramírez; hay fotos suyas en un bar céntrico de Paraná; y la propia Silvia Avalos dijo haberlo recibido dos veces en su casa.

Tal vez el juicio permita develar estos misterios.

El juicio continuará este martes ante el tribunal integrado por Noemí Berros, Lilia Carnero y Roberto López Arango. Los fiscales son José Ignacio Candioti y Leandro Ardoy; mientras que los abogados de la Aduana son Rosa Warlet y Estanislao Musuruana, que actúan como querellantes. En tanto, Dardington Jiménez Sánchez tiene como defensor a Carlos Guillermo Reggiardo; Juan Carlos Grilli es asistido por Noelia Quiroga y Silvia Avalos tiene como defensora a Corina Beisel. Los tres están detenidos.