La hipótesis del procurador García sobre la desaparición de la FIA

25/04/2018

Federico Malvasio De la Redacción de Página Judicial Federico Malvasio De la Redacción de Página Judicial La sentencia completa que fundamenta la condena del ex vicegobernador Héctor Alanis y del ex senador Humberto Re es un documento público que bien puede quedar para la historia. Se describe allí el modus operandi de un desfalco por


Federico Malvasio
De la Redacción de Página Judicial


La sentencia completa que fundamenta la condena del ex vicegobernador Héctor Alanis y del ex senador Humberto Re es un documento público que bien puede quedar para la historia. Se describe allí el modus operandi de un desfalco por el cual se birlaron del Estado 6.132.825,20 millones de pesos y no se sabe adónde fueron a parar, sólo quien se los llevó. Algo así como el final de la exitosa serie La Casa de Papel.

El voto de Garvasio Labriola, presidente del tribunal, narra de forma casi literaria, un sistema aceitado operado por peronistas y radicales, quienes debían convivir y alcanzar “consensos” en un gobierno justicialista pero con mayoría radical en el Senado. “El diálogo” también suele ser peligroso.

Otro capítulo, el más escandaloso, es el dedicado a los organismos de control. En rigor, la connivencia manifiesta en el seno del Tribunal de Cuentas.

El procurador general, Jorge García, cuestionó el accionar del Tribunal de Cuentas cuando repasó el largo peregrinaje a partir de que la Cámara Primera en lo Penal de Paraná –integrada por Elvio Garzón, Hugo Perotti y Miguel Ángel Giorgio– dispuso el sobreseimiento “al decir que si lo controló el Tribunal de Cuentas está bien, y si el Tribunal de Cuentas dice que estaban los papeles, estaban”. Delicias para los oídos de Raúl Barrandeguy, defensor de Sergio Urribarri, que sustenta buena parte de su estrategia en lo que los organismos de control no hicieron, hicieron o hicieron mal.

La patada a la FIA

Las principales causas de corrupción que prosperaron en el Poder Judicial fueron impulsadas por la Fiscalía de Investigaciones Administrativas (FIA). Sergio Montiel creó el organismo que investigó irregularidades, básicamente, del segundo gobierno de Jorge Busti. Por ejemplo, los casos que terminaron en las condenas de los senadores Abelardo Pacayut, Mario Alberto Yedro y ahora Humberto Re y el ex vicegobernador Alanis. Las espadas parlamentaria del tres veces gobernador peronista.

Jorge García asumió el cargo de procurador general en el marco de un proceso interesante. Al poco tiempo se puso en marcha el sistema acusatorio. El procurador fue quien desarchivó la causa de Alanis. Durante el juicio, al que concurrió, se jactó de haber sido el autor de esa medida.

Dice textual la sentencia, cuando acude al alegato en la voz de García: “Cuando se hicieron cargo de la procuración general por el año 2007 comenzaron a ver que uno de los hechos que más avergonzaban era éste, por la forma en que se había llevado a cabo la investigación y por cómo habían sido archivados, y era un hecho grave además porque todo esto en el lenguaje vulgar se sabía, e incluso se hacían bromas respecto de un supuesto auto-robo en el ámbito del Senado. Era sumamente grave porque el Estado entrerriano estaba metido en esa maniobra”.

Sigue más adelante Labriola, citando al procurador, que recuerda haberse puesto “la meta” de una pesquisa eficaz. Allí menciona al contador del Superior Tribunal de Justicia (STJ) Nicolás Cozzi, “que hizo una pericia impecable. Éste decía que iba al Senado y no le daban la investigación porque había connivencia de los dos partidos, la cual continuó en el Senado posterior porque esto que inició la FIA, cuando intentó continuar con la investigación de los contratos en el período siguiente, le pegaron una patada porque tenía que investigar a Busti, no este tema. Eso implica que haya habido una investigación en el ámbito administrativo que sea una farsa”.

García puso en su boca lo que también, con lenguaje vulgar, se dijo en los últimos años: que la FIA se tenía que archivar, porque no era conveniente que siga para arriba.