Alfonzo podría volver a la cárcel y entonces dice que quieren matarlo

06/07/2017

Juan Cruz Varela De la Redacción de Página Judicial El publicista, autopostulado “periodista” y locutor Gustavo Darío Alfonzo fue sometido a una serie de estudios médicos tendientes a determinar si está en condiciones de ser alojado en una unidad penal para cumplir una condena de diez años de prisión por la explotación sexual de una


Juan Cruz Varela
De la Redacción de Página Judicial


El publicista, autopostulado “periodista” y locutor Gustavo Darío Alfonzo fue sometido a una serie de estudios médicos tendientes a determinar si está en condiciones de ser alojado en una unidad penal para cumplir una condena de diez años de prisión por la explotación sexual de una menor a quien obligaba a prostituirse.

El miércoles 28 y el viernes 30 de junio, agentes del Servicio Penitenciario trasladaron a Alfonzo hasta el Hospital Felipe Heras para que se someta a un chequeo general. Según pudo saber Página Judicial, le controlaron la presión arterial, fue hizo estudios de cardiología y análisis de laboratorio para determinar los niveles de azúcar, colesterol y triglicéridos en la sangre. Los análisis se completaron recién el martes 5 de julio, porque el condenado demoraba la entrega de una muestra de orina que se le había solicitado.

El tribunal oral había impuesto un plazo de tres días a las autoridades del hospital (bajo apercibimiento de desobediencia) para que una vez concluidos los exámenes remitan un informe completo sobre el estado de salud de Alfonzo. Concretamente, los médicos deben dar respuesta a la pregunta de si el publicista padece una enfermedad tal que no puede quedar alojado en un establecimiento carcelario.

Sin embargo, ante la posibilidad de volver a la cárcel, el proxeneta dio una entrevista radial desde su prisión domiciliaria en la que denunció un plan para atentar contra su vida. Dice que a los detenidos en las cárceles les dan remedios vencidos, que “la comida es un desastre” y afirmó que “es un desastre el sistema carcelario de la provincia”.

“Me enteré de los rumores de que me iban a meter a la cárcel para matarme. Por eso salgo al aire, porque quién se va a hacer responsable de la condena injusta que estoy viviendo, quién se va a hacer responsable de mi muerte, es más fácil si a mí me matan, entonces después le echan la culpa a (Enrique) Cresto o a (Mauro) Urribarri, a quienes hago responsables, pero también es responsable el sector político de la oposición por mi seguridad, y hago responsable a (Adrián) Fuertes, al fiscal, a la justicia de Concordia y a la justicia que me condenó, porque no es posible vivir toda esta injusticia y esta mentira. Yo tengo que salir a hablar porque está mi vida en riesgo”, afirmó Alfonzo en una entrevista que dio a FM Record de Concordia.

El proxeneta Alfonzo fue condenado el 2 de marzo pasado, pero el tribunal mantuvo la prisión domiciliaria de la que gozaba. El beneficio le había sido otorgado en 2015, en un principio como una morigeración de la prisión preventiva, pero luego se mantuvo, bajo el argumento de que padece un cuadro de diabetes que, a criterio del juez, no le permitía permanecer en la unidad penal.

En el juicio, el representante de la víctima, Daniel Cedro, solicitó que se le revoque el beneficio; mientras que el fiscal José Ignacio Candioti planteó que Alfonzo sea sometido a estudios médicos para establecer si la diabetes que padece le impide estar en la unidad penal, y dijo que luego de recibir los resultados se expediría sobre la cuestión; y los jueces Roberto López Arango, Lilia Carnero y Noemí Berros hicieron lugar al planteo del fiscal y dispusieron diferir el tratamiento del pedido de revocación de la prisión domiciliaria, “a los efectos de verificar el estado de salud del condenado”.

El 10 de mayo, agentes del Servicio Penitenciario trasladaron a Alfonzo desde su casa hasta el Hospital Felipe Heras para que se le realice un chequeo general. Los resultados debían ser remitidos al tribunal oral. En lugar de eso, las autoridades del hospital enviaron una constancia donde se acredita que se hizo el examen y ante la reiteración del pedido de las conclusiones de los profesionales, la respuesta, de manera informal, fue que no los tendrían. Eso motivó el envío de un oficio dirigido al director del hospital, Adolfo José Libardoni, intimándolo a que enviara los resultados con “carácter perentorio” bajo apercibimiento de iniciar una causa por desobediencia judicial; aunque inmediatamente se ordenó repetir los exámenes.

Mientras tanto, Alfonzo permanece en su casa, en el barrio 25 de Mayo de Concordia, a unos doscientos metros de donde vive la familia de su víctima.