Condenan por lavado de activos a integrantes de una banda narco

31/03/2017

Juan Cruz Varela El Tribunal Oral Federal de Paraná condenó a cinco integrantes de una organización dedicada a la venta de cocaína y marihuana en el barrio Villa Mabel; pero lo novedoso es que también lo hizo por lavado de activos obtenidos del narcotráfico. Juan Cruz Varela El Tribunal Oral Federal de Paraná condenó a

Condenan por lavado de activos a integrantes de una banda narco


Juan Cruz Varela

El Tribunal Oral Federal de Paraná condenó a cinco integrantes de una organización dedicada a la venta de cocaína y marihuana en el barrio Villa Mabel; pero lo novedoso es que también lo hizo por lavado de activos obtenidos del narcotráfico.

La cara más visible es Claudia Silvina Bernal, de 49 años, jefa de la banda, que recibió una pena de cinco años y dos meses de prisión y una multa de 1.086.090 pesos (¡más de un millón de pesos!) por delitos de narcotráfico y por utilizar el dinero negro de esa actividad para sostener un nivel de vida escandalosamente lujoso.

Sobresalía en el humilde barrio Villa Mabel, en la zona sur de Paraná, el chalet de dos plantas y ancho frente que habitaba en la calle Combatientes de Malvinas 1550, donde exhibía sin ningún pudor una camioneta Toyota Hilux, un automóvil Volkswagen Gol Trend y cuatro motos de alta cilindrada, que le fueron decomisados. Dentro de la vivienda, aseguran los investigadores, había cuadros, estatuas y esculturas de artistas reconocidos y otros no tanto; muebles y artículos electrónicos suntuosos.

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La Claudia Bernal, como le dicen, no sostenía ese nivel de vida con lo producido por la venta de ropa, sino con dinero proveniente del tráfico de drogas, algo que ella misma confesó en un juicio abreviado.

El tribunal integrado por Roberto López Arango puso de resalto que “habitualmente el tráfico de drogas genera otro efecto compulsivo cual es que los beneficios espurios conducen al lavado de dinero”.

¿De qué se trata? Una vez que los narcotraficantes tienen en su poder el efectivo que obtuvieron por sus ventas, llega el momento de lo que es propiamente el blanqueo de ese dinero, es decir, introducirlo en el circuito legal. En este caso, a la ganancia “la volcaban a la compra de numerosos moto-vehículos y automóviles utilitarios y de calle, concretando de ese modo lo que se conócele como lavado de dinero”, apuntó el tribunal.

Luciano Andrés Sacks, un próspero albañil que sería pareja de Bernal, fue condenado a cinco años de prisión y deberá pagar una multa de 360.000 pesos, más el decomiso de un Volkswagen Bora, un Volkswagen Gol y una camioneta Volkswagen Saveiro.

Por los mismos delitos también fueron condenados Estefanía Andrea Torres, hija de Bernal, de 25 años, que recibió la misma pena de prisión que su madre pero bajo arresto domiciliario y se le impuso una multa de 361.500 pesos, más el decomiso de un automóvil Volkswagen Bora; y Ramón José Antonio Argañaraz, su pareja, que recibió una pena de cuatro años y diez meses de prisión, multa de 199.500 pesos y el decomiso de una camioneta Ford Courier.

El quinto integrante de la banda, Claudio Marcelo De Mauricio, sólo fue condenado por la venta de drogas, recibió una pena de cuatro años y diez meses de cárcel y deberá pagar una multa de 2.000 pesos.

Los informes de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) señalaron que los acusados no tenían actividades lícitas declaradas, tampoco percibían ingresos de ningún tipo ni tenían cuentas bancarias. Bernal dijo ser vendedora de ropa; su hija se presentó como ama de casa; Argañaraz declaró que era cuidador de caballos; y Sacks se presentó como albañil. Sin embargo, compraban vehículos de alta gama y otros bienes que delataban el estilo de vida suntuoso que llevaban. Eso, a criterio del tribunal, “pone en evidencia que solventaban esos gastos con dinero proveniente de la venta ilícita de los estupefacientes que detentaban”, como lo explicitó el fallo.

Una delación anónima

La caída de la organización empezó a gestarse a raíz de un llamado telefónico anónimo a la delegación local de la Policía Federal, en abril de 2015, alertando que en la casa de Bernal y de personas allegadas se comercializaban estupefacientes.

Al cabo de cuatro meses de realizar tareas de inteligencia, el juez Leandro Ríos y los policías federales determinaron cómo estaba organizada la banda y qué rol desempeñaba cada uno de los integrantes: en su casa, Bernal almacenaba y vendía cocaína; su hija, que vivía enfrente, era quien almacenaba, fraccionaba y acondicionaba las dosis y vendía marihuana, por eso le encontraron dos balanzas de precisión, recortes de nylon que eran utilizados para hacer las envolturas y otros elementos; mientras que De Mauricio oficiaba como vendedor.

En las filmaciones y fotografías que obtuvieron los investigadores se puede ver, por ejemplo, a los integrantes de la organización realizando intercambios de drogas por dinero con clientes.

Si bien las cantidades de droga secuestrada en los allanamientos no eran significativas, apenas 1,222 kilos de marihuana (equivalente a 3.500 dosis) y 59 gramos de cocaína (190 dosis), se logró probar que, al menos entre abril y agosto de 2015, Bernal dirigió una organización que comercializó estupefacientes al menudeo, de manera organizada y en diversas cantidades, y que dentro de la estructura había personas que asumían y ejercían distintas funciones.

El producido de ese negocio, como se dijo, era volcado a la compra de vehículos. El fallo plantea que una de las modalidades de simulación para el blanqueo de dinero es la compra lícita de bienes con dinero proveniente del tráfico ilícito.

El parque automotor secuestrado revela en este caso la capacidad económica de la organización:

–Vehículos pertenecientes a Claudia Bernal:
Toyota Hilux modelo 2012, dominio LCA-779.
Volkswagen Gol Trend modelo, dominio LHT-724.
Motocicleta Honda XR 250 modelo 2015, dominio 498-KZK.
Motocicleta Honda CG 150, dominio 710-KDT.
Motocicleta Honda CB 250, dominio 204-BMY.
Motocicleta Motomel CX 250, dominio 470-HQM

–Vehículos pertenecientes a Luciano Sacks:
Volkswagen Bora 2.0 modelo 2011, dominio JFW-144.
Volkswagen Gol 1.6 modelo 2002, dominio DSD-997.
Volkswagen Saveiro modelo 2001, dominio CBQ-091.

–Vehículo perteneciente a Estefanía Andrea Torres:
Volkswagen Bora modelo 2008, dominio GWW-604.

–Vehículo perteneciente a Ramón José Antonio Argañaraz:
Ford Courier XL modelo 2008, dominio GZL-649.

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Fuente: El Diario y Página Judicial.