Detuvieron a una “socia” de Caudana en el negocio de la prostitución

21/03/2017

Juan Cruz Varela De la Redacción de Página Judicial La Policía detuvo este martes en Santa Fe a una mujer que está acusada de ser cómplice del narcotraficante Gonzalo Caudana en el negocio de la explotación de prostitución. Se trata de Natalia Viña, de 35 años, que estaba prófuga desde mayo del año pasado. Juan


Juan Cruz Varela
De la Redacción de Página Judicial


La Policía detuvo este martes en Santa Fe a una mujer que está acusada de ser cómplice del narcotraficante Gonzalo Caudana en el negocio de la explotación de prostitución. Se trata de Natalia Viña, de 35 años, que estaba prófuga desde mayo del año pasado.

Según pudo saber Página Judicial, la mujer fue arrestada luego de que los efectivos de la División Trata de Personas de la Policía recibieran un dato de que estaba en Santa Fe. Inmediatamente fue trasladada a Paraná y se abstuvo de declarar.

La investigación surgió en el año 2012 a partir de una denuncia radicada por unas diez mujeres que ejercen la prostitución y señalaron que Caudana las obligaba a pagarle una parte de su ganancia por el uso del territorio.

En ese momento se abrió una investigación judicial para determinar quiénes eran los organizadores del negocio de la prostitución en Paraná. En un principio, la causa tramitó en la Justicia Federal por el delito de trata de personas con fines de explotación sexual, pero en abril del año pasado pasó a los tribunales provinciales. Allí surgió nuevamente el nombre de Caudana y, tras recolectar pruebas y testimonios, el fiscal Álvaro Piérola ordenó la detención del narcotraficante.

También fue acusado Gonzalo Damián Conraut, un antiguo socio de Caudana y “empleado” en la fábrica de hielo que regentea el narcotraficante, y que ya estaba detenido purgando una condena por homicidio.

“Había coacción sobre las víctimas porque, a partir de la conducta de los sospechados, tenían que pagar la parada, es decir, las obligaban a abonar un canon diario para ejercer la prostitución en determinado lugar”, explicó el fiscal Piérola sobre el funcionamiento de la banda. Ese lugar era la zona del Parque Industrial de la capital provincial.

En el caso de Natalia Viña, ejercía la prostitución en la vía pública y era quien recolectaba el dinero entre el resto de las mujeres que querían hacer uso de la parada. Sin embargo, cuando los investigadores ordenaron su detención, no pudieron hallarla.

La sospecha es que tras el episodio, Viña se instaló en Río Grande, la ciudad la ciudad más poblada de Tierra del Fuego, donde el ejercicio de la prostitución y el funcionamiento de “cabarets”, “whiskerías”, “bares atendidos por mujeres” y el otorgamiento de libretas sanitarias específicas para las “alternadoras” están regulados por el municipio. Se las considera como “actividades toleradas” (sic) que “no son honorables ni reconocidamente útiles” pero que pueden obtener permisos municipales precarios.

El fiscal explicó que “el ejercicio de la prostitución es libre, esto quiere decir también que no está penado en nuestro país, siempre que se trate de personas mayores de edad. Lo que sí está penado es cuando un tercero intenta aprovechar o sacar un rédito económico de ese ejercicio de la prostitución. Eso es el proxenetismo, que es lo que se investiga en esta causa”. Caudana, Conraut y Viña están acusados por el delito de explotación económica del ejercicio de la prostitución ajena, que prevé penas entre cuatro y seis años de cárcel.