El fiscal pidió que Alfonzo sea condenado a 12 años de prisión

24/02/2017

Juan Cruz Varela El Tribunal Oral Federal de Paraná daría a conocer el próximo jueves 2 de marzo el veredicto en el juicio contra el productor publicitario, autopostulado “periodista” y locutor Gustavo Darío Alfonzo por trata de personas con fines de explotación sexual. Juan Cruz Varela El Tribunal Oral Federal de Paraná daría a conocer


Juan Cruz Varela

El Tribunal Oral Federal de Paraná daría a conocer el próximo jueves 2 de marzo el veredicto en el juicio contra el productor publicitario, autopostulado “periodista” y locutor Gustavo Darío Alfonzo por trata de personas con fines de explotación sexual.

En su alegato, el fiscal José Ignacio Candioti pidió que Alfonzo sea condenado a 12 años de prisión por el delito de trata de personas, en la modalidad de captación, recepción y traslado de una menor de edad, con fines de explotación sexual, agravado por el abuso de la situación de vulnerabilidad de la víctima y por haberse consumado la explotación. Además, solicitó que el publicista sea sometido a exámenes médicos para determinar si el problema de diabetes que padece efectivamente le impide cumplir la pena en una cárcel común, ya que se encuentra bajo arresto domiciliario.

El fiscal también pidió que se envíen las pruebas producidas en el juicio al Juzgado Federal de Concepción del Uruguay a fin de que se que se amplíe la investigación respecto de otros posibles autores que podrían haber integrado la red de trata de personas, junto con el publicista; y para determinar si hay otras víctimas de explotación sexual.

Candioti no hizo nombres, pero reveló que el esquema de protección de Alfonzo estaba integrado por funcionarios públicos, agentes estatales, integrantes de fuerzas policiales y de seguridad, narcotraficantes y empresarios. En el juicio surgieron los nombres de Fernando Rouger, ex delegado del Copnaf y actual funcionario municipal en Concordia; el cabo de policía Matías Miguel Pereyra, alias el Gordo; Julio Desgracia, alias Papucho; los hermanos Luiggi y Gustavo Miller; Daniel Badaracco; el bolichero Rubén Trinidad; el transformista Pablo Carayani; y el empresario Roberto Pietroboni. “Eran parte del círculo de Alfonzo”, dijo el fiscal. Pero la lista podría ampliarse. Por ejemplo, el acusado tenía en su teléfono celular contactos como “Amigo Pato Prefectura” y “Amigo Tato mendoza Jefe de operaciones”, ambos mencionados en el juicio.

Lo que sí mencionó el fiscal fue que la víctima, en la declaración que dio en Cámara Gesell, dijo que mantuvo relaciones sexuales con Enrique Cresto y Mauro Urribarri, a quienes señaló como “clientes” de Alfonzo. La joven también nombró a Rouger, a quien calificó como “violento”.

El querellante Daniel Cedro pidió una condena de 13 años de cárcel y que directamente se revoque la prisión domiciliaria por el peligro de que Alfonzo huya del país.

En tanto, el defensor oficial Mario Franchi planteó la nulidad de la pericia sobre los teléfonos celulares de Alfonzo, expuso lo que consideró “contradicciones” del testimonio de la víctima y de su madre y pidió que el publicista sea absuelto.

Las fases del delito de trata

El fiscal Candioti aseguró que tras el juicio no quedaban dudas de que Alfonzo “es el responsable de la explotación sexual”, no sólo en el caso de esta víctima sino de otras, ya que entre sus clientes “se jactaba de tener el grupo de las diez, que eran chicas que estaban en situación de prostitución”. Y respecto de la víctima de esta causa destacó que la explotación se consumó, al menos, en la quinta del empresario Pietroboni; en una fiesta privada en Puerto Yeruá; y en el Hotel Tortuguitas, donde Alfonzo concertaba citas con sus clientes, por ejemplo, la joven dijo haber estado allí con Rouger.

Según dijo el fiscal, Alfonzo captó a la víctima “con una promesa de trabajo”; la mantuvo cautiva “tal vez no los veinte días” en que estuvo desaparecida, “pero le dio acogimiento en el departamento” que alquiló a mediados de octubre en calle Monseñor Rösch 3523; y era quien organizaba los traslados hacia los lugares donde se consumaba la explotación, aún cuando no los hiciera él mismo. Son las tres fases del delito de trata.

Respecto del departamento, mencionó un mensaje en el que Alfonzo le cuenta a alguien que había conseguido el dúplex y la respuesta fue: “Qué bien, por fin vas a tener un bulo para tus putas”.

Como se dijo, la explotación se consumó, y los mensajes de texto son elocuentes sobre ese punto: “Pelado, te voy a matar, ya voy estando con dos”, le escribió la víctima mientras se encontraba en Puerto Yeruá, unos días antes de que fuera rescatada.

Esa fiesta se concretó el 25 de octubre y Alfonzo acordó con un contacto cuyo número telefónico tenía característica de Buenos Aires que le pagaran “1.200 pesos por cada chica y otra suma en concepto de coordinación; en total eran 7.000 pesos y Alfonzo le dijo al cliente que llevara ‘faso y merca, así las chicas se aflojan rápido’”, detalló Candioti. “Esa noche hizo que la víctima (la mencionó por su nombre) tuviera que acostarse con cuatro hombres”, acotó el fiscal. Incluso la joven se escapó de esa fiesta, pero fue localizada en un predio lindero, como también surgió de las comunicaciones telefónicas.

“Alfonzo pactaba precios, turnos, horas y con cuántos chicos tenía que estar”, aseguró el fiscal. “Este es uno de los casos más palpables de cosificación y de utilización de la víctima como una mercadería… comerciaba con el cuerpo de la víctima… y se le quedaba con la ganancia, no le daba la plata o le daba poca plata”, insistió.

Además, resaltó que Alfonzo sabía que la víctima era menor de edad y se aprovechó de su situación de vulnerabilidad: “Era una nena de 16 años y Alfonzo tenía 50, ¡la triplicaba en edad!”. Enumeró también que las normas internacionales consideran que “las personas que están en menor condición de ejercer sus derechos son más vulnerables: la víctima era menor de edad, tenía problemas familiares y tenía problemas económicos”, detalló.

El fiscal describió esa presión ejercida por Alfonzo sobre las víctimas, y particularmente sobre la adolescente de 16 años: “Lógicamente había un temor de la víctima: un tipo de 50 años, con muchos contactos, le decía que la iba a matar, que la iba a prender fuego”, señaló. “No la tenía encerrada, pero había un encarcelamiento psicológico absoluto. La víctima pensaba que no podía escapar”, agregó.

Un mensaje de texto que la víctima le envió el 27 de octubre, tres días antes de ser rescatada por la Policía, a un conocido es revelador en ese sentido: “Está muy pasado del límite, quiere plata todo el tiempo. No me deja hablar con nadie. Me dice que hay que hacer negocios (…) Quería ver a alguien y no me dejó. Está loco el Pelado”, escribió.

Fuente: El Diario y Página Judicial.