Javier Broggi fue condenado por abuso de menores, pero sigue libre

23/12/2016

De la Redacción de Página Judicial El Tribunal de Juicio y Apelaciones de Gualeguaychú condenó a 14 años de prisión a Javier Broggi por el abuso de dos menores en forma reiterada. Sin embargo, el ex funcionario de la Municipalidad de Urdinarrain continuará en libertad porque los jueces rechazaron el pedido de los fiscales y


De la Redacción de Página Judicial

El Tribunal de Juicio y Apelaciones de Gualeguaychú condenó a 14 años de prisión a Javier Broggi por el abuso de dos menores en forma reiterada. Sin embargo, el ex funcionario de la Municipalidad de Urdinarrain continuará en libertad porque los jueces rechazaron el pedido de los fiscales y querellantes para que sea detenido.

Los jueces Alicia Vivian, Alberto Seró y Mariano Martínez consideraron que Broggi era “responsable del delito de corrupción de menores en la modalidad de promoción agravada por haberse cometido mediante engaños” respecto de dos víctimas.

Los abusos se produjeron entre 2002 y 2003, cuando las víctimas tenían 16 años, en tiempos en que Broggi se desempeñaba al frente de la Secretaría de Cultura y Turismo de Urdinarrain. En el juicio declaró una tercera víctima, cuyo caso fue considerado prescripto y por eso Broggi no fue acusado, pero se sospecha que habría cometido abusos sexuales contra decenas de niños.

El tribunal consideró que “las conductas propiciadas por el encartado fueron más allá del mero abuso sexual” y las calificó como de una “manifiesta perversidad”. En un tramo del fallo los jueces resaltaron que “los hechos fueron suficientes para afectar el libre desarrollo psíquico y sexual esperado, constituyendo la habitualidad por reiteración de las conductas sexuales de Broggi en perjuicio de sus víctimas, el elemento diferenciador de la potencialidad”. Señalaron también que Broggi se “aprovechó” de su rol de funcionario público para cometer los abusos, según consignó la periodista Natalia Buiatti, de Análisis Digital, que cubrió íntegramente el juicio.

Sin embargo, estas consideraciones no fueron suficientes para que Broggi quedara detenido en ese mismo instante: el tribunal rechazó el pedido que habían efectuado los fiscales Lisandro Beherán y Martín Gil y los querellantes Darío Carrazza y Estela Esnaola por el riesgo de fuga que implicaría la expectativa de tener que cumplir una alta pena de cárcel, el hecho de que tiene recursos económicos y familiares y conocidos que podrían darle cobijo en Europa, sumado la falta de vínculos y arraigo. Para los jueces, el pedido no tenía fundamentos y, entonces, resolvieron que el condenado continúe bajo un régimen de libertad restringida hasta que la sentencia quede firme. En los próximos cinco días, Broggi deberá fijar domicilio, tendrá la obligación de presentarse cada dos días ante el fiscal del lugar en el que decida residir y no podrá salir de la provincia ni del país sin autorización del tribunal.

El perverso Broggi

El escándalo por los abusos sexuales a menores que habría cometido Javier Broggi salió a la luz en el año 2008, pero estalló públicamente recién en diciembre de 2013, a partir de una investigación periodística de la revista Análisis en la que se denunció que el ahora ex funcionario había abusado de unos cuarenta niños de entre 5 y 13 años, entre 1988 y 1995, aunque la publicación dejaba entrever la posibilidad de que hubiera casos anteriores y/o posteriores a esa fecha.

Las denuncias fueron realizadas por dos personas de 30 años de edad, quienes sufrieron abusos entre 2002 y 2003, cuando tenían 16 años de edad, en momentos en que el imputado se desempeñaba al frente de la Secretaría de Cultura y Turismo municipal. Leonardo Mussi, uno de ellos, destacó que tras el fallo condenatorio que “la gente de Urdinarrain podrá estar contenta, porque a raíz de este caso los niños están más seguros. Hoy Urdinarrain es un lugar más seguro para los niños”, aunque remarcó que Broggi “tiene que estar preso para que no siga abusando de menores”.

La metodología de Broggi consistía en lograr primero la confianza de los matrimonios con chicos y después invitaba a esos niños a su casa para hacer actividades lúdicas, como ver una película, dibujar o mostrarles el último videojuego. En ese ámbito, los manoseaba o les eyaculaba en la cara.

Las dos víctimas declararon ante el tribunal, y también lo hizo una tercera, aunque Broggi no estaba acusado por su caso porque los fiscales hicieron la salvedad de que estaba prescripto. Lo cierto es que los tres señalaron la casa de Broggi y la estación de trenes –donde enseñaba teatro– como los lugares donde se consumaron los abusos, reconocieron esos sitios a través de fotografías que les exhibió el tribunal y también reconocieron los trajes que les hacía utilizar.

El fiscal Beherán señaló en su alegato que “Broggi aparecía como una persona culta y atrayente, eso le daba acercamiento y acceso a mayores de edad con hijos” y detalló que “su plan consistía en ofrecer sesiones de fotos a los menores para supuestas publicaciones en revistas que nunca existieron” y “luego de cometer los abusos venía el ocultamiento y el silencio. Según dijo, “en las víctimas infundía vergüenza y culpa” y remarcó que los abusos “afectaron el normal desarrollo psicológico y sexual de las víctimas porque dejaron huellas psíquicas”. Al respecto, la querellante Esnaola resaltó que Broggi “generó confianza en los niños, a quienes les bajó los mecanismos de defensa para abusarlos” y advirtió que también “existen indicios suficientes para considerar que Broggi pudo haber pertenecido a una red de pedofilia”.