El saqueo de Sidecreer

06/12/2016

Federico Malvasio De la Redacción de Página Judicial Federico Malvasio De la Redacción de Página Judicial En los diarios paranaenses de este lunes y en La Nación se publicó un llamado a licitación para capitalizar Sidecreer. El sistema crediticio a través de esa tarjeta fue una de las políticas financieras más beneficiosas para las arcas


Federico Malvasio
De la Redacción de Página Judicial


En los diarios paranaenses de este lunes y en La Nación se publicó un llamado a licitación para capitalizar Sidecreer. El sistema crediticio a través de esa tarjeta fue una de las políticas financieras más beneficiosas para las arcas del Estado en los últimos 15 ó 20 años. La implementó Sergio Montiel con el fin de establecer un sistema financiero sin intermediación para empleados de la administración pública provincial, de los entes autárquicos, de los municipios adheridos y para los pasivos provinciales. El entonces gobernador radical eliminó los códigos de descuento de las mutuales y generó el monopolio para la firma que fundó. Un imperio estatal. El primer presidente fue Yontob Benmelej, que falleció este año.

¿Cómo se puede hacer deficitario ese enorme negocio que enriquecía las arcas del Estado? Saqueo, despilfarro y entrega.

El último presidente de la entidad, Juan José Canosa, dijo el 16 de diciembre del año pasado que su gestión, durante las gobernaciones de Sergio Urribarri, dejó un crecimiento “exponencial de su patrimonio neto” del 589,57 por ciento. Y, obviamente, destacó “la gran obra” de la empresa: la maratón, a la que calificó como un “clásico” que “llegó para quedarse”.

“Hay que buscarle la vuelta para que la tarjeta siga”. Así de sencillo se despachó en una entrevista radial el 26 de agosto pasado Juan Domingo Orabona, presidente del Instituto Autárquico Provincial del Seguro (IAPS) y mano derecha del gobernador Gustavo Bordet, refiriéndose a la tarjeta Sidecreer. Y advirtió: “Uno no puede seguir invirtiendo en una compañía que a la larga va a pérdida”.

El 30 de octubre, Orabona anunció en una entrevista en El Diario que la tarjeta se encuentra en un punto límite y necesita de inversores privados. Así se llegó al llamado a licitación que se publicó este lunes salió en los diarios.

Según Orabona, para salvar a Sidecreer se le debe inyectar un mínimo de 150 millones de pesos. Salvarla sería no vender acciones, según dijo. La figura para ese salvataje sería crear un Consorcio Publico y Privado. Esto es, el inversor “inyecta” el dinero y la tarjeta aporta el código de descuento (aparte del nombre, la marca y toda la estructura).

Al frente de la tarjeta en esta nueva etapa está Horacio Bechara.

Advertencias

El vaciamiento de la empresa se produce con el desembarco de las mutuales. En primer lugar, la Mutual Urquiza. ¿Cómo era el negocio para el privado? Por convenio, se prestó el código de descuento y la estructura de trabajo de Sidecreer para que la mutual preste dinero. La tarjeta debitaba de los haberes de quienes tomaban el préstamo la cuota del crédito y la cuota societaria (ya que sí o sí la persona que solicita un crédito debe asociarse a las mutuales). La cuota societaria es la ganancia pura de las mutuales, ya que Sidecreer recibe un 3 por ciento del resto de la operatoria, como de cualquier otro comercio. Los créditos eran y aún son a una tasa del 43 por ciento. En caso de mora o cualquier litigio judicial, todo corre por cuenta de la tarjeta. Esos convenios, perjudiciales para la entidad estatal, los firmaron Canosa y el entonces gerente financiero, Pablo Terra.

Según informes a los que tuvo acceso Página Judicial, la Mutual Urquiza, de Walter Grenon, facturó 4.254.411 pesos; la Mutual Modelo, de Adrián Bruffal, 1.219.750.55 pesos; la Mutual 10 de Abril, creada por el ahora ex gerente financiero comercial Terra, 646.680.99 pesos. Quien habilitó la entrada de las mutuales al negocio fue el frenteamplista Nelio Calza, titular de Sidecreer en la gestión de Jorge Busti.

El desmanejo y las maniobras en perjuicio de Sidecreer se advierten desde hace mucho tiempo. En una nota a fechada el 26 de agosto de 2011 dirigida al entonces síndico, Terra, mano derecha de Canosa, le hace saber acerca de una modificación en el criterio contable para el “devengamiento de intereses” que “cambia significativamente el resultado final del Balance al 30 de abril de 2011, cuantificado aproximadamente en una pérdida de 1.114.000 pesos, teniendo en cuenta el Balance de Sumas y Saldos antes de Ajustes de Auditoría, con más los intereses que anualmente se deben devengar por mutuo con el Superior Gobierno de la Provincia de Entre Ríos”.

A la bancarrota de Sidecreer no sólo se llegó con la entrega al negocio de las mutuales/financieras que ahora revolotean para volver a usufructuar la estructura de la firma estatal, sino por las malas gestiones y el despilfarro.

Fuentes de la empresa, que son quienes están manteniendo las reuniones con legisladores para ver qué salida se le da a la firma, contaron a Página Judicial que durante años se firmaron contratos millonarios con OCA para el reparto de las cartas documento de los morosos. El servicio del Correo Argentino era por lo menos el 50 por ciento más económico, sin embargo, se optaba por la empresa privada.

Otro caso es la contratación de la empresa Diveria, una firma que instaló un sistema de software con el que se opera en la actualidad y que costó 4 millones de pesos. Lo entregaron con un año de atraso (funciona hace siete meses) y aún no anda como se esperaba.

La famosa maratón de Sidecreer, entendida como una actividad deportiva, terminó convirtiéndose en un evento vip. Las fiestas posteriores a las carreras ayudaron a desangrar las arcas de la empresa.

Incluso la gestión de Canosa tuvo un llamado de atención de la propia Fiscalía de Estado, que abrió una investigación por el reparto, a través de la empresa privada Tran–Ban SA, de las tarjetas sociales del Programa de Refuerzo Alimentario Familiar (PRAF) y del Programa Alimentario Familiar (PAF).

Esta consecuencia de hechos pone en clave de sospecha el crecimiento patrimonial de algunos funcionarios que estuvieron al frente de la empresa estatal. Mientras la firma ingresa a un nuevo proceso, el radicalismo apela a su permanente “preocupación” por las cosas que pasan.