Cuando la “república” tiene forma humana

30/11/2016

Leandro Ríos (*) Leandro Ríos (*) El núcleo del concepto “república” consiste en limitar a cualquier poder. Es decir, ningún poder –ni aún el más legítimo que imaginemos– puede decidirlo todo o puede dejar de decidirlo todo. Esas dimensiones de lo no decidible, tanto la liberal como la social, fijan el ámbito del quehacer jurisdiccional.


Leandro Ríos (*)

El núcleo del concepto “república” consiste en limitar a cualquier poder. Es decir, ningún poder –ni aún el más legítimo que imaginemos– puede decidirlo todo o puede dejar de decidirlo todo. Esas dimensiones de lo no decidible, tanto la liberal como la social, fijan el ámbito del quehacer jurisdiccional. De otro modo: la tarea de los jueces en el “estado constitucional de derecho” consiste en custodiar e impedir que los poderes –aún el más democrático–, decidan sobre aquello que no puede ser decidido (la vida y la libertad) o dejen de decidir sobre lo que no puede ser olvidado (la igualdad y la solidaridad).

A diferencia de los seres humanos, las instituciones –como contextos normativos consolidados– suelen representar de modo más resuelto conceptos tan abstractos y generales como el de “república” y es poco usual que esa idea sea encarnada por una persona concreta, pues ello implica constatar sostenidamente en sus actos la prudencia (con el poder), la decencia (ante el poder) y la independencia (del poder).

Carlos Santiago Fayt fue un virtuoso en sentido republicano y honró al “estado constitucional de derecho” con sus servicios de abogado y de juez por largos años. Enseñó paciencia, claridad, transparencia y fortaleza, con el objetivo final de servir a la “república”.

Hoy “Fayt” ya es un concepto que se parece mucho al de “república”.

(*) Juez Federal de Paraná.