Cayó un dominicano que sería el dueño del cargamento de éxtasis
01/08/2016
Juan Cruz Varela De la Redacción de Página Judicial La historia empezó hace dos meses, se manejó bajo un profundo hermetismo y derivó en el secuestro de éxtasis más importante de la historia en el país: 67.293 pastillas que estaban dentro de dos paquetes que contenían, supuestamente, colchones inflables fueron detectadas en la Aduana Paraná.
Juan Cruz Varela
De la Redacción de Página Judicial
La historia empezó hace dos meses, se manejó bajo un profundo hermetismo y derivó en el secuestro de éxtasis más importante de la historia en el país: 67.293 pastillas que estaban dentro de dos paquetes que contenían, supuestamente, colchones inflables fueron detectadas en la Aduana Paraná.
Primero cayeron los destinatarios de los paquetes: Juan Carlos Grilli, un remisero de 58 años, domiciliado en la provincia de Buenos Aires; y Silvia Estela Avalos, paranaense de 47 años, con domicilio en el barrio El Morro.
El círculo sobre esta organización, aparentemente, se cerró el viernes en horas de la madrugada, cuando efectivos de la Delegación Paraná de la Policía Federal detuvieron a un ciudadano de nacionalidad dominicana de 29 que sería el destinatario del millonario cargamento de éxtasis. Se trata de Dacdington Giménez Sánchez, alias Brian, residente desde hace varios años en la Argentina, que fue apresado en un hotel del barrio porteño de San Telmo cuando estaba a punto de fugarse del país. Según pudo saber Página Judicial, tenía en su poder unos 6.000 dólares, alrededor de cien pastillas de éxtasis, cocaína y troqueles que serían de ácido lisérgico (LSD).
Fuentes de la investigación revelaron que las pastillas de éxtasis que se encontraron en poder del dominicano tendrían una composición química distinta de aquellas que se incautaron en la Aduana Paraná. En principio, el diseño y color también son diferentes.
El procedimiento que terminó con la detención de Giménez Sánchez se manejó con la misma reserva que tuvo la investigación desde sus inicios, a tal punto que los resultados recién se conocieron dos días después, cuando el muchacho ya había sido indagado por el juez federal Leandro Ríos. Por estas horas, alias Brian se encuentra alojado en la cárcel de Paraná.
Grilli fue detenido el fue detenido el 14 de junio cuando se presentó en la Aduana Paraná para retirar dos paquetes a su nombre procedentes de Alemania. A los agentes les parecieron sospechosos los dos envoltorios y llamaron a la Prefectura para que los examinara. Cuando el hombre abrió la encomienda, detectaron que entre los colchones inflables había una cantidad impresionante de pastillas de color verde. Luego se determinó que eran 33.012 cápsulas de éxtasis.
En la Aduana quedó otra encomienda sospechosa, aunque esta vez nadie fue a retirarla. El 4 de julio fue detenida Silvia Estela Avalos, la destinataria de un paquete que contenía 34.281 pastillas de éxtasis, junto con colchonetas inflables. Fue luego de que los investigadores lograran probar que había una vinculación entre ambos. Por ejemplo, descubrieron que habían sido despachados desde una casilla de correo en un pequeño pueblo del norte alemán, en el límite con Bélgica y Holanda.
En ambos casos, las pruebas químicas confirmaron que se trataba de metilendioximetanfetamina (MDMA), la droga sintética que comúnmente se conoce como éxtasis, aunque la fórmula es novedosa para el mercado local, según pudo saberse.
En las semanas que siguieron a aquellos hallazgos, se logró determinar que Grilli era una especie de articulador o nexo entre el dominicano Giménez Sánchez y Avalos. A su vez, la mujer domiciliada en el barrio El Morro registraba algunos viajes al exterior que llamaron la atención a los investigadores. La información recolectada en estos meses permite inferir que la mujer también trabajaba con Grilli en otros puntos del país.
Esta operación, además, dejó al descubierto un cambio de estrategia por parte de las organizaciones dedicadas al contrabando de drogas sintéticas: ya no utilizan hombres jóvenes, que viajan solos y livianos de equipaje, aterrizan en Montevideo, procedentes de España, pero con origen en Bélgica u Holanda, de paso hacia Buenos Aires. Ahora el distribuidor local se hace enviar la droga por encomienda a través de aduanas de mediano tráfico. Paraná aparece como un lugar estratégico en ese esquema.