La Justicia, atravesada por la larga pelea entre Busti y Urribarri

13/06/2016

Federico Malvasio De la Redacción de Página Judicial Lo que queda para contar del caso de Guillermo Smaldone y el Tribunal de Cuentas de la provincia es historia. La película terminó con la renuncia del joven abogado que se conoció el viernes por la noche. Federico Malvasio De la Redacción de Página Judicial Lo que


Federico Malvasio
De la Redacción de Página Judicial


Lo que queda para contar del caso de Guillermo Smaldone y el Tribunal de Cuentas de la provincia es historia. La película terminó con la renuncia del joven abogado que se conoció el viernes por la noche.

La designación del ahora ex funcionario se resolvió por vía de la política cuando lo que se esperaba era una resolución judicial. Una acción de inconstitucionalidad presentada por el ex senador radical Juan Carlos Arralde se pulverizó ante la anemia del Superior Tribunal de Justicia (STJ) para resolverla. No se animó a hacerlo en contra del entonces gobernador Sergio Urribarri. Con el cambio de gobierno todo se apresuró. Vale aclarar que la Procuración General, a cargo de Jorge Amílcar Luciano García, se expidió sobre el asunto ni bien recibió la petición. El dictamen fue en contra de los intereses del demandante, es decir, avalando la designación de Smaldone.

El caso del ex presidente del organismo de control quedó en el centro de la interna peronista de los últimos ocho años y que tuvo a Urribarri de un lado y a Jorge Busti del otro. Ese enfrentamiento silencioso tuvo más incumbencia en el seno del Poder Judicial que un mitin justicialista. Se llegó al punto tal que se podía presagiar cómo votaría determinado vocal en una causa que interesara al Poder Ejecutivo sólo por su buena relación con el gobernador o alguno de sus funcionarios.

Operaciones

La demora en la resolución de la situación de Smaldone, y también su abrupta decisión de dar un paso al costado, no tienen otra explicación que las operaciones judiciales en torno al caso. El año pasado, en dos oportunidades, una versión llegó a Página Judicial: era inminente un fallo a favor de Urribarri. En el STJ, una mayoría ajustada, iba a legalizar el nombramiento del presidente del Tribunal de Cuentas. La difusión de esa versión llegó de las filas de Busti. La información, seguramente, la pudo haber aportado su amigo y ex socio Daniel Carubia. Los votos seguros que iban a beneficiar al gobierno –según ese conteo– los aportarían la presidenta del alto cuerpo, Claudia Mizawak, y los vocales Emilio Castrillón, Susana Medina de Rizzo y Leonor Pañeda. En contra, votarían Carubia, Carlos Chiara Díaz, Bernardo Salduna y Germán Carlomagno. La votación estaba cuatro a cuatro y quien definía era Hugo Daniel Perotti, que subrogaba a Juan Ramón Smaldone, que se había excusado por razones obvias. Nada pasó.

La operación era floja. En primer lugar porque Carlomagno no votaba. También se había excusado porque su relatora, María Josefina Pace, es la esposa del impugnado. Lo subrrogó Miguel Ángel Giorgio. En segundo lugar, no habían votado ocho vocales, sino dos. Esto lo constató Página Judicial en sede tribunalicia. Punto. El otro dato, no menor, pero también absurdo, era que Perotti votaría a favor de los intereses del gobierno a cambio de un cargo en la Cámara de Casación Penal. Una jueza cercana a Carubia andaba con esa versión. El magistrado cuenta con prestigio acreditado en el Consejo de la Magistratura. La versión era fácil de desbaratar. Perotti ya había ganado esa vocalía en un concurso. No necesitaba ninguna palanca. Todo muy berreta.

Este fin de semana Página Judicial reconstruyó la votación que aparentemente era inminente. Consultó a dos fuentes interesadas: una oficialista y otra radical. Ambos dirigentes adujeron tener de primera mano cómo venía la votación.

El referente de la UCR tenía –según dijo– la siguiente votación: en contra de Smaldone lo harían Chiara Díaz, Carubia, Salduna, Giorgio y Perotti. Sorpresa, ¿no iba a votar Perotti a favor del entonces presidente del Tribunal de Cuentas?

El funcionario del Frente para la Victoria también tenía un sondeo hasta el viernes de cómo venía la votación. Abogados ligados al peronismo y con llegada al STJ le pasaron el siguiente esquema: en contra votarían Chiara Díaz, Carubia, Giorgio y Pañeda. A favor, Mizawak, Castrillón, Medina de Rizzo y Salduna. Otra sorpresa: un radical reprobaba a su correligionario Arralde.

Otra vez Perotti daría el supuesto voto que definía la cuestión. El peronista consultado reveló a Página Judicial que no hubo forma de llegar al magistrado y saber cuál era su voto. Esa paridad y el desconocimiento del noveno voto adelantaron el desenlace.

Estrategia

Hace dos semanas llegó a algunas redacciones de medios entrerrianos un proyecto de declaración de un diputado nacional por la provincia de Buenos Aires enrolado en el Frente Renovador. Horacio Alonso, cuestionaba a la Justicia de esta provincia en varios aspectos. Insólita preocupación del legislador bonaerense.

La noticia alcanzó a difundirse en varios medios, hasta que la diputada nacional Cristina Cremer de Busti salió a aclarar que acababa de ponerse en contacto con su par y que éste le había dicho que no presentó ningún proyecto. Pese a que el texto se distribuyó membretado. Detrás de esa embestida contra el Poder Judicial estaba Héctor Maya. En el mismo momento que Cremer ponía paños fríos a la situación, Jorge Busti llamaba a Maya para explicarle que no era al STJ al que había que cuestionar. Es que Busti había designado a la mitad de sus integrantes.

La “estrategia” de Busti es golpear la puerta de la Procuración, donde se está investigando a su sucesor. Pero él no lo hace porque también fue quien impulsó a Jorge García como jefe de los fiscales de la provincia. Para esa tarea se escondió detrás del periodismo independiente y de abogados independientes que cuestionaron, en todos estos años, a él, a Urribarri y a la Justicia.