No hubo acusación y absolvieron a los asambleístas de Gualeguaychú

22/05/2015

Juan Cruz Varela “No hay prueba suficiente para sostener una acusación y pedir una condena”. Los asambleístas estallaron en un llanto al escuchar que el fiscal José Ignacio Candioti no sostendría la imputación, que no eran responsables de la muerte de un motociclista. Entonces, ya sin la mochila que los agobiaba, los asambleístas de Fuente

No hubo acusación y absolvieron a los asambleístas de Gualeguaychú


Juan Cruz Varela

“No hay prueba suficiente para sostener una acusación y pedir una condena”. Los asambleístas estallaron en un llanto al escuchar que el fiscal José Ignacio Candioti no sostendría la imputación, que no eran responsables de la muerte de un motociclista. Entonces, ya sin la mochila que los agobiaba, los asambleístas de Fuente Ovejuna liberaron toda la tensión contenida durante seis años. Miguel Ángel González no paraba de llorar y Miguel Pérez, a su lado, lo palmeaba, apenas conteniendo él mismo las lágrimas, lágrimas que enseguida ganaron toda la sala.

El fiscal Candioti decidió no acusarlos y como sin acusación no hay condena, el Tribunal Oral Federal de Paraná absolvió a González y Pérez de la imputación por haber provocado la muerte del motociclista Walter Alejandro Maulucci por haber colocado y/o no retirado de la ruta un semirremolque de dos ejes, y por no haber realizado una correcta señalización de su presencia sobre la cinta asfáltica.

Los jueces Lilia Carnero, Noemí Berros y David Chaulet utilizaron un criterio fijado por la Corte Suprema de Justicia de la Nación según el cual no se puede condenar a un imputado en caso de que el representante del Ministerio Público Fiscal no realice la acusación al momento de finalizar el debate.

Carnero adelantó que “ante la fundamentación que dio el fiscal, corresponde decretar la inmediata absolución de los imputados”. No obstante, el tribunal tiene cinco días para dar a conocer el fallo completo.

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“Siempre me considere inocente y siempre soñé que la justicia sea justicia y no injusticia”, exclamó Pérez luego de haber sido exculpado. “Nunca quisimos que sucediera lo que sucedió, fue un hecho desgraciado y lamentable, pero nosotros no lastimamos a nadie ni queríamos que nadie se lastimara, tampoco. Estábamos en ese lugar con el puño crispado porque era el derecho que teníamos los ciudadanos comunes para defendernos de lo que se venía, y lo hicimos con las manos limpias, el pecho henchido, la conciencia tranquila y felices por haber vivido todo lo que nos tocó vivir”, dijo el asambleísta de 71 años. A su lado estaba González, todavía conmovido y agradecido “al tribunal, al fiscal y a los compañeros de la Asamblea”.

Un acoplado en la ruta

El accidente ocurrió alrededor de la 1.45 del 26 de abril de 2009, previo a una marcha que concentraría a 100.000 personas protestando contra la instalación de la planta de pasta de celulosa de Botnia. Volviendo de la República Oriental del Uruguay, Maulucci, de 33 años, estrelló su motocicleta marca Motomel Custom de 150 centímetros cúbicos contra la parte trasera de un semirremolque que se encontraba en el paraje Arroyo Verde.

González y Pérez fueron acusados de colocar el acoplado, no retirarlo de la ruta o no señalizar su presencia mediante la colocación de balizas, carteles, conos o triángulos refractarios.

En la construcción de su alegato, el fiscal Candioti fue destruyendo cada uno de los puntos que llevaron a estos dos jubilados a estar sentados en el banquillo de los acusados. Para ello se valió de las pruebas documentales, hizo un pormenorizado análisis de los testimonios vertidos durante el juicio y citó artículos académicos para graficar cómo era la dinámica de funcionamiento de la Asamblea Ciudadana Ambiental.

En su análisis, Candioti aseguró que “no hay ninguna prueba” de que González y Pérez hayan sido quienes colocaron el acoplado sobre la ruta; dijo también que “no podían haberlo sacado” (“moviéndolo era imposible”, reconoció) y tampoco estaban en posición de hacer que otra persona lo retirara, primero porque no eran precisamente “dirigentes ni organizadores” de la Asamblea, y segundo porque “las decisiones eran horizontales”, de manera que ellos “no tenían poder de decisión” sobre el resto de los asambleístas. Tampoco les correspondía a los imputados, según el fiscal, el deber de señalización, aunque aclaró que “no se encuentra acreditado que el accidente se produjera por la falta de iluminación o la falta de señalización”, sino que por el contrario “son muchos más los testimonios que señalan que el lugar sí estaba señalizado y solo dos gendarmes dijeron que había poca iluminación”.

Casi tres años llevaba el acoplado en la ruta cuando Maulucci se estrelló con su moto. “Yo me pregunto cómo no pasaron otras cosas en esas mil noches que llevaba el corte”, enfatizó Candioti para reforzar sus argumentos. “No parece razonable que los dirigentes políticos y sociales que pasaron por ese lugar no advirtieran del riesgo a los asambleístas”, insistió el fiscal. Unas horas después, sin ir más lejos, hubo varias figuras públicas en la manifestación: el dirigente rural Alfredo De Angeli, el ex gobernador Jorge Busti, el entonces vicegobernador Eduardo Lauritto, el intendente Juan José Bahillo, diputados nacionales, los dirigentes porteños Vilma Ripoll y Luis Zamora, y hasta la vedette Evangelina Carrozzo; Adolfo Pérez Esquivel envió una adhesión a la marcha; y, paralelamente, a dos kilómetros del puente internacional, se realizó un acto ecuménico “por la vida y por el diálogo” del que participaron obispo local Jorge Lozano, el rabino Sergio Bergman, el sheik Ibrahim Gabrl y los pastores Luis Páez, Delcio Kalstein y Antonio Schar. “Ninguno de ellos recomendó a los asambleístas que señalicen el acoplado porque había riesgo de accidente”, reiteró el fiscal.

No cayó, sin embargo, en plantear que el motociclista fuera culpable de su propia muerte. Si bien “quedó acreditado que Maulucci fue avisado del corte” (dijo que “hubo una doble advertencia, de Aduana y de Gendarmería”), consideró que “había condiciones climáticas absolutamente adversas”, dado que la ruta estaba cubierta por una espesa neblina, lo que “obligaba a conducir con mucho cuidado”, sentenció.

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Democracia asambleísta

Gonzalo Sozzo es abogado, docente e investigador de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) y en el año 2007 publicó un artículo sobre la lucha de la Asamblea Ciudadana Ambiental de Gualeguaychú contra la instalación de las plantas de pasta de celulosa sobre el río Uruguay.

“La Asamblea es absolutamente horizontal y la integran personas de las más variadas extracciones sociales (…) Sus miembros no son ecologistas, ni tenían referencias ni conocimientos acerca de la problemática ambiental hasta que irrumpió el conflicto. El tiempo que deben dedicar a la protesta contra la instalación de las pasteras se lo restan a sus trabajos y quehaceres cotidianos. No hay otro financiamiento que el sacrificio y los propios asambleístas”, señaló Sozzo en su artículo Lecciones de Gualeguaychú. De la resistencia al riesgo hacia la construcción de una dimensión global del gobierno alternativo de los riesgos ambientales, que fue citado por el fiscal Candioti en su alegato y luego destacado también por la presidenta del tribunal, Lilia Carnero.

Lo que muestra el texto, según lo expresa el propio Sozzo, es que la experiencia del colectivo ambiental entrerriano encierra un enorme valor como experimento social de democracia participativa, en defensa de “condiciones de vida básicas, como son las ambientales y de la salud humana, que se ven amenazadas por ciertos riesgos”.

Fuente: El Diario.