Liliana Rivas espera por el STJ y denuncia irregularidades en la causa

18/02/2015

Juan Cruz Varela De la Redacción de Página Judicial Liliana Rivas vive horas cruciales. De un momento a otro se conocerá una decisión judicial que puede cambiar el resto de su vida. Depende de que el Superior Tribunal de Justicia (STJ) le conceda o no un recurso extraordinario para llevar su caso ante la Corte


Juan Cruz Varela
De la Redacción de Página Judicial


Liliana Rivas vive horas cruciales. De un momento a otro se conocerá una decisión judicial que puede cambiar el resto de su vida. Depende de que el Superior Tribunal de Justicia (STJ) le conceda o no un recurso extraordinario para llevar su caso ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Si la respuesta es negativa, su destino será la cárcel.

Rivas fue dos veces condenada a prisión perpetua por el homicidio doblemente calificado, por alevosía y por el vínculo, de su marido, Enzo Benedetich. El ex basquetbolista paranaense de 44 años fue asesinado de cuatro balazos por la espalda el 26 de septiembre de 2009, mientras se encontraba con su esposa, en el automóvil Honda Fit de ambos. Para la justicia, el autor material del crimen fue el policía y albañil Rubén Armando Flores, quien fue hallado muerto un mes después del hecho. Los jueces consideraron que Flores actuó en connivencia con la mujer. Así lo entendieron dos tribunales, seis jueces, en forma unánime, primero en 2012, en un juicio que luego fue anulado, y nuevamente en 2014.

El fallo del segundo juicio fue confirmado en septiembre del año pasado por la Sala Penal del STJ, con el voto mayoritario de los vocales Carlos Chiara Díaz y Claudia Mizawak.

Pero las dudas persisten. Al menos para Daniel Carubia, el tercer integrante de la Sala Penal, quien objetó las pruebas para condenar a Rivas y, sobre todo, cuestionó “la irregular obtención de nuevos elementos de prueba” para sostener esa condena. Esos fundamentos, desarrollados en minoría, constituyen la base del recurso extraordinario presentado por los abogados defensores, Miguel Cullen y Guillermo Vartorelli.

Dice Carubia que el fallo de los jueces Hugo Perotti, José María Chemez y Miguel Ángel Giorgio contiene “vicios esenciales”, pero también cuestionó en duros términos al procurador general de la provincia, Jorge García, porque “generó una irregular obtención de nuevos elementos de prueba, a través de una investigación posterior al oportuno cierre de la etapa de instrucción y de la citación a juicio, ofrecimiento y admisión de pruebas”.

Según el vocal del STJ, esa “investigación paralela” fue “ordenada directamente por el Ministerio Público Fiscal a la Policía por su propia cuenta y sin intervención del órgano judicial ni conocimiento de la imputada y su defensa técnica” y de allí surge lo que luego resultaría la principal prueba de cargo contra Rivas, “una versión de hechos no relatada anteriormente por la testigo Ivana Toso quien, de no aportar ningún dato relevante en sus declaraciones anteriores, más allá de su simple conocimiento de la imputada pero sin ser confidentes, aparece ahora como portadora de una minuciosamente detallada confesión de la imputada”, consignó Carubia en su voto en la instancia de casación.

La defensa de Rivas se aferra a las aseveraciones de Carubia. “No hay pruebas, por eso hicieron todo esto”, asegura la mujer.

Testigo clave

A Rivas se la nota tensa, habla rápido e intenta dar muchos datos, atolondrados, uno tras otro. Así se dio la entrevista con Página Judicial. “Mi esperanza es que los jueces del Superior Tribunal de Justicia revean su decisión y concedan el recurso extraordinario para que la Corte Suprema pueda revisar el expediente”, confió. Si eso no sucede, su defensa puede acudir en queja ante el máximo tribunal, pero Rivas sería detenida.

–¿Cuáles son las irregularidades que ustedes plantean?
–Los fundamentos son los que contiene el voto de Carubia. Hay una persona que durante cuatro años dice blanco y después dice negro. O miente antes, o miente ahora. Como mínimo eso debería ser tenido en cuenta, más allá de que tendría que ser imputada por falso testimonio.

Esa persona es Ivana Marianela Toso. A lo largo de la charla, Rivas nunca se refiere a Toso por su nombre, sino que habla de “ella” o “la chica”.

Toso tuvo un rol central en el segundo juicio por el homicidio de Enzo Benedetich. En ese momento, la joven trabajaba en Enersa, en una oficina contigua a la de Rivas, y pateó el tablero contando algo que no había dicho en ninguna de sus declaraciones anteriores: dijo que la propia Rivas le confió en una oportunidad que planeaba matar a su esposo porque estaba cansada de las infidelidades, peleas y problemas de pareja, le confesó que “lo tenía todo planeado desde hacía tiempo” y hasta le mencionó al policía Flores.

Su testimonio resultó fundamental para sostener la condena, tanto para el tribunal de juicio como para el STJ. “Surge evidente que la decisión condenatoria se estructuró sobre la base del nuevo testimonio de Toso y del resto de los testigos que lo ratificaron, conformando una urdimbre de índole cargosa a través de la cual puede sostenerse recién ahora la participación principal de Rivas en el hecho”, escribió Chiara Díaz en su fallo.

–¿Cómo se produce el cambio en su testimonio?
–Ella dijo que fue citada mediante un llamado telefónico de Sergio Menéndez, que era director de Enersa y secretario general del Sindicato (de Luz y Fuerza), no es que le mandaron una cédula judicial para que ella vaya. En el juicio contó que la llamaron para que vaya a hablar con el procurador (García). Y da la casualidad de que después de cada una de esas charlas la chica sale ascendida. Nosotros desconocíamos durante el juicio que después de cada visita al procurador le tocaba la varita mágica. Los ascensos en Enersa son muy esporádicos, no es que cada año se recategoriza a todo el personal, sino que eso ocurre solo si hay cambios de funciones o se reestructura algún área, y ella recibió dos ascensos en seis meses.

El dato lo aportó la propia Toso durante el juicio. En su declaración ante el tribunal, el 13 de febrero de 2014, reconoció haberse reunido en dos ocasiones con el procurador García: “A mi papá lo llama Menéndez, del sindicato, y le dice que por favor yo vaya a hablar con el procurador por el tema de Liliana Rivas. Al principio me acompañó, pero no hablé mucho con el fiscal porque estaba mi papá. Pero cuando vine sola, hace un tiempito, y hablé con el procurador. No quería hablar delante de mi papá, lo hablé sola con él”, admitió.

–Cuando usted dice que a Toso “después de cada visita al procurador le tocaba la varita mágica”, ¿a qué se refiere concretamente?
–La primera visita clandestina a Fiscalía fue en abril o mayo de 2013 y dos meses después fue nombrada “Asistente de Ingeniería y Planificación”, pasando de la categoría 2 a la 4. Ese es el puesto que ocupaba nada menos que Liliana Rivas en Enersa al momento del hecho, y que estaba vacante. Para cubrir las vacantes laborales internas dentro de la empresa existe un procedimiento formal llamado de búsqueda interna, dichos concursos se hacen extensivos a todo el personal, ya sea que pertenezca a Enersa o a Site, una empresa que terceriza personal administrativo. En este caso no se efectuó ese concurso de antecedentes. Ella dijo haber vuelto a visitar al procurador muy poco tiempo antes del debate, que se efectuó en febrero 2014, y el 2 de enero de 2014, un mes antes del juicio, fue nuevamente ascendida de categoría, pasando en esa oportunidad, de la categoría 4 a la 5, sin cambio alguno de cargo o de funciones que lo amerite.