Ordenan volver a juzgar a la madre del narcotraficante Gonzalo Caudana
11/10/2014
Juan Cruz Varela De la Redacción de Página Judicial La madre del narcotraficante paranaense Gonzalo Caudana volverá a ser juzgada. Se la acusa de haber montado, junto a otro de sus hijos, un kiosco de venta de drogas en su domicilio. En septiembre del año pasado, el Tribunal Oral Federal de Paraná la había declarado
Juan Cruz Varela
De la Redacción de Página Judicial
La madre del narcotraficante paranaense Gonzalo Caudana volverá a ser juzgada. Se la acusa de haber montado, junto a otro de sus hijos, un kiosco de venta de drogas en su domicilio. En septiembre del año pasado, el Tribunal Oral Federal de Paraná la había declarado no culpable, pero ahora la Cámara Federal de Casación Penal consideró que aquella sentencia carecía de “fundamentos razonables” y, por lo tanto, decidió anularla y ordenó que se realice un nuevo juicio contra la mujer.
Los jueces Liliana Catucci, Eduardo Riggi y Ana María Figueroa decidieron anular la sentencia que había absuelto a Elda Liliana Balla, apartar al Tribunal Oral Federal de Paraná y conformar otro tribunal para que lleve adelante un nuevo juicio, donde la mujer enfrentará una acusación por el delito de tenencia de estupefacientes con fines de comercialización, que prevé una pena de entre 4 y 15 años de prisión.
Elda Liliana Balla tiene 51 años. Además de Kevin Gómez, es la madre de Gonzalo y José Oscar Caudana, ambos cumpliendo penas por tráfico de estupefacientes. La mujer es también hermana de Carlos y Oscar Balla, el primero, ex integrante del grupo parapolicial Comando Paraná, que era el brazo entrerriano de la Triple A, y condenado a reclusión perpetua por el crimen del escribano Rubén Calero, perpetrado en 1991; el segundo, ex titular de la Dirección Provincial del Trabajo en los últimos gobiernos peronistas.
La mujer había sido absuelta en septiembre del año pasado, en un juicio en el que resultó condenado otro de sus hijos, Kevin Andrés Gómez, medio-hermano de Caudana, a cuatro años y seis meses de prisión, por tener un kiosco de drogas en su casa de calle Gobernador Febre, entre Avenida Almafuerte y Lucio Mansilla, de la capital entrerriana.
Con duros cuestionamientos al tribunal de juicio, los jueces de casación hicieron lugar al recurso presentado por el fiscal José Ignacio Candioti contra la absolución de Elda Balla. La jueza Catucci coincidió en que el tribunal “parcializó las pruebas recopiladas (…) e incurrió en una evidente contradicción pues determinó la responsabilidad penal por los mismos hechos del hijo de la encartada, Kevin Gómez, sobre una base cargosa común”. Del mismo modo, Riggi agregó que “la decisión del tribunal (…) resulta arbitraria, pues ha valorado la prueba de manera fragmentaria”, a lo que adhirió también la jueza Figueroa. Así lo hicieron constar en el fallo al que accedió Página Judicial (ver adjunto).
Drogas y armas
Elda Balla y Kevin Gómez fueron detenidos el 7 de julio de 2012, tras un procedimiento de más de diez horas en la casa de calle Gobernador Febre 945 donde ambos vivían. Efectivos de la Dirección de Toxicología de la Policía de Entre Ríos secuestraron 26 bochas de cocaína en distintas partes de la casa –la cocina-comedor y el dormitorio del joven–. La droga incautada dio un peso total de 55 gramos.
La Policía aportó además videos de vigilancia realizada durante tres meses por la Policía en los que se podía ver a personas que llegaban caminando, en moto o en auto, se aproximaban a la reja que antecede el ingreso a la vivienda de calle Febre 945 y realizaban operaciones tipo pasamanos. Algunos, inclusive, ingresaban a la casa y permanecían no más de dos minutos. En una de las filmaciones se observaba a una persona que se acerca a la reja y, en una rápida maniobra, recibe un envoltorio y entrega algo que se presume es dinero.
En la casa también se secuestró de un cuchillo con restos de estupefacientes, bolsitas de nylon vacías similares a las que contenían el estupefaciente, una balanza de precisión, cinco teléfonos celulares, chips para aparatos, un handy y dinero en efectivo. Además, se secuestraron nueve armas de fuego y una cantidad impresionante de proyectiles, lo que también motivó otra causa penal que está en trámite en la justicia provincial.
Según consta en el expediente, y lo ratificaron los policías que declararon como testigos en el juicio celebrado el año pasado, el desfile de personas por la casa de calle Gobernador Febre fue incesante en los meses de mayo y junio, previo al allanamiento en el que madre e hijo fueron detenidos.
Incongruencias
El tribunal integrado por Lilia Carnero, Roberto López Arango y Noemí Berros condenó a Gómez, pero descartó la culpabilidad de Balla basado en que la mujer estaba enferma al momento del procedimiento y utilizando la figura de la “excusa absolutoria”, en orden de privilegiar los vínculos familiares en este caso entre madre e hijo.
Ello a pesar de que los informes de inteligencia constataron que la mujer también participaba de la comercialización de los estupefacientes que se encontraron en su domicilio y que en las filmaciones se advierten hechos concretos en los que es la propia Balla quien entregaba la droga a las personas que llegaban hasta su casa cuando su hijo no estaba presente.
De hecho, así se pudo comprobar el mismo día del procedimiento, cuando la Policía interceptó a dos personas que salían de la casa y tenían entre sus ropas cocaína de la misma calidad y acondicionamiento que la hallada luego en el interior de la vivienda.
De allí que la jueza Catucci señalara en su voto que “frente a un cuadro cargoso común para ambos enjuiciados, el sentenciante bifurcó su decisión y sin fundamentos razonables desvinculó a Elda Liliana Balla”, haciendo suyos los fundamentos vertidos por el fiscal Candioti en su escrito casatorio.
“En ese contexto de examen, prevalecen en el texto del fallo juicios notablemente contrapuestos, pues el tribunal (de juicio) califica las afirmaciones de los imputados como inverosímiles y portadoras de indicios de mala justificación, y luego concluye en que se ha confirmado la hipótesis fiscal en relación a Kevin Gómez, pero que no es posible acreditar la coautoría de Balla porque las referencias son anfibológicas. Para peor, completa ese juicio de valor en una excusa absolutoria inexistente en la especie y en una afectación de la salud de la imputada”, señala Catucci en su voto, para concluir que “el tribunal ha efectuado una precaria y aislada evaluación de los elementos de juicio, con clara violación a las reglas de la sana crítica”, concluyó.