Yankelevich garantiza impunidad: “Hay más, pero esto muere en mí”

04/08/2014

Federico Malvasio De la Redacción de Página Judicial La causa por la estafa en la Administradora Tributaria de Entre Ríos (ATER) avanza. La última semana tuvo dos hechos sustanciales: el allanamiento del domicilio de Darío Barreto; y las testimoniales del titular del organismo recaudador, Marcelo Casaretto. Federico Malvasio De la Redacción de Página Judicial La


Federico Malvasio
De la Redacción de Página Judicial


La causa por la estafa en la Administradora Tributaria de Entre Ríos (ATER) avanza. La última semana tuvo dos hechos sustanciales: el allanamiento del domicilio de Darío Barreto; y las testimoniales del titular del organismo recaudador, Marcelo Casaretto.

El viernes, con una hora de anticipación, el máximo responsable de la ATER fue llamado a indagatoria en sede judicial. La convocatoria fue en una semana en que un testimonio dio un impulso inesperado a la causa: el productor agropecuario de San Salvador, Aníbal Darío Aisichovich, reveló que hizo operaciones para compensar deudas tributarias con el Estado en la casa del propio Barreto, lo que conllevó a que se allanara el domicilio del ex secretario de Gobierno de la Municipalidad y empleado de carrera del organismo recaudador.

Casaretto estuvo ante la jueza Marina Barbagelata y el fiscal Gervasio Labriola un poco más de cuatro horas. El funcionario – quien hizo la denuncia –dio una larga explicación de cómo se llevan adelante las operaciones de compensaciones, procedimiento que se estipula en el artículo 75 del Código Fiscal.

En su relato y ante la consulta de una de las partes –según reconstruyó Página Judicial – Casaretto reforzó la idea de que las compensaciones truchas no salieron de la ATER. Esto despeja el manto de sospecha que se había tendido ante la posibilidad de que la operatoria fraudulenta haya contado con la anuencia de funcionarios de la Contaduría, Tesorería y el Ministerio de Economía.

Impunidad

El pasaje más jugoso de la testimonial del titular de la ATER fue cuando se le preguntó por la reacción que tuvo ante el conocimiento del delito que se había perpetrado en el seno del organismo que conduce.

Casaretto contó que encaró a los dos empleados hoy imputados, la jefa de Despacho, Estrella Martínez de Yankelevich; y el de Mesa de Entradas, Daniel Gaggión. Los puso en conocimiento que sabía lo ocurrido y de lo que eso implicaba. Ambos se hicieron cargo del hecho, pero el diálogo no quedó ahí. Casaretto los instó a que digan quien más estaba en el fraude. La respuesta de Martínez de Yankelevich fue la siguiente: “Hay más, pero esto muere en mí”. La empleada de carrera, con más de 30 años, se abstuvo de declarar cuando se la convocó. La mujer explicitó así que está dispuesta a garantizar impunidad.

La firma de Yankelevich es la que aparece en las planillas apócrifas con las que Barreto iniciaba el supuesto procedimiento de compensaciones. Yankelevich es también quien tenía acceso al listado de deudas que estaban cargadas en un sistema, por lo que está acusada de ser una de las personas que las borraba.

El titular de la ATER reconoció que en el organismo no había sistemas de control como los que se están aportando en la actualidad y aprovechó la ocasión para presentar la tercera denuncia con documentación por el período 2003 – 2007. En la misma están implicadas 138 empresas, con un fraude de $ 8 millones adicionales. La estafa llegaría así a los cerca de 50 millones.

Horas antes de acudir a la sede judicial, Casaretto, en declaraciones radiales, reveló que en el organismo se encontró documentación que se fraguó para cometer el desfalco con empresas denunciadas. Según detalló en declaraciones al programa A quien Corresponda que se emite por FM De la Plaza, sostuvo que “había documentos que estaban recortados en la parte del número de resolución y la firma del ministro de Economía, Diego Valiero, con lo que se armaba una especie de collage, que luego era fotocopiado y entregado a las empresas a las que se le realizaban las compensaciones”.

Los papeles que se encontraron serían similares a los que presentó Aisichovich, quien contó que hacía las compensaciones en el domicilio de Barreto.

La semana pasada dejó esos dos datos: el primero que ha documentación para constatar, lo que implica que no se trató sólo de un fraude informático; el segundo, que hay gente dispuesta a callar.