Los Smaldone pisaron fuerte en la Justicia

25/04/2014

Federico Malvasio De la Redacción de Página Judicial Siempre se dijo que la Justicia era una gran familia. Y la política también. Lo que no se suele decir, pero se sospecha y es una realidad, es que esas dos familias se entrecruzan. El último integrante en ingresar al Superior Tribunal de Justicia (STJ) fue Juan


Federico Malvasio
De la Redacción de Página Judicial


Siempre se dijo que la Justicia era una gran familia. Y la política también. Lo que no se suele decir, pero se sospecha y es una realidad, es que esas dos familias se entrecruzan.

El último integrante en ingresar al Superior Tribunal de Justicia (STJ) fue Juan Ramón Smaldone a propuesta de Sergio Urribarri. Ambos cultivan una fina relación.

El vocal pudo incorporar a familiares cercanos a Tribunales. Su asistente en la Sala Nº2 en lo Civil y Comercial es Mercedes Iturburu, la pareja de Tomás Smaldone, su hijo, que se desempeña en el Ministerio de Trabajo de la provincia. Pero el Smaldone que está en la acotada agenda periodística es Guillermo, el titular de la cartera laboral que tiene, valga la redundancia, a su hermano como subordinado.

Otra integrante que se sumó para cumplir funciones en el STJ es María Josefina Pace. La doctora es la pareja del mismísimo ministro, impulsado ahora por el Poder Ejecutivo para presidir el Tribunal de Cuentas.

La doctora Pace es relatora de la Sala Nº3 del Trabajo. Pero tiene otro destino en los estrados judiciales: el 7 de mayo su pliego será aprobado en el Senado de la Nación. Integra la lista de once candidatos de conjueces propuestos por la presidenta Cristina Fernández para los juzgados federales entrerrianos, confirmaron a Página Judicial.

La amistad de los Smaldone con los Urribarri está graficada en innumerables fotos de una y otra familia, incluso divulgadas por ellos mismos en las redes sociales. En una de ellas está Tomás y Guillermo Smaldone con sus parejas, junto a Mauro y Bruno Urribarri (ver galería de fotos). Ambos tienen sus vidas privadas, pero no se está hablando de ciudadanos comunes, sino de personas que ocupan espacios relevantes en la vida pública.

El dato no es menor, porque una de las cosas que se cuestionan en la designación de Guillermo Smaldone para presidir el órgano de control es la cercanía del ministro con el gobernador. En resumen: la lupa de los detractores de la propuesta es justamente la incompatibilidad que se generaría en el caso de que un funcionario de primera línea pase a controlar las cuentas públicas de una administración de la que forma parte y que conduce su amigo.

Smaldone se ha mostrado como un ferviente militante de la reforma judicial que impulsó el gobierno nacional y se enroló en el colectivo Justicia Legítima, brazo judicial del kirchnerismo.

Juan Carlos Arralde, en su acción de inconstitucionalidad ante el STJ, sostiene que “su designación mediante un salto cualitativo desde su función de administrador auxiliar de una rama de la administración pública a un organismo de control externo de todas las cuentas estatales, la inversión de los caudales públicos, el ejercicio de la auditoría de toda la administración provincial y la fiscalización general de la gestión de los recursos fiscales, tiene una connotación de indudable conflicto de intereses entre su gestión como ministro y el contralor de la misma”.

La designación de Smaldone sin concurso público, como lo establece la Constitución, y su cercanía con el poder generó impugnaciones en el Senado por parte de la UCR, el Partido Socialista y el Frente Renovador.