Vendían películas truchas en un videoclub y recibieron probation

11/07/2014

Juan Cruz Varela De la Redacción de Página Judicial Siete de cada diez películas que se ven en Argentina son ilegales. Truchas. Y la tendencia va en aumento, es decir, cada vez más gente prefiere comprar las copias piratas que ofrecen manteros en la calle o bajarlas de internet, en lugar de ir al cine


Juan Cruz Varela
De la Redacción de Página Judicial


Siete de cada diez películas que se ven en Argentina son ilegales. Truchas. Y la tendencia va en aumento, es decir, cada vez más gente prefiere comprar las copias piratas que ofrecen manteros en la calle o bajarlas de internet, en lugar de ir al cine o alquilarlas en un videoclub. Todos saben que es un negocio ilegal. Comerciantes y consumidores. Pero parece no importarles.

Lo paradójico es cuando son los propios videoclubes los que ofrecen ese amplio catálogo de películas truchas a sus clientes. Eso se descubrió en tres comercios de Victoria, donde la Policía incautaron 2.252 copias apócrifas de películas, música y juegos de play station y por eso los dueños de esos negocios ahora se acogieron al beneficio de la suspensión del juicio a prueba.

La investigación se inició en marzo del año 2009, a partir de una denuncia realizada por la Cámara Argentina de Videoclubes, dando cuenta de que en varios negocios de la ciudad se alquilaban y vendían copias truchas de películas, música y juegos simulando ser originales, ocasionando un grave perjuicio a aquellos comerciantes que operan en el circuito legal de exhibición, distribución y venta de DVD y CD.

La denuncia terminó con procedimientos en seis comercios de Victoria, donde se secuestraron películas apócrifas y hasta las computadoras y equipamiento que eran utilizadas para realizar las copias truchas, algo que fue certificado luego por las pericias realizadas por técnicos de Gendarmería Nacional.

A lo largo de la investigación se pudo determinar que Raúl Leonel García, titular del Video Club Five, era quien realizaba las copias para luego venderlas, y por eso fue acusado por los delitos de falsificación o imitación fraudulenta de discos compactos de distintas marcas y por la reproducción de un fonograma sin autorización. En el Video Club Five que administraba se encontró una computadora que tenía varios programas de grabación y archivos de audio que se corresponden con los CD secuestrados.

Los beneficiarios de ese negocio ilegal eran Rosana Herrera, propietaria del negocio Winners, y Ernesto José Daydé, dueño del Multirrubros Boom, que fueron acusados por poner a la venta productos con marca registrada falsificada o fraudulentamente imitada y exhibir en sus comercios copias ilícitas sin poder acreditar el origen.

Hace unos días, el 7 de julio pasado, el Tribunal Oral Federal de Paraná les concedió la probation a los propietarios de tres comercios en los cuales se habían detectado películas apócrifas, según consta en un fallo al que accedió Página Judicial.

A partir de esta decisión, los imputados a quienes se les concedió la probation deberán cumplir tareas comunitarias en entidades públicas de la ciudad. García, de 35 años, hoy es empleado público y ofreció prestar colaboración en la cocina de un comedor comunitario para chicos de la ciudad, algo que deberá cumplir una vez por semana, dos horas, durante un año.

En el caso de Herrera, de 46 años, ya no vive en Victoria, sino que se mudó a Las Toninas, en la provincia de Buenos Aires, donde trabaja como niñera. Allí realizará tareas comunitarias durante un año en una escuela, si es que la institución acepta su pedido, algo que deberá resolver en los próximos días.

En tanto, Daydé, de 49 años, dijo no estar en condiciones de cumplir tareas comunitarias por el tiempo que le insume su trabajo –se dedica a la compra y venta de ganado– y la atención de sus hijas menores, pero en cambio ofreció realizar una donación de 300 pesos mensuales o su equivalente en mercadería para un hogar del Consejo Provincial del Niño, el Adolescente y la Familia (Copnaf) durante un año.

Pero la causa no terminó ahí, sino que continúa para otros dos imputados, Mario Rubén Félix Basualdo, administrador de Bazar Vemar, y Carlos María Torregiani, responsable del negocio Librería Disquería Plural, que también se habrían beneficiado en el negocio de la piratería de música, películas y juegos de play station. Ambos están acusados por poner a la venta productos con marca registrada falsificada o fraudulentamente imitada y exhibir en sus comercios copias ilícitas sin poder acreditar el origen y la causa en su contra continúa su trámite hacia el juicio oral.

Un gran negocio

La Cámara Argentina de Videoclubes, que en su momento realizó la denuncia por este caso, estimó que la piratería es un negocio que mueve alrededor de 775 millones de pesos en el país. Desde la entidad vienen alertando sobre el avance de este tipo de negocio, especialmente en la última década, lo que ha generado importantes perjuicios al circuito legal de exhibición, distribución y venta de películas en todo el país.

En Paraná es común ver en la Peatonal, en ferias y hasta en kioscos de revistas a puesteros que comercializan copias de películas truchas. El impacto sobre el negocio legal es tal que la cantidad de negocios se ha reducido a la mitad en los últimos cinco años en todo el país, según los datos que maneja la entidad que los agrupa.

Los empresarios explican que el circuito tradicional comienza con la producción de una película, su exhibición en cines, la comercialización y finalmente su proyección en televisión. Pero la piratería rompe con esta cadena y pone el DVD en manos del consumidor a través de un mercado ilegal.

El caso detectado en Victoria es particularmente novedoso, si se tiene en cuenta que no se trata de venta callejera y/o ambulante, sin resguardos de seguridad, a bajo costo y donde los ejemplares son a simple vista de mala calidad, sino de negocios legalmente establecidos –uno de ellos era un videoclub– y, de acuerdo a lo que se constató durante la investigación, esta organización realizaba todo el proceso de falsificación de las películas: en el mismo lugar se hacían las copias en DVD y se plagiaban las carátulas y el envoltorio para dar a las películas una apariencia de verdaderas.

Una estimación no oficial es que alrededor del 80% de las copias de DVD que circulan en el país son apócrifas.