El Diario va a concurso y reconoce deudas por 178 millones de pesos
26/09/2018
Juan Cruz Varela De la Redacción de Página Judicial El Diario, centenario matutino paranaense, transita tal vez los días de un ocaso tan anunciado como definitivo. Juan Cruz Varela De la Redacción de Página Judicial El Diario, centenario matutino paranaense, transita tal vez los días de un ocaso tan anunciado como definitivo. El titular del
Juan Cruz Varela
De la Redacción de Página Judicial
El Diario, centenario matutino paranaense, transita tal vez los días de un ocaso tan anunciado como definitivo.
El titular del Juzgado Civil y Comercial Número 9, Ángel Moia, abrió el concurso preventivo de acreedores de Sociedad Anónima Entre Ríos (SAER) –editora de El Diario–, decretó la inhibición general de bienes de la empresa y designó a los contadores José María Caviglia, Mariana Elena Cerini y Pablo Andrés Grippaldi como síndicos en un proceso que se extenderá hasta más allá de 2020, en virtud de su “complejidad y magnitud”.
El magistrado también prohibió la salida del país de los directivos de la empresa: Andrés Arias y Germán Buffa, presidente y vicepresidente del directorio de SAER, respectivamente, y éste último sospechado de ser testaferro del ex ministro Pedro Báez; y Felipe González, representante de la minoría accionaria.
Se constituyó además un “comité de control” integrado por Magnus SA (dedicada a la venta de instrumental médico y odontológico y artículos ortopédicos, con sede en Salta), Mutual América (José Luis Manzano) y Mutual 10 de Abril (Guillermo Caino), por ser los acreedores quirografarios de mayor monto, es decir, aquellos cuyos créditos no gozan de ninguna garantía particular para la recuperación; y un trabajador en actividad que deberá ser elegido por sus pares. Como suplentes fueron designados Castromil SRL (Luciano Jorge Uarde y Juan Carlos González, vinculados al ex gobernador Sergio Urribarri), Artes Gráficas del Litoral SA (El Litoral) y Eduardo Héctor Cancio (Phoenix Seguridad Privada).
En el escrito donde solicita la apertura del concurso, firmado por el abogado Mariano Ricardo Prono, la empresa reconoce deudas por 178,9 millones de pesos y presentó una nómina de 307 acreedores, entre ellos, el fisco nacional, provincial y municipal, con deudas superiores a los cien millones de pesos; mutuales, financieras, proveedores varios y los 79 trabajadores despedidos entre mayo y junio, entre otros. En el detalle constan los montos, causas de los créditos, el carácter de cada uno y las deudas vencidas.
Como se dijo, el proceso duraría un año y medio, aproximadamente. Los acreedores tienen tiempo hasta el 19 de diciembre para presentar sus pedidos de verificación de créditos ante la sindicatura. Luego será el tiempo de las revisiones.
La sindicatura deberá presentar el informe individual de los créditos antes del 19 de abril de 2019 y el informe general antes del 2 de agosto de 2019; y el 5 de febrero de 2020 se realizará una audiencia informativa a los trabajadores de El Diario.
Mentira de patas cortas
Sociedad Anónima Entre Ríos, la editora de El Diario, es controlada a su vez por otra empresa, Nea Capital Creativo SA, que tiene como cabeza visible a Ramiro Héctor Nieto. Se desconoce quiénes integran realmente esa sociedad, aunque las sospechas apuntan hacia la Cámara de Diputados de la provincia.
A su vez, Leonor María Magdalena Barbero Marcial, Luis Miguel Etchevehere, Sebastián Etchevehere y Juan Diego Etchevehere conservan una porción minoritaria de acciones en el centenario matutino paranaense.
Hace algunas semanas la empresa solicitó la apertura del concurso preventivo de acreedores invocando “dificultades económico-financieras”. Pero la enumeración de motivos parece extraída de una película fantástica, con alusiones a “problemas estructurales” derivados de “la crisis por la que atraviesan los medios informativos tradicionales en papel”.
Se habla también de un “fenómeno de reducción en la venta del diario papel” que se viene dando a nivel mundial, pero que “en el caso de El Diario se acentuó aún más debido a una multiplicidad de factores, como el incremento de las tarifas, la reducción de la impresión de ejemplares, la caída en la toma de publicidad, la acentuación de la morosidad de los deudores e incrementos sustanciales en los costos de impresión”.
Se consigna también que el 20 de diciembre de 2010 el directorio “decide vender todos los inmuebles que no estuvieren afectados a la explotación del diario, para obtener financiamiento propio y pagar deudas fiscales pendientes”, “tomar un crédito hipotecario para pagar un viejo juicio” y “la venta de diez inmuebles con el fin de achicar el pasivo”.
Pero no fue suficiente y “al problema estructural se le sumó un mayor desajuste financiero provocado por el incremento en los tiempos de cobro, ahondando las dificultades” y, “debido a la imposibilidad de recurrir al financiamiento bancario, se optó por endeudarse en financieras con tasas de intereses mayores”.
Según dice la empresa, hubo un repunte hacia fines de 2015 “gracias a una mejor política de venta de ejemplares y contratación de publicidad, sumado a transitar un período de mayores avisos gubernamentales”, pero el cambio de gestión “produjo no solo reducción en la pauta oficial sino suspensión y diferimiento en los pagos que se debían a SAER”. Señala también que en 2017 “se instrumentaron cambios en la política comercial” que en un principio “tuvieron resultados positivos pero no fueron suficientes para revertir la situación de la empresa” y así se llegó al despido de 79 trabajadores entre mayo y junio pasado.
Pasaron cosas
Lo que no cuenta la empresa es que también hubo factores endógenos que provocaron la crisis. No cuenta la empresa que la tragedia de El Diario comenzó en 2010 cuando el entonces gobernador Sergio Urribarri se apropió de la mayoría accionaria a través de un mutualista amigo, Walter Grenón, que luego le cedió las acciones a Nieto.
Los contenidos de El Diario –un medio históricamente pluralista aunque con una línea editorial que podría definirse como liberal-conservadora– se transformaron radicalmente con la llegada de Grenón. El pluralismo desapareció, El Diario se convirtió en un boletín partidario y toda noticia contraria a los intereses del urribarrismo fue censurada sin que a los comisarios políticos que poblaron la Redacción les temblara la mano.
El periodista Daniel Enz cuenta en su libro El clan que durante la gestión urribarrista “El Diario pasó a ser una réplica de las gacetillas oficiales que editaban allegados a (el ex ministro Pedro) Báez, con instrucciones telefónicas diarias y reiteradas desde (la Dirección General de) Información Pública o desde el Ministerio de Cultura y Comunicación. Por pedido expreso de Báez se omitían las protestas, las críticas y cualquier información que perjudicara o pudiera disgustar no solo a Urribarri sino a Cristina Fernández”.
Durante todos esos años se produjo también un vaciamiento patrimonial, que motivó una investigación impulsada por la Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (Procelac) por evasión de impuestos en el marco préstamos que una mutual hizo a una tercera firma asociada a los Etchevehere para la concreción de operaciones inmobiliarias que tuvieron como su objeto el vaciamiento de SAER.
Esa es la otra cara de la tragedia de El Diario, la que no cuenta la empresa.